Rusia condiciona el plan de seguridad de Ucrania y pone en riesgo un acuerdo definitivo


El canciller ruso insistió en que cualquier pacto sobre la seguridad ucraniana debe contar con la aprobación de Moscú, mientras la Casa Blanca sostiene que Putin aceptó dialogar sobre garantías occidentales para Kiev

El canciller del Kremlin, Sergei

El canciller del Kremlin, Sergei Lavrov en Moscú, durante una conferencia, este 21 de agosto de 2025 (Reuters)

 



Fuente: infobae.com

Discutir seriamente cuestiones de seguridad sin la Federación Rusa es una utopía y un camino sin salida”. Con esta declaración, Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia, dejó claro que Moscú no solo rechaza cualquier acuerdo de garantías de seguridad para Ucrania que excluya su participación, sino que exige un papel determinante, incluso un derecho de veto, sobre cualquier medida que se adopte tras un eventual acuerdo de paz.

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Esta postura, recogida por The Wall Street Journal, desafía de lleno los planes de Estados Unidos y sus aliados europeos, y complica los esfuerzos diplomáticos impulsados por el presidente Donald Trump para poner fin al conflicto.

La insistencia de Lavrov en que Rusia debe tener voz y voto en la implementación de cualquier garantía de seguridad para Ucrania contradice la versión de la administración Trump, que había presentado el reciente encuentro en Alaska como un avance hacia la aceptación por parte de Vladímir Putin de garantías occidentales para Kiev.

Según el medio, la Casa Blanca había anunciado que Putin accedió a una cumbre inminente con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, pero Lavrov matizó que el Kremlin solo aceptó elevar el nivel de representación en las conversaciones, sin comprometerse a un encuentro entre líderes.

Mientras tanto, la guerra continúa. En la madrugada del jueves, Rusia lanzó uno de los mayores ataques aéreos sobre Ucrania, según informaron las autoridades ucranianas. La Fuerza Aérea de Ucrania reportó que Moscú utilizó 614 municiones, entre ellas 574 drones de ataque, cuatro misiles hipersónicos Kinzhal, dos misiles balísticos y más de 30 misiles de crucero. Las defensas ucranianas aseguraron haber derribado 577 de esos proyectiles.

El humo se eleva sobre

El humo se eleva sobre la fábrica de Flextronics alcanzada por un ataque con misiles rusos, en medio del ataque de Rusia contra Ucrania, en Mukachevo, región de Zakarpattia, Ucrania, el 21 de agosto de 2025 (Reuters)

En el plano diplomático, Lavrov sostuvo que cualquier acuerdo sobre garantías de seguridad debe basarse en la propuesta rusa presentada durante las fallidas negociaciones de paz de marzo de 2022. Según esa propuesta, que Lavrov describió erróneamente como aceptada por Kiev en su momento, Rusia tendría poder de veto sobre cualquier acción de los garantes de la seguridad ucraniana, lo que, en la práctica, anularía la efectividad de esas garantías. Además, el ministro ruso propuso que China disponga de los mismos poderes en este esquema.

La posición de Moscú, según Alexander Gabuev, director del Carnegie Russia Eurasia Center, busca dejar claro que no aceptará ningún acuerdo diseñado por estadounidenses y europeos sin su participación directa. Gabuev explicó a The Wall Street Journal que el Kremlin confía en que la reunión entre Putin y Trump haya establecido una relación personal que permita prolongar las negociaciones y, con ello, ganar tiempo para mantener la presión militar sobre Ucrania.

El trasfondo de estas exigencias se remonta al Memorando de Budapest de 1994, en el que Rusia, junto con Estados Unidos y el Reino Unido, se comprometió a respetar la integridad territorial y la independencia de Ucrania a cambio de que Kiev entregara a Moscú el arsenal nuclear heredado de la Unión Soviética. La invasión a gran escala de 2022 supuso una violación de esos compromisos, así como de los acuerdos de Minsk de 2015, negociados con mediación de Francia y Alemania.

La Casa Blanca, por su parte, ha presentado el supuesto acuerdo de Rusia para aceptar garantías de seguridad occidentales como un logro de la cumbre con Putin. Tras una reunión en Washington con Zelenski, Trump manifestó su disposición a respaldar militarmente a las tropas europeas que pudieran desplegarse en Ucrania tras un acuerdo de paz. Altos mandos militares estadounidenses y europeos han mantenido encuentros recientes para preparar los planes de una posible misión de este tipo.

El martes, Trump indicó que Estados Unidos está dispuesto a emplear su poder aéreo para apoyar a una fuerza de seguridad europea en Ucrania. No detalló si ese apoyo incluiría aviones de combate, sistemas de defensa antiaérea o drones de vigilancia.

En una entrevista con Fox & Friends, Trump afirmó: “Cuando se trata de seguridad, ellos están dispuestos a poner gente sobre el terreno. Nosotros estamos dispuestos a ayudarles con cosas, especialmente, probablemente, si hablamos de apoyo aéreo, porque nadie tiene el tipo de recursos que nosotros tenemos”.

El objetivo de estas garantías sería facilitar la aceptación por parte de Ucrania de concesiones territoriales exigidas por Putin, haciendo más viable la firma de un acuerdo de paz. No está claro si las declaraciones de Lavrov suponen un retroceso respecto a los entendimientos alcanzados en Alaska o si la administración Trump interpretó erróneamente la posición del Kremlin.

En Alaska, Putin solo hizo una referencia vaga a la seguridad de Ucrania: “Estoy de acuerdo con el presidente Trump. Él dijo hoy que la seguridad de Ucrania debe garantizarse por todos los medios. Por supuesto, estamos dispuestos a trabajar en ello”.

Algunos líderes europeos han expresado dudas sobre la disposición real de Putin a negociar. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, declaró a NBC News tras reunirse con Trump en la Casa Blanca: “Cuando observo la situación y los hechos, no veo a Putin muy dispuesto a lograr la paz ahora”.

La Casa Blanca también comunicó el lunes que Putin se había comprometido a mantener una reunión directa con Zelenski, aunque Moscú no ha confirmado ese compromiso. Las palabras de Lavrov refuerzan la incertidumbre sobre la voluntad de Rusia de participar en una cumbre a corto plazo. El ministro ruso precisó que Putin solo se comprometió a elevar el “nivel de representación” en las conversaciones celebradas este año en Turquía entre Rusia y Ucrania, y a ampliarlas más allá de los asuntos militares para abordar “aspectos políticos de un arreglo”.

Según Lavrov, cualquier cumbre entre Zelenski y Putin requerirá una “preparación exhaustiva” para que marque un “punto final” en las negociaciones, una justificación que Moscú ya ha utilizado para evitar encuentros con el líder ucraniano.

Por su parte, Zelenski reiteró el lunes su disposición a dialogar en cualquier formato, incluida una reunión bilateral con Putin. “Estamos listos para cualquier formato a nivel de líderes, porque solo a ese nivel se pueden resolver todas esas cuestiones complejas y dolorosas”, afirmó.

Putin ha descalificado reiteradamente a Zelenski, calificándolo de marioneta de Occidente y cuestionando su legitimidad para firmar un acuerdo de paz. Lavrov, en línea con la retórica más dura empleada por Moscú desde el inicio de la guerra, sostuvo que la solución al conflicto en Ucrania pasa por eliminar las “causas profundas”, que identificó como la llegada al poder de un “régimen de Kiev” en 2014 y “el exterminio de toda la población rusa y rusoparlante en territorio ucraniano”.

Zelenski, de origen familiar ruso-parlante, lidera un país donde muchos ucranianos de habla rusa combaten junto a sus compatriotas contra la invasión rusa.