El delantero de Blooming, Samuel Garzón, sufrió la lesión más dura de su carrera. Le rompieron la nariz, los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda y le fisuraron la tibia. No se desespera y muestra fortaleza en su recuperación.
Fuente: eldeber.com.bo
Una fortaleza metal impresionante es lo que demuestra Samuel Garzón a 39 días de su lesión. El delantero de Blooming no se desespera y asegura que está feliz y que deja “en manos de Dios” su retorno a las canchas.
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En diálogo con EL DEBER Sports, Garzón contó detalles de aquella noche negra del 26 de junio en Montero, cuando salió en camillas, luego de una dura entrada de Rafael Corrales, de Wilstermann. Le rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda y la nariz.
¿Cómo te sientes después de tu lesión?
Muy bien, excelente. Gracias a Dios recuperándome.
¿Qué recuerdas de ese duro momento?
Cuando salía de la cancha me pregunté. Dios, por qué me sucedió a mí, pero le agradezco, porque él tiene algo más grande de lo que me venía dando.
Minutos después me llevaron en el carrito al camarín, me pusieron hielo y me quedé solo, porque el partido seguía.
Entonces, lo primero que hago es hablarle a mi madre, estaba preocupada y se puso mal, pero le dije que estaba bien.
¿En qué momento te diste cuenta de la gravedad de la lesión?
Muy rápido, porque como jugador y persona, conozco mi cuerpo y sabía que me había roto (la rodilla) en el momento del impacto.
No soy de los jugadores que se queda en el suelo. Si me patean me levanto y en ese intento sentí mi rodilla adormecida.
Ese rato se inflamó y yo lo único que digo es me rompiste, me rompiste y nada más.
Fue una jugada rápida. Superé a dos y lo veo a Denilson (Durán) que me grita, pero el arquero me deja un campo para definir, entonces agacho la cabeza para rematar y ya no supe más, porque siento el golpe. Más bien no estaba firme, porque me pudo romper la tibia.
¿Agradeciste a Dios por la lesión?
Sí, creo que hay que ser agradecido con lo que nos pasa en el día a día y lo que viene mañana. Soy un agradecido con Dios, con la vida y por eso soy feliz.
¿Estabas en tu mejor momento?
Creo que sí, estaba en levantada y tenía la confianza del cuerpo técnico y de los compañeros. En ese partido había marcado un doblete.
¿Si marcabas el tercero te llevabas la pelota?
Claro que sí, me hubiera llevado la pelota.
Ahora se debe esperar el proceso de la recuperación…
Así es. No siento tristeza porque Dios me hizo entender que es un proceso y sé que él está conmigo en todo momento. Soy feliz así y volveré cuando él decida que vuelva a jugar.
¿Se comunicó contigo Rafael Corrales?
En esos momentos, no. Recién me habla cuando empieza a salir todo en las redes de que me había roto el cruzado, el lateral, la tibia y la nariz.
Me escribe en Instagram y me pide disculpas, yo se las acepto y le digo que sea un aprendizaje para él que recién está empezando a jugar.
Creo que era su segundo partido, si no me equivoco. Es un chico que quiere crecer y por eso le dije que Dios lo bendiga, que siga y que sea fuerte arriba.
¿Qué le dijiste al árbitro en ese momento?
Le dije al árbitro (Bladimir Rueda) es penal, es penal, me rompieron, me rompieron, y él no me dice nada, luego dijo, fue pelota, ya me informaron del VAR. Ni idea, la pelota recién la toca (el rival) después de que me da a mí.
¿Después vino la cirugía?
Así es. Le pedí a Dios que me asigne el doctor que me iba a operar y que sea él quien dirija sus manos. Conseguí la confianza en el doctor Espinosa a quien agradezco mucho.
¿Cuánto tiempo quedas fuera de las canchas?
Se conocerá con el transcurso de los meses y dependerá de la evolución de la lesión. Para entrenar creo que es entre 6 y 7 meses y para jugar 9 o 10.
¿No te desespera?
No, no. Soy un tipo muy creyente en Dios y él me da paciencia. Eso sí, me sueño jugando todos los días, pero volveré cuando Dios quiera.
¿Cómo tomó el grupo tu lesión?
Me llevo excelente con todos. Me hablan y me hacen llegar sus mensajes de apoyo siempre. Incluso en un partido mostraron mi polera y eso me gustó. Tenemos un gran grupo.
¿Te imaginabas en la selección, por lo bien que estabas jugando?
Yo sabía que podía ir, pero pasó lo de la lesión.
¿Te llamó Óscar Villegas (DT de Bolivia) para darte algún aliento?
No, no. Lo conozco muy bien. Con él y su hermano (Eduardo) comencé a jugar en la Liga y soy agradecido.
¿Dónde comenzaste?
En Blooming, cuando estuvo Villegas (Eduardo), en el 2021.Ahí empecé a tener más oportunidades y no la salté.
¿Crees que hay chance de llegar al Mundial 2026?
Creo que sí. Si uno trabaja y tiene fe, lo puede lograr.
¿Qué tal jugar en Villa Ingenio?
Es complicado. Te voy a contar una anécdota, en la semifinal de la Copa Cotas (a inicios de este 2025) jugamos a las 3 de la tarde (15:00). Salimos a la cancha con sol, pero luego empezó a llover hielo (granizo). Terminó el primer tiempo y no podíamos hablar.
Quería hablarle a Moisés (Villarroel), pero no podía estaba adormecido y después nos pasó a todos. Es increíble.
¿Para qué está Blooming?
Para salir campeón. Lo único que pido es que salgamos campeones y nada más.
¿Qué tan importante estar tranquilo en la parte económica?
Es muy importante, mucho más para los compañeros que tienen una familia. Hay que llevar el alimento a la casa y eso da tranquilidad.
¿A quién consideras competencia en la selección?
Soy un delantero diferente a un delantero centro. Puedo jugar por toda la banda y eso me facilita en hacer diagonales y correr a las espaldas. No sabría decir quién puede ser competencia.
Yo creo que en La Paz necesitamos un jugador que te haga diagonales por el buen pie que tiene la selección en el medio. Con eso (corren en diagonal) lo matás a los centrales.
¿Te ha llamado algún club de La Paz?
Hubo algún contacto, pero no concreto, por el contrato que tengo en Blooming. Fue más charla y no algo oficial.
¿Te consideras más asistidor que goleador o viceversa?
Más goleador.
¿Qué piensas de la ausencia de centrodelanteros en Bolivia?
No estoy en contra de ningún extranjero. Esto es con trabajo (ganarse el puesto), pero tenemos extranjeros por todos lados. Delanteros y centrales y creo que en Bolivia hay buenos jugadores en esos puestos, pero nos traen extranjeros y nos cortan (repliegan al jugador nacional), pero es así que más se va hacer.
¿Cuál fue tu mejor gol?
El primero que hice en la Liga Profesional (ante The Strongest en 2021).
¿Cómo es jugar un clásico cruceño?
Todos los partidos para mí son iguales, no importa que sean amistosos. El clásico tiene un mal condimento, porque se habla durante la semana, pero yo trabajo todos los días para jugar de la misma manera cada partido.
Independientemente del fútbol, o si quieres lo incluyes, ¿cuál ha sido tu momento más feliz en la vida?
Hacer feliz a mi familia. Ellos me hicieron luchar para jugar en el fútbol profesional. Verlos felices eso también me hace feliz.
¿De niño pasaste dificultad?
Mi madre trabajaba en una comunidad y mi padre es profesor. Dificultad, gracias a Dios no, pero no había donde entrenar. Yo recién llego a entrenar a Blooming a los 15 años.
¿Y tú momento más triste en la vida?
Nada. No hay. Soy feliz todos los días.
¿Eres un privilegiado?
Sí, creo que Dios me escogió. Tener esta personalidad que tengo, creo que no tengo momentos tristes. Lo negativo, siempre lo veo por el lado bueno y creo que eso me ayuda a crecer a mí como persona y a ver diferente la vida.
¿Te conviertes o naces en familia cristiana?
Soy de familia cristiana. Mi abuela es pastora y mis tíos también son pastores y yo vivo en ese ambiente y creo que de chico yo me convertí al Señor. A Dios hay que tenerlo siempre primero en todo. En los momentos buenos, en los momentos malos. Y creo que hay veces uno se olvida cuando está pasando en la vida momentos buenos y no está agradeciendo.
¿Qué le dices al hincha de Blooming?
En estos momentos (de su lesión) uno conoce a las personas que están a tu lado y el hincha de Blooming me hizo llegar mucho cariño, por eso estoy muy agradecido con todos, al igual que con la institución, que me abrió las puertas para jugar a nivel profesional.