Testimonios del genocidio palestino


 

Las redes nos ponen ante escenas horripilantes de la matanza sin término de palestinos. Alguien diabólico abrió el infierno aquel 7 de octubre del 23 con el asesinato de 1.200 judíos. Queda por cierto la memoria de aquellos 6 millones, lo que no obstante no justifica el expansionismo del gobierno judío. El mundo entero clama de israelitas sensatos, parar este nuevo «holocausto» que necesariamente se compara con este diabólico genocidio.



El exterminio nazi durante «la solución final» de las postrimerías de la Segunda Guerra. El exterminio de esos seis millones de judíos y muchos miles de gitanos, discapacitados, homosexuales, católicos y comunistas, ahora se puede ver que «ese holocausto» no tiene que ver con la historia griega cuando sus sacerdotes quemaban sobre el altar animal de toda laya, cumpliendo el ritual de calmar la ira de sus dioses dizque con el aroma de carne asada, lo que nos refiere el Antiguo Testamento con absoluta claridad. Así tipificar la solución final con la situación de Jerusalén con la destrucción después de la destrucción primera y segunda del Templo que la historia nombra como «Shoah» catástrofe, aflicción, desierto, vacío y despoblamiento, justamente lo que están produciendo los judíos desde hace dos años en la franja de Gaza, cuadro de muerte y calamidad que Israel provoca en la castigada región de Palestina, sin pausa y sin piedad.

Muchos periodistas muertos en el ejercicio de su profesión en estos 24 meses de «verdadero holocausto palestino» ante la rebelión de millones de hombres y mujeres, de ancianos y niños contra la ocupación israelí. El gobierno judío de ultraderecha desprecia la presión internacional, que no termina de aceptar «el alto el fuego» de la comunidad mundial. Su interés (del gobierno sionista) es expandir la anexión de territorio palestino. La desproporcionada reacción al 7 de octubre del 23, es rechazada, al punto que se habla cada vez con mayor insistencia en los foros del debate mundial, la premura en reconocer o mejor reafirmar la existencia de dos estados para la región, según resolución inicial de la ONU en 1948.

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Así las cosas, la exposición permanente del Genocidio, miles de seres hambrientos que acuden a disputarse los alimentos que la ayuda humanitaria deja caer desde los aviones, muchedumbres enteras buscando esa comida para sobrevivir, estremece las fibras del ser humanos por lo que se explica las protestas masivas, por hoy pacíficas, contra Benjamín Netanyahu que preside la violencia sin oír el clamor en contra de un número creciente de hombres y mujeres desde Londres, Madrid, París, Estocolmo, Berlín, Roma y las repetidas exhortaciones de León XIV que pide dejar pasar los cientos, quizá miles de camiones en la frontera Egipto – Israel que están parqueados con medicinas, alimentos, ropa para quienes son hoy víctimas del Genocidio que pasará a la historia como la tarea ignominiosa que cumplen los judíos. ¡Tarea criminal que no podrá ser desterrada de la mente humana nunca jamás!