Ambos coincidieron en la parcela económica del gobierno de Jaime Paz (1989 – 1993) y desde entonces han buscado, en paralelo y sin suerte, el reconocimiento de los bolivianos
Fuente: El País.bo
Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina comparten una catalogación: la de niño prodigio de la política.
En los 80, Doria Medina (1958) había entrado al mirismo muy joven y luego de estudiar en la London School Economics (LSE) se perfilaba como el elegido para completar el camino socialdemócrata de un MIR que quería parecerse al PSOE español y desprenderse del marxismo; Tuto Quiroga (1960) era la piedra base para transformar el ADN del dictador Hugo Bánzer en una fuerza liberal y democrática.
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Jaime Paz Zamora, de olfato probado para captar talento joven y vientos de cambio, acababa de llegar a la presidencia – 1989 – con el apoyo del propio Bánzer, su archienemigo por décadas. Se cruzaron los “ríos de sangre”, eso sí, a cambio de pegas.
Doria Medina y Tuto Quiroga quedaron encuadrados en el mismo sector del gobierno, el económico. Tuto ingresó como subsecretario de Inversión Pública y Cooperación Internacional dentro del Ministerio de Planeamiento. En 1990 fue subsecretario de Inversión Pública y en 1992 ministro de Finanzas. Doria Medina fue ministro de Planeamiento y Jefe del Gabinete Económico (1991-1993). Y sí, ambos participaron de la estrategia de la capitalización con diferentes grados de responsabilidad.
En 1997 los dos fueron candidatos a vicepresidentes. Doria Medina se coló en la fórmula de Jaime Paz sumando un 16,77% de los votos y Tuto Quiroga, líder ya de la facción más renovadora y liberal de ADN, se colocó junto a Bánzer y obtuvieron un 22,26%, que fue suficiente para ser primeros y apuntalar la presidencia.
Tuto llegó a la presidencia tras el fallecimiento de Bánzer en el ejercicio de la Presidencia, aunque no fue fácil, pues el enfrentamiento entre el nacionalismo conservador de la vieja guardia y el neoliberalismo de los jóvenes próximos a Tuto había dejado varias veces el gobierno al borde de la ruptura.
Doria Medina se había dedicado entonces a gestionar la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), una de las empresas capitalizadas en su época de ministro y que acabó tiempo después en sus manos. Doria Medina hizo una gestión exitosa de la empresa, principal proveedora de cemento del mercado nacional en pleno auge de la construcción, y que vendió por 300 millones de dólares a capitales extranjeros en 2014.
Ni Tuto ni Doria Medina postularon en 2002, pero tras la crisis institucional sobrevenida en el gobierno de Sánchez de Losada, ambos postularon a la presidencia en 2005, donde el Movimiento Al Socialismo completó su auge llegando a la presidencia con un arrollador 53%. Tuto, con la coalición Podemos, sumó un 29% y Samuel, con su recién creada Unidad Nacional, obtuvo un 7,79%.
El largo periodo del masismo
Doria Medina y Tuto Quiroga son viejos conocidos y ambos han sido los protagonistas de la oposición en el largo periodo de Evo Morales en el poder, junto a Rubén Costas y tal vez Carlos Mesa, pero nunca han sido especialmente cercanos ni han compartido estrategias.
Tuto fue muy activo contra el primer gobierno de Evo Morales pero acabó viabilizando la nueva Constitución y un referéndum revocatorio que acabo descabezando la oposición regional; Doria Medina tuvo un rol en la Asamblea Constituyente. En 2009 Tuto Quiroga despareció de la primera línea y Doria medina volvió a intentar la presidencia y sumó un 5,65% escaso, pero que le ayudó a consolidar el proyecto político.
Entre 2009 y 2014 las grandes tensiones políticas se habían superado y Morales había afianzado su poder en las ánforas. Bolivia contaba ya con nueva Constitución y la nacionalización daba frutos gracias a los precios crecientes del gas. Casi todas las formas de oposición habían sido liquidadas de alguna manera y el país crecía como nunca antes se había visto. Tanto que nadie hizo escándalo cuando Morales acudió por primera vez al TCP para borrar la disposición transitoria que computaba el mandato preconstitucional a la hora de calcular los mandatos, que eran limitados a dos.
Doria Medina pactó con los Demócratas de Rubén Costas tras una efímera aventura con un “Frente Amplio” que abandonó. Le tocaba reclamar la unidad y se veía único candidato en 2014 hasta que precisamente Tuto Quiroga irrumpió en la campaña. Quedaban apenas cuatro meses pero el expresidente, devenido en consultor internacional, volvía a Bolivia para encabezar una fórmula sobre el PDC que precisamente apoyaron los restos del MNR y del MIR, especialmente en Tarija.
Samuel sumó 24%, Tuto 9%, Morales casi los dobló con 61%. La cosa empezó a hacerse personal.
Al final de ese 2014 Doria Medina vendió Soboce y decidió dedicarse en cuerpo y alma a la política para cumplir su sueño: ser presidente. Tuto volvió a sus consejos de administración, pero empezó a pautar más seguido sus visitas a Bolivia. Había encontrado una fórmula de financiación.
Doria y Quiroga celebraron como propia la victoria del NO en el referéndum de 2016, pero poco pudieron hacer para que Morales apareciera en la papeleta de 2019. Antes, ambos habían visto como el viejo Carlos Mesa había recuperado protagonismo como vocero de la demanda marítima. Quiroga decidió colaborar: le chiflan las relaciones internacionales. Doria Medina se mantuvo al margen. Mesa los madrugó lanzándose candidato una semana después de perder de nuevo el mar. Quiroga dio un paso atrás. Doria Medina decidió pelearla junto a los Demócratas y armaron “Bolivia Dijo No”, pero nunca se esperó que fuera Rubén Costas quien lo vetara como candidato. El hombre que había vendido su empresa para ser presidente, no pudo participar.
Mesa era el favorito del boliviano opositor, siempre lideró las encuestas entre opositores y traccionó el voto útil. Luego pasó lo que pasó. En medio de la vorágine armado con un teléfono, Tuto Quiroga armó el cuartel general de la negociación en la UCB en la que se sentó también Doria Medina en calidad de nadie sabe bien qué. Evo Morales acabó en México, Áñez en la presidencia y Tuto tuvo el cargo diplomático más efímero de la historia: Delegado internacional de Bolivia para denunciar violaciones de los derechos humanos. Duró un mes y cuatro días incluyendo Navidad y Año nuevo. En un momento dado pensó en volver a ser candidato en medio del caos, y lo hizo.
Doria Medina la jugó de otra manera, y aunque no estuvo en la elección, cuadros relevantes de Unidad Nacional ocuparon cargos importantes en el gobierno de Jeanine Áñez, quien accedió a transformar su gobierno de transición en un gobierno candidato, con ella al frente y Samuel Doria Medina en la vicepresidencia.
Tuto Quiroga abandonó la carrera porque no le daba; también Áñez para el pesar de Doria Medina. Mesa no, pero quedó muy lejos. El MAS volvió a la presidencia con Luis Arce, en gran parte, por la nefasta gestión desarrollada con pandemia y sin pandemia.
Cinco años después tanto Tuto como Doria Medina reclaman su momento. Las encuestas lo colocan en cabeza dentro del margen de error y como principales aspirantes a la segunda vuelta donde se jugarían, entonces sí, el todo por el todo después de toda una vida compitiendo por el reconocimiento de los bolivianos.
Pero, al parecer, eso será en la segunda vuelta. Mientras tanto, por si acaso, ni se tocan, ni se miran, ni se preguntas, ni se interpelan. 30 años compitiendo en las mismas canchas garantiza un conocimiento profundo.
Fuente: El País.bo