Ucrania bombardeó una estación petrolera rusa a 60 kilómetros de la frontera y bloqueó el envío de crudo a aliados de Moscú


La instalación forma parte del oleoducto Druzhba, uno de los más grandes del mundo, que es vital para las exportaciones del Kremlin por el Báltico y para el funcionamiento de la refinería bielorrusa de Mozyr

(Con información de Reuters)

Fuente: infobae.com



Las fuerzas ucranianas bombardearon este jueves la central petrolera de Unecha, en la región rusa de Bryansk, provocando un incendio de gran magnitud.

La estación, propiedad de la compañía estatal rusa Transneft, es un punto estratégico del oleoducto Druzhba, responsable de transportar petróleo desde Rusia hacia varios países europeos, especialmente Hungría, Eslovaquia y Bielorrusia.

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El comandante de las Fuerzas de Sistemas No Tripulados de Ucrania, Robert “Madyar” Brovdi, confirmó la operación mediante un video difundido en redes sociales. En las imágenes se aprecia el incendio desatado en la instalación tras el impacto.

Brovdi explicó que el ataque estuvo a cargo del 14º regimiento de la fuerza de drones y acompañó su mensaje con la frase en húngaro “Ruszkik haza!”, que significa “Rusos, váyanse a casa”, una consigna histórica utilizada durante la Revolución Húngara de 1956. También desafió a las autoridades rusas afirmando con ironía: “Reparen esto en 48 horas”.

La instalación atacada tiene la capacidad de bombear hasta 60 millones de toneladas de petróleo al año y se sitúa a unos 60 kilómetros de la frontera con Ucrania, en una región repetidamente golpeada por ataques durante el conflicto.

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La estación, propiedad de la compañía estatal rusa Transneft, es un punto estratégico del oleoducto Druzhba, responsable de transportar petróleo desde Rusia hacia varios países europeos, especialmente Hungría, Eslovaquia y Bielorrusia (REUTERS)

Además de ser clave para el puerto ruso de Ust-Luga en el mar Báltico, es fundamental para abastecer la refinería de Mozyr en Bielorrusia, así como para mantener el flujo de petróleo hacia países de la Unión Europea que aún importan crudo ruso bajo excepciones a las sanciones, principalmente Hungría y Eslovaquia.

No es la primera vez que Unecha sufre daños. El 12 de agosto, drones ucranianos destruyeron dos estaciones de bombeo, un edificio técnico y equipos auxiliares en las mismas instalaciones. Aquella vez también hubo un gran incendio, aunque, al igual que en esta ocasión, las autoridades rusas no informaron sobre víctimas ni daños colaterales. Apenas unos días antes, otra estación del oleoducto en la región rusa de Tambov también fue atacada, lo que obligó a Hungría a suspender temporalmente la importación de petróleo ruso.

El gobernador de Bryansk, Alexander Bogomaz, anunció una alerta de misiles tras el ataque y afirmó que las defensas rusas lograron destruir dos drones en la zona, “sin víctimas ni daños”. Sin embargo, las imágenes difundidas por las fuerzas ucranianas mostraban un incendio importante en el complejo, contradiciendo el parte oficial.

Hungría, uno de los países europeos más dependientes del petróleo ruso, se mostró especialmente preocupada por el impacto en su suministro.

Un grupo de personas junto

Un grupo de personas junto a una oficina de Transneft en Moscú, Rusia (REUTERS/Maxim Shemetov/Foto de archivo)

El ministro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, calificó de “escandalosos” los repetidos ataques a la infraestructura energética y advirtió que cualquier interrupción puede tener consecuencias inmediatas en el abastecimiento. Szijjártó también destacó que Hungría es actualmente el mayor proveedor de electricidad a Ucrania.

La estación de bombeo de Unecha es un eslabón central de Druzhba, uno de los oleoductos más largos del mundo, con 5.500 kilómetros de extensión. Su importancia va más allá de la economía rusa, ya que cualquier interrupción del flujo impacta en los países que todavía dependen del crudo ruso para su matriz energética. Tanto Hungría como Eslovaquia gestionaron exenciones especiales para continuar sus importaciones pese a las sanciones de la Unión Europea contra Moscú.

Durante los últimos meses, Ucrania ha intensificado los ataques con drones y misiles contra refinerías, depósitos y estaciones de bombeo en territorio ruso. El objetivo, según fuentes militares ucranianas, es debilitar las finanzas rusas y reducir los ingresos por exportación de energía, que son un pilar del presupuesto estatal y, por extensión, del brazo de guerra de Moscú contra Ucrania.