Un importante matiz en el Bicentenario de Bolivia


El relativismo no sirve. Lo políticamente correcto no sirve. En 200 de historia republicana no tiene ningún sentido decir que el problema ha sido haber vivido de la explotación de los recursos naturales y no haber sabido reinvertir sus rentas por exportación, mucho menos reducirlo todo a “así son los ciclos, entre izquierda y derecha, la verdad es que todos han sido igualmente corruptos, siempre”.

La verdad es que el país es el mismo que hace 200 años porque piensa de la misma manera: parafraseando a Alexis de Tocqueville, este país siempre ha supuesto que la riqueza de un país proviene de la fertilidad de su suelo y no de la libertad de sus habitantes, como añadiría Adam Smith, “de la voluntad de cada individuo por mejorar su propia condición”.

También parafraseando a otro gran liberal, Ludwig von Mises, la economía no se trata sobre cosas y objetos materiales, sino sobre acciones e interacciones humanas, de instituciones, de un entorno institucional apropiado para generar riqueza, y luego recién sobre cosas y objetos materiales.



Pero hay un matiz muy importante en esta historia: los últimos 20 años se tradujeron en la oportunidad que el país tuvo por primera vez en 180 años de cambiar su historia, dada la extraordinaria cotización internacional de las materias primas que típicamente ha exportado, pero el Movimiento al Socialismo y sus socios no solo se lo robaron absolutamente todo ($120.000.000.000, nada menos), sino que han llevado al país nuevamente al borde de la hiperinflación y la pobreza permanente.

Nuevamente, lo peor que se puede hacer en este 6 de agosto, es relativizarlo todo y pensar que el MAS solamente fue un gobierno más de los últimos 200 años de historia. No tienen perdón.

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El objetivo: liberar a este país del poder político y hacerlo permanente.

 

Fuente: riosmauricio.com