Viraje socialdemócrata


 

Resultado inesperado: Rodrigo Paz Pereira ganó la primera vuelta en la elección del Bicentenario.



El alto porcentaje de indecisos, nulos y blancos alentaba la hipótesis que daba oxígeno al masismo; esa duda quedó sepultada. Los inseguros y los indecisos hicieron ganador al candidato del PDC.

Bolivia giró hacia el centro político: la socialdemocracia. Sepultó al socialismo representado por Evo, Andrónico y Del Castillo. Sumando las votaciones de Rodrigo y Samuel, ambos socialdemócratas, acumulan más del 51%. Entre ambos ganan en 7 de los 9 departamentos, un hecho relevante. El viraje es hacia la opción de centro, no hacia las radicalidades; la reconstrucción de la democracia tendrá esa orientación política.

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Es evidente que ni Rodrigo esperaba el resultado; tanto así, que no tenía previsto el acto político para celebrar su victoria. No preparó un lugar para dirigir su primer mensaje al país y tuvo que improvisarlo en las gradas del pasaje de Los Gallos, en el Prado paceño. Sin micrófonos, sin luces, sin tarima, el ganador habló al país en una marcada incomodidad. Queda para el anecdotario. Marca un buen inicio para la segunda vuelta, porque fideliza votantes, mantiene el perfil discreto, candidato sin recursos, pero con mucha voluntad y entusiasmo.

Rodrigo tuvo la habilidad de posicionarse como el candidato de la renovación. Al principio no fue creíble, pero logró ese posicionamiento frente a Tuto, Samuel y Manfred, y cautivó a los inseguros e indecisos. Tiene larga trayectoria política, pero esta fue su primera candidatura presidencial. Al no presentarse el outsider esperado, Rodrigo capitalizó y ganó la elección con una modesta campaña y mucho caminar por el país.

No debe preocuparnos que quienes antes votaban por el MAS ayer hayan votado por Rodrigo. Es un hecho que debemos festejar, lo importante es que ya no votaron por el MAS. Los temores  que estemos frente a una estrategia encubierta digitada por Evo son frágiles. La crisis, la escasez y la incertidumbre abrieron los ojos de quienes estaban capturados por el socialismo del siglo XXI.

La historia registrará que el 17 de agosto los bolivianos cerramos el capítulo del socialismo del siglo XXI en Bolivia. El MAS ya no es parte de la institucionalidad democrática, quedó reducido a una modesta bancada en diputados. Evo intentará hacer política desde calles y carreteras; al nuevo presidente le quedará garantizar el cumplimiento de la ley.

Los más conservadores apostaron por cautivar al electorado con un viraje profundo; el giro hacia la derecha no resultó. Rodrigo y Lara se presentaron como opción de centro y eso marcará sus posibilidades de éxito en la segunda vuelta.

Rodrigo tiene debilidad en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, curiosamente su tierra. En la chura Tarija no acompañan la valoración que hicieron en cinco departamentos. Rodrigo necesita refuerzo en esas regiones. Dos opciones: pactar con Samuel y Camacho o no hacer virajes estratégicos y continuar en la línea que lo llevó al éxito. Los estrategas del histórico MIR deben estar en debate profundo.

La mayor fortaleza de Samuel fue mostrar equipo humano; no sabemos quiénes acompañan a Rodrigo. Mientras estaba entre los coleros, nadie se preocupó por este importantísimo tema. Será necesario que muestre equipo técnico y político para gobernar. Tema complicado y nada fácil de lograr. En la segunda vuelta muchos tocarán su puerta; deberá tener sumo cuidado para no ensuciar su campaña y posible gobierno. Los bellacos, muy conocidos en círculos políticos, ya rondan su domicilio.

Los votos de Rodrigo y Samuel son consistentes con la opción moderada de cambio, con la alternativa socialdemócrata; no provienen de la radicalidad. Ambos candidatos provienen del MIR, el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria. Ambos tienen un gallo en el ropero, en el jardín o en el corazón. Rodrigo es hijo de Jaime Paz Zamora y Samuel fue candidato a la vicepresidencia junto a Jaime en 1989, y posteriormente ministro de Planeamiento. Hubo discrepancias y distanciamientos, pero nada ideológico ni personal: disputas de liderazgo y conducción. Son políticos de la misma vertiente, esas aguas que curan heridas.

Estas semejanzas, historias compartidas, coincidencias ideológicas y el apego a la democracia podrán ser el pegamento que permita un gobierno de fuerza y respaldo en la ALP. No es tiempo de cálculos, es tiempo de decisiones.

Festejemos con mucho entusiasmo: Bolivia está libre del MAS.

 

Jaime Navarro Tardío

Militante de Unidad Nacional, ex Diputado Nacional y ex Secretario Nacional Ejecutivo de UN.