El 1º de mayo de 2021, el Alcalde que quería morir siendo Alcalde -como él mismo decía a la prensa a finales de los años 90, enamorado de su «pega» por todo lo que su mente visionaria pensaba que le debía a la niñez y las madres de Santa Cruz de la Sierra sin las mismas oportunidades que él tuvo- publicó su última carta y mensaje a la tierra de sus amores: «Gracias por siempre, queridos vecinos, ha sido un honor trabajar por cada uno de los cruceños».

A su muerte, el 1º de septiembre de 2025 a las 22:30 de la noche, una breve lluvia cayó sobre la ciudad que amó con locura, con la única manera que tenía de amar, con pasión y sin límites: a su familia; a la cultura popular y a los libros de pensadores universales; a la música de los grandes autores cruceños y a la música clásica; a la educación pública básica y secundaria de su época con maestros insignes y a la educación universitaria pública argentina; al «Percymóvil» y a «La Hora con Percy»; a la pizarra y a las largas horas de conversación con quienes consideraba personas libres e irreverentes; a su colegio «San Agustín»; al café charlado y (hasta quince años atrás) al cigarrillo Marlboro infaltable en cualquier reunión; a la Naturaleza y a todos los árboles de los que sabía cada uno de sus nombres cruceños, sin equivocarse; a la «teoría del error» que la aplicaba en todo análisis complejo; a la Constitución Política del Estado* y a la autonomía municipal.

Se despidió de la vida pública con una carta al pueblo al que dedicó su vida:



Gracias por siempre, queridos vecinos, ha sido un honor trabajar por cada uno de los cruceños.

«En 1969, consultado el astronauta Neil Armstrong sobre su experiencia con la misión del Apolo 11, junto a Collins y Aldrin, los primeros en llegar a la Luna, dijo: -Es un pequeño paso para un hombre, pero un salto gigante para la humanidad.

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En ese entonces Santa Cruz de la Sierra era seguramente menos que un punto en la Tierra, mirada desde la Luna. La mayoría éramos pobres de solemnidad y felices con casi nada. Nos sobraba la libertad y la buena vecindad, pero nos faltaba casi de todo para desarrollarnos por nosotros mismos. Teníamos energía eléctrica, agua potable y telefonía, algunas cuadras enlosetadas, otras asfaltadas, dos canales de drenaje** hermosos y pare de contar.

La ingeniería civil, la que aprendí con regla de cálculo, graficando a pulso, despejando e inventando fórmulas y exprimiendo días y noches de datos y elucubraciones para enfrentar grandes obras en la empresa privada, y grandes proyectos en el Comité de Obras Públicas*** y la Corporación Regional de Desarrollo de Santa Cruz****, me acompañó también a la hora de decidirme a entregarme totalmente por Santa Cruz.

La descentralización la desentrañamos de la Constitución Política del Estado e impulsamos desde el Comité pro Santa Cruz con el primer proyecto de ley nacional. La autonomía municipal la desempolvamos de la Carta Magna y la Ley de Municipalidades y la pusimos de moda desde mi primera gestión como Alcalde en 1990, transformando la obsoleta Alcaldía debilitada por la ausencia de conceptos y el desconocimiento de su potencia democrática e institucional.

Han pasado 31 años desde entonces, en los que no he hecho otra cosa que volcar mi amor a este pueblo a través de lo que sé y de lo que recibí: mi profesión y las enseñanzas de grandes ejemplos como mi madre, mis hermanos mayores, mis maestros, grandes amigos y grandes personajes.

Han pasado 31 años, y ese descubrimiento que fue reinventar sobre la Alcaldía antigua que barría las calles del centro y reponía las losetas faltantes en las cuadras enlosetadas por la autarquía*****, es hoy el Gobierno Autónomo Municipal más poderoso de Bolivia, cuyo grito autonomista y despliegue filosófico, político y técnico en los años 90, inspiró el diseño del país que pasó de 25 municipios repartidos en los nueve departamentos a las 339 autoridades territoriales que velan por sus propias competencias y vecinos.

Visto en la historia del tiempo y el Universo, el mío es un pequeño paso para un hombre, pero un salto contundente de la pequeña gran ciudad con 400 años de soledad, a la gran metrópoli construida para los millones de almas cruceñas necesitadas de la infraestructura, el equipamiento y los servicios que hoy les garantizan una oportunidad en esta Santa Cruz de la Sierra.

Mi agradecimiento profundo a Dios, al pueblo cruceño por su renovada confianza a lo largo de tantos años, a la Negrita mi compañera incondicional, a mis hijos y a mis nietos, al igual que a quienes contribuyeron a hacer realidad los aciertos, con muchos desvelos y ensayos para corregir errores, procurando el bien mayor.

Dios bendiga a Santa Cruz, a sus familias e ilumine con sabiduría a quienes tienen las nuevas tareas en adelante.

Su amigo y servidor,

Ing. Percy Fernández Añez, Alcalde de Santa Cruz de la Sierra

1º de mayo de 2021″

 

*Difundió en 1983, como presidente cívico en una publicación inédita del Comité pro Santa Cruz, la Constitución Política del Estado (de 1967) para que todos en Santa Cruz la leyeran, la conocieran y supieran todos los derechos y las obligaciones ciudadanas, así como las responsabilidades y los límites del Estado.

** Canales Isuto y Cotoca.

*** Fue el vicepresidente por concurso de méritos del Comité de Obras Públicas y, enseguida, su último Presidente.

**** Fue el primer presidente de la Corporación Regional de Desarrollo de Santa Cruz (CORDECRUZ).

*****La autarquía se refiere a CORDECRUZ.

In memoriam.

Por Gabriela Ichaso.