Avistamiento de ejemplares del gato andino en Apolobamba muestra que su hábitat aún está preservado


El felino esquivo es conocido también como el “mensajero de los Achachilas” que habita en las altas montañas de los Andes en Bolivia, Argentina, Chile y Perú. En el territorio nacional se distribuye en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí.

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Uno de los tres ejemplares que fue avistado en un sitio de Apolobamba (La Paz). Foto: Teko kavi

 

Fuente: ANF / La Paz



 

El registro del avistamiento con cámaras trampa de ejemplares del gato andino en diferentes lugares elevados y rocosos alejados de las Markas Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros del Área Natural de Manejo Integrado Nacional (AMNIN) Apolobamba, es un indicador que su hábitat aún se encuentra preservado con bofedales que le proveen de agua y con vizcachas que son su principal alimento.

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La bióloga Oriana Prado de la fundación Teko Kavi informó que las poblaciones de la especie Leopardus jacobita tienen futuro, porque se ha podido identificar a tres ejemplares juveniles que más adelante podrán reproducirse.

Las cámaras de foto trampeo también registraron a una taruca o venado andino, gatos del pajonal (que comparte el hábitat con el gato andino) zorros, zorillos, vicuñas, el pichón de un búho y otras aves.

La especie con un pelaje gris ceniza con manchas marrones y amarillentas, tiene un peso de entre siete a ocho kilogramos y una altura de unos 40 centímetros, sobresale su cilíndrica cola que es más larga que su cuerpo con anillos anchos de color café oscuro a negro.

“Se trata de un registro muy interesante, los avistamientos en varios lugares con las cámaras trampa, nos muestran al menos a tres individuos juveniles de gatos andinos que están sanos”, enfatizó la bióloga de Teko Kavi.

El felino esquivo es conocido también como el “mensajero de los Achachilas” que habita en las altas montañas de los Andes en Bolivia, Argentina, Chile y Perú. En el territorio nacional se distribuye en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí.

El equipo de la Fundación Teko Kavi que ejecuta el proyecto “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú” con el respaldo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) instaló 40 cámaras de foto trampeo en julio pasado en varios sitios alejados de las comunidades (que conforman las markas) con la participación de guardaparques y los pobladores del lugar.

Se ven saludables

El biólogo especialista en mastozoología (experto en el estudio de mamíferos), Josef Rechberger, explicó que  los individuos (que fueron registrados) “se ven saludables, pero por una fotografía no se puede llegar a la conclusión de que la minería (instalada en la región) no les está afectando, para eso se tendría que hacerse un análisis de muestras de sangre, heces o pelo”.

“El hecho de haber registrado gato andino es importante para nosotros porque nos indica que todavía los cuerpos de agua no están tan contaminados y esto nos ayuda a fortalecer las acciones del Plan de Acción de Conservación del gato andino en Apolobamba y para que la gente del lugar cuide al felino y los ecosistemas donde vive”, detalló el especialista.

Algunos estudios revelan que los mamíferos y especialmente los carnívoros han sido propuestos como indicadores de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. En general una especie se considera indicadora cuando, la presencia de la misma significa que el hábitat donde vive se encuentra en buena condición ambiental.

Según la información de Teko Kavi la especie Leopardus jacobita se encuentra a nivel mundial en la categoría “en peligro (EN)” calificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero en el país, está un nivel más de clasificación: “en peligro crítico (CR)” publicado en el Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia.

Esto significa que la especie tiene un alto riesgo a la extinción en estado silvestre en el territorio nacional, por las amenazas que enfrenta con la minería aurífera, la fragmentación de su hábitat, la ganadería extensiva de llamas y alpacas que invaden bofedales y cuerpos de agua, vitales para el pequeño felino, conjuntamente los perros y gatos asilvestrados que compiten por su alimento y le transmiten enfermedades.