La criminóloga Gabriela Reyes advierte que la violencia extrema y la infiltración narco revelan una crisis de seguridad sin respuesta estatal efectiva.
Milen Saavedra
Fuente: Red Uno
La criminóloga Gabriela Reyes, exdirectora del Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana, afirmó que los recientes hechos de violencia, como los acribillamientos en Santa Cruz, Beni y Cochabamba, tienen las características de una «guerra territorial» entre organizaciones criminales transnacionales que pugnan por el control del mercado de la cocaína.
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Mafias balcánicas y el rol de Bolivia como «hub logístico»
En una entrevista para el programa Que No Me Pierda, Reyes señaló que la violencia observada, que incluye secuestros y asesinatos con tortura, no es común en el país y apunta a una pugna de poder. Según la experta, las mafias balcánicas están involucradas en esta confrontación. “La profundidad de la violencia no es característica de Bolivia”, afirmó, citando el caso del triple asesinato de ciudadanos europeos y la detención de Luka Starcevic, conocido como el “embajador” de la mafia balcánica, como pruebas de la creciente presencia de estos grupos.
Reyes explicó que Santa Cruz funciona como un «hub logístico» crucial para el acopio y la distribución de la droga producida en el Chapare, Beni y zonas rurales. Desde allí, la cocaína es enviada a Brasil, Paraguay y otros países, con destino principal a Europa, que se ha convertido en el mayor consumidor de cocaína a nivel mundial. El reciente hallazgo de caletas para guardar droga en la zona de Coloradillo, en Warnes, confirma esta dinámica, según la criminóloga.
Otros grupos criminales y la debilidad del Estado
La criminóloga también alertó sobre la presencia de otros grupos criminales que operan en el país. Mencionó al Primer Comando de la Capital (PCC), que asegura los corredores de la droga y facilita el contacto entre las mafias extranjeras y los clanes familiares productores de cocaína. El rol del PCC, explicó, es vital para el acopio y transporte de la droga. Además, Reyes lamentó que el gobierno siga negando la presencia de la peligrosa banda Tren de Aragua, a pesar de que algunos detenidos han confesado ser miembros de esta organización, involucrada en asesinatos y extorsiones.
Reyes también confirmó la operación del Cártel Jalisco Nueva Generación, tras la incautación en Chile de cuatro toneladas de mercurio que venían de México, un insumo químico usado para la minería de oro ilegal en Bolivia. La experta señaló que la presencia del Comando Vermelho no debe ser descartada, y que casos como la detención del capo del PCC, «Tuta», o la fuga de Sebastián Marset, demuestran que las estructuras criminales siguen intactas.
Para finalizar, Gabriela Reyes criticó la inacción del Estado y la justicia. Afirmó que la falta de resultados en las investigaciones y la presencia de delincuentes con múltiples antecedentes penales en libertad demuestran la falta de control. Concluyó que, sin una respuesta coordinada entre las autoridades y la cooperación con organismos policiales internacionales, el problema tenderá a «empeorar y profundizarse».