Bolivia, lejos de las estrategias para lograr explotación de tierras raras


Según un reporte de la CAF, el enfoque de triple impacto en el sector de este tipo de minerales debe beneficiar en lo económico, lo social y ambiental. Piden una Ley Minera que se abra al concurso privado

Raúl Domínguez



Fuente: eldeber.com.bo

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Bolivia cuenta con recursos minerales críticos de gran relevancia para la transición energética y el desarrollo sostenible, pero el control estatal y la ausencia de políticas de sostenibilidad, impide convertir esta oportunidad en desarrollo real.

Según un reciente reporte del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), varios países latinoamericanos ocupan un sitial de privilegio en el ranking mundial de reservas probadas globales de minerales críticos. Por ejemplo, Bolivia ocupa el primer lugar en litio (21,6%) y Chile en cobre (9%). Argentina tiene las segundas mayores reservas de litio (20,6%), Perú la tercera mayor de cobre (3,9%), Brasil tiene la tercera de níquel (15,7%) y Cuba la tercera mayor de cobalto.

Los minerales críticos son elementos naturales, como metales y minerales, que son esenciales para la fabricación de tecnologías modernas, pero cuyo suministro es escaso debido a su concentración geográfica en pocos países y la elevada demanda global. En esa clasificación se encuentran las tierras raras, en la que Bolivia también tiene gran potencial con recursos en Santa Cruz, Cochabamba y Potosí.

Sin embargo, la explotación de tierras raras y otros minerales críticos debe abordarse bajo un enfoque integral de sostenibilidad, según Luisa Rivas, ejecutiva principal de la Dirección de Análisis Técnico y Sectorial de CAF.

Este enfoque debe tener un triple impacto en lo económico, social y ambiental. En el primero, se deben generar cadenas de valor locales, diversificar las economías y promover innovación tecnológica; en el aspecto social se deben garantizar que los beneficios lleguen a las comunidades, respetando derechos humanos, perspectiva de género e impulsando empleos de calidad.

Por último, en materia ambiental: minimizar impactos mediante tecnologías más limpias, eficiencia en agua y energía, reforestación y reciclaje de minerales.

“El desafío de la región consiste en que estos recursos no se conviertan únicamente en materias primas extractivas de exportación, sino en palancas de transformación productiva y reindustrialización verde”, indicó Rivas en el reporte titulado “El gran potencial de los minerales críticos en América Latina”.

Bolivia, sin condiciones

El especialista en minería de la Fundación Jubileo, Héctor Córdova, indicó que Bolivia no cumple ninguno de estos requisitos, a pesar que desde hace muchos años, se explotan materiales críticos como el cobre, el antimonio, bismuto, wólfram, pero a escala muy pequeña en fundiciones como la de Telamayu, que fue la primera productora de bismuto del mundo y que ahora no trabaja ni al 1% de su capacidad.

El Estado no tiene la posibilidad de hacer inversiones grandes ahora, las cooperativas tampoco y solo queda el sector privado, pero para que este se anime a invertir, tiene que venir capital desde afuera. Y para que venga ese capital tiene que haber condiciones, porque si invierten y después las cooperativas avasallan la mina, ¿Quién va a venir así?”, cuestionó.

Agregó que en materia ambiental la minería “siempre destroza el medio ambiente”, pero con las tecnologías modernas se puede superar, pero entidades como la Comibol no tiene la capacidad de invertir en investigación. “Y luego está el aspecto social: no se puede entrar a trabajar en un territorio en el que hay comunidades que han vivido cientos de años de su vocación productiva y que ahora se les acabe todo eso porque ahí vayamos a poner la minería”, señaló Córdova.

Por su parte, el geólogo José Padilla, sostuvo que la actual Ley de Minería, debe modificarse porque está centralizada en el Estado. “No hay oportunidad para que el privado pueda pedir concesiones mineras para poder desarrollar tecnología y seguridad jurídica, para poder desarrollar estos minerales como el iridio, que es una tierra rara que tenemos y vale 10 veces más que el oro”, resaltó.