Yolanda Villavicencio comunicó que deja voluntariamente su visa de ingreso a EE. UU., en medio de la polémica por la revocación del visado al presidente Gustavo Petro por sus declaraciones en Nueva York.
Por Nelson Álvarez
Fuente: Infobae
Continua la controversia tras la anulación del visado del presidente Gustavo Petro, una medida adoptada luego de las declaraciones polémicas que realizó el 26 de septiembre en Times Square, en Nueva York, pocos días después de su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas. La controversia sigue vigente y el debate en torno a la decisión permanece abierto.
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Previamente, figuras como Daniel Quintero habían manifestado su apoyo al presidente. En el caso de Quintero comentó que “puede quedarse también con la mía”.
La ministra de Relaciones Exteriores de Colombia. Yolanda Villavicencio comunicó su decisión de renunciar al visado estadounidense, argumentando que se trata de un acto de dignidad ante la determinación de revocar la visa al presidente de Colombia. Destacó la importancia de la soberanía nacional y reiteró su posición frente a la medida adoptada por las autoridades de Estados Unidos.
“Como ministra de Relaciones Exteriores he decidido renunciar al visado estadounidense. Es un acto de dignidad frente a la inaceptable decisión de revocar el visado al Presidente de Colombia. Nuestra soberanía no se arrodilla. Colombia se respeta”, escribió en su mensaje de la red social X la funcionaria del Gobierno de Gustavo Petro.
La funcionaria también se refirió al tema durante una rueda de prensa ante varios medios de comunicación, en su intervención señaló: “La Organización de las Naciones Unidas, con sede en Nueva York, es un escenario que otorga a los representantes de los países miembros esa participación sin ningún impedimento para poder desempeñar sus funciones con inmunidad de procedimiento judicial respecto a expresiones, opiniones, orales o escritas. En consecuencia, negar o revocar una visa como arma diplomática por disentir de las opiniones de uno de los miembros participantes atenta al espíritu de la carta de 1945”.
Durante la rueda de prensa, le consultaron si su decisión de renunciar a su visa implicaba un cierre en la comunicación diplomática con Estados Unidos.
Ella respondió a la anterior pregunta lo siguiente: “No. Aquí Estados Unidos tiene una representación diplomática. Nosotros dialogamos, incluso antes de ir para Estados Unidos, de forma permanente con el representante de la diplomacia norteamericana”.
La canciller explicó que se está discutiendo el nuevo informe de la Agencia de Naciones Unidas sobre el delito contra las drogas. Señaló que “el capítulo cuarto aborda la interpretación y la descripción de todos los aspectos técnicos” y que “ellos van a ser invitados para que participen”. Agregó que “ese informe que hace esta agencia es auspiciado, es pagado por el Ministerio de Justicia y debe ser socializado”.
Añadió que “vamos a invitar también a la embajada norteamericana para que participe, escuche y pueda opinar y hacer sus sugerencias sobre la construcción de ese capítulo cuarto, que tiene que ver con el nuevo informe que se debe presentar en octubre”.
La canciller Villavicencio concluyó reconociendo que las relaciones diplomáticas atraviesan una situación tensa debido a la postura adoptada por el gobierno colombiano, especialmente por las declaraciones sobre el conflicto en Gaza.
“Evidentemente, las relaciones están tensas por estos motivos que hemos explicado, porque estamos hablando claro y alto que no podemos mirar para otro lado frente al genocidio que está ocurriendo en Gaza”, comentó la funcionaria pública.
En la rueda de prensa, también le preguntaron cómo queda la relación entre Colombia y Estados Unidos tras estas tensiones, y qué respuesta daría a los gremios y sectores que calificaron de manera agresiva las declaraciones del presidente Petro.
La canciller afirmó que “respetamos la libertad de opinión” y destacó que “si hay partidos políticos, organizaciones empresariales o ciudadanos que no están de acuerdo con la postura de dignidad de un país frente a estos hechos, no podemos obligarles a que la asuman”.
Subrayó además que “la posición del Gobierno y de la mayoría de los ciudadanos es que no podemos bajar la cabeza frente a un genocidio” y que “por el hecho de plantear que hay necesidad de una intervención activa y de una diplomacia que realmente no mire para otro lado, se sanciona y se ejercen este tipo de actividades”.