Capacitación urgente para nuestros legisladores: una exigencia impostergable


Con tristeza y preocupación hemos observado cómo muchos integrantes de la Asamblea Nacional, el primer poder del Estado y pilar fundamental de nuestra democracia, carecen de la formación mínima necesaria para ejercer con responsabilidad sus delicadas funciones. Esta carencia no solo pone en riesgo la calidad del debate legislativo, sino que también compromete directamente la eficacia del Estado en un momento de profunda crisis nacional.

Lo lógico y éticamente responsable sería que, antes de asumir sus cargos el próximo 8 de noviembre, los parlamentarios electos accedan a una capacitación básica e intensiva sobre aspectos esenciales del rol legislativo, la estructura del Estado, y los principios constitucionales. Esta formación debería ser impulsada por las Universidades, los Colegios Profesionales y otros organismos académicos con experiencia en políticas públicas, derecho y administración.



La gravedad del momento que atravesamos no permite improvisaciones. Muchas de las medidas de ajuste y reformas que deberá implementar el próximo gobierno para salir de la crisis económica, institucional y social requerirán una sólida base legal. Sin una Asamblea competente, estas reformas corren el riesgo de retrasarse, distorsionarse o, peor aún, ser rechazadas por desconocimiento o por intereses políticos mal comprendidos.

No podemos permitir que la historia se repita. Parte importante de la deficiente administración pública que ha caracterizado los últimos años tiene su origen en un poder legislativo mal preparado, incapaz de cumplir eficazmente su función de legislar, fiscalizar y representar a la ciudadanía.

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La sociedad civil, la principal afectada por esta deficiencia estructural, debe alzar la voz. Exijamos que la formación de nuestros legisladores no sea una opción, sino una condición mínima para asumir tan altas responsabilidades. Por supuesto, esta importante tarea deberá ser asumida responsablemente por los líderes de los partidos políticos o agrupaciones ciudadanas a la que pertenecen estos legisladores.

Por el bien de todos, este llamado debe ser atendido con urgencia, responsabilidad y decisión.

 

Fernando Crespo Lijeron