Según Víctor Hugo Viscarra, autor del diccionario «COBA” o lenguaje secreto del hampa boliviana, a las personas que se dedican a guardar, comprar y/o vender objetos robados se los conoce como «Vizcachas»; y en la jerga hamponil del barrio chino paceño, tal actividad es bautizada como “El Cajero”, un sugestivo mote que utilizó un expresidente, para apodar a su exministro de economía y finanzas.
De la misma manera, echando mano a dicho apelativo, los bolivianos calificamos como “chutos” a los vehículos que ingresan al país de forma ilegal; muchos de los cuales fueron robados en el extranjero; introducidos por pasos no habilitados y comercializados finalmente, en el creciente mercado informal de la nación.
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Por lo señalado líneas arriba y dada la preponderancia nacional e internacional que ha adquirido este tema, creemos pertinente analizarlo, ya que su tratamiento está también inscrito en las agendas de los candidatos presidenciales, como es el caso de Don Rodrigo Paz, candidato presidencial por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), quien anunció que, de ganar las elecciones en el balotaje del 19 de octubre, impulsará la nacionalización de todos los vehículos indocumentados que circulan en el país. Esta Propuesta arrancó la inmediata reacción del ministro del interior chileno, Álvaro Elizalde, calificándola como: “un incentivo para que se sigan cometiendo ilícitos, tanto en Chile como en otros países”.
Como era de suponer, a las afirmaciones ministeriales se sumó la opinión del diputado por Arica, Sebastián Huerta, quien fustigó la propuesta de nuestro senador Paz, afirmando que: «si es que se toma esa acción por parte de Bolivia, Chile debe quitarle el visado Mercosur porque no podemos entregarle beneficios a un país que busca legalizar lo que ha sido robado acá en nuestra región».
Ambas declaraciones fueron replicadas por nuestro candidato a la presidencia, insinuando que entre ambos personajes mapochinos deberían ocuparse «por la policía y por los ladrones de su país». Además, añadió: “qué pasa con su policía o los Carabineros…si no pueden proteger su frontera, ¿No serán ellos los ladrones, que están robando y poniendo esos productos en Bolivia?»
A la luz de lo expuesto y en mérito al contenido de dicho rifirrafe, es necesario establecer que, tanto los autos chutos, como su procedencia, su ilegal ingreso al país y su legalización, no deberían ser considerados como una promesa electoral, por la sencilla razón de estar reñida con lo legal y, por tanto, se constituye en un delito similar al narcotráfico o cualquier otro que derive en una ofensa a la moral.
Sobre este particular, y en lo que a Chile se refiere, considerando que: “tener carácter, no es necesariamente tener mal carácter”, debemos convenir en que estos señores son los menos indicados para impartirnos clases de moral o justicia, después de las terribles usurpaciones territoriales de que fuimos objeto, gracias a su insaciable ambición expansionista, a la que debemos nuestra mediterraneidad y, por tanto, no están muy lejos de caer en el caló, como: Chile y las Vizcachas.