Crisis de combustibles: analistas ven una ‘bomba de tiempo’ y critican gestión del gobierno


SURGEN CRÍTICAS

 

El anuncio del ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, de que el Gobierno garantizará la provisión de combustibles subvencionados solo hasta el 8 de noviembre —fecha en que el presidente Luis Arce Catacora entregará el mando— generó duras críticas desde distintos sectores analíticos, que advirtieron un inminente desabastecimiento.

Imagen ilustrativa tomada de internet

Fuente: https://www.erbol.com.bo



Gallardo explicó que el Tesoro General del Estado enfrenta severas restricciones financieras debido al déficit fiscal acumulado y la escasez de divisas para sostener las importaciones de gasolina y diésel. Señaló que los costos de compra en el mercado internacional se han vuelto insostenibles y que la subvención, que en los últimos años superó los 2.000 millones de dólares anuales, no puede mantenerse con la misma magnitud.

En ese marco, indicó que el Ejecutivo hará los esfuerzos necesarios para garantizar el suministro hasta el último día de gestión, pero será responsabilidad del próximo gobierno definir si continúa o no con la política de subvención a los carburantes.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El analista en temas energéticos, Álvaro Ríos, cuestionó la postura gubernamental y acusó a las autoridades de cinismo frente a una crisis latente. “Ministro, no sea cínico. Hace dos años y medio que el país anda bastante desabastecido. ¿Ahora lo desabastecerán totalmente? Pidan disculpas, abastezcan y váyanse de una vez, por favor”, manifestó.

Por su parte, el economista Antonio Saravia calificó la situación de “tremenda sinvergüenzura” y advirtió que se trata de una maniobra irresponsable que afectará al próximo gobierno. “Esto es como decir, dejo una bomba con la mecha prendida, pero no explotará hasta el 8 de noviembre… cuando explote estaré lejos y que se encargue el próximo gobierno. ¡Las ratas huyendo del barco!”, expresó en sus redes sociales.

Las reacciones surgen en un escenario político marcado por la transición de poder, donde opositores y analistas denuncian que el MAS pretende dejar un “país desabastecido” para complicar la gestión de su sucesor. Mientras tanto, el oficialismo insiste en que el suministro está garantizado hasta la conclusión del mandato y acusa a la oposición de generar temor en la población.