Entre las múltiples y codiciadas riquezas que la divina providencia le confirió a la hermana República de Venezuela, al margen de las materiales como: el petróleo, piedras preciosas y muchas otras, ella fue elegida para ser la cuna de los heroicos y más célebres individuos que enarbolaron las banderas de la libertad americana que la consolidaron en Ayacucho como: Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, José María Córdova, Rafael Urdaneta y muchos otros que, hace doscientos años, fundaron también la república de Bolivia.
Con ese breve preámbulo, hemos querido iniciar esta entrega, profundamente abrumados por las infaustas noticias que recibimos desde esa histórica, como hermosa tierra, y con el fin de comprender a plenitud, cómo un bravo pueblo puede ser subyugado por una trama mafiosa, capaz de neutralizarle todas sus aptitudes de resiliencia y heroicidad, hasta el punto de tener que sufrir el embate de potencias extranjeras, que ven la necesidad de desplegar enormes misiones militares de tarea conjunta, llamadas a librarla, no solo de la satrapía que la sojuzga, sino con el objeto de ocluir el ilegal tráfico de drogas que esa autocracia, coludida con las organizaciones criminales del narcotráfico, exporta al mundo.
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Ahora bien, a la luz de lo expuesto, estimamos que el enorme despliegue militar emprendido por los Estados Unidos, frente a las costas venezolanas, no tiene el carácter de una invasión militar violenta, como la de Bahía de Cochinos en Cuba, un 17 de abril de 1961, que fracasó por falta de apoyo aéreo, errores de planificación y porque los invasores no recibieron el apoyo popular esperado. Dicha intrusión dejó más de 100 invasores muertos y unos 1.200 capturados, transformándose en una gran derrota para EE. UU. y un triunfo político para Fidel Castro, que consolidó su liderazgo y su alianza con la Unión Soviética, lo cual, a su vez, profundizó la Guerra Fría en América Latina y condujo a la Crisis de los Misiles de 1962.
De la misma forma, un reciente ejemplo que jamás seguirán los norteamericanos es la “Blietzkrieg” (guerra relámpago) que se traduce en esa cruel invasión de Vladimir Putin a Ucrania, que debió llevar tres semanas y ya vamos por los cuatro años, con el resultado de contar a más de medio millón de muertos entre sus jóvenes invasores y estar llevando a Rusia a la más terrible bancarrota económica.
En nuestra opinión, la operación norteamericana sobre Venezuela, se limitará a un cerco impenetrable, por mar y aire, que no permitirá pasar ni un gramo de cocaína, con el consiguiente triunfo político para Donald Trump y el ajuste económico a los narcos que, al final, serán los que asuman las medidas de retaliación en contra de sus malos cogobernantes y socios agroquímicos, a través de las medidas que ellos acostumbran. Empero, la cicatriz dejada en nuestros pueblos por esta maléfica mafia socialista del Siglo XXI, será casi imborrable, como la que están legando a Venezuela, transformándola de país de Libertadores, en una pandilla de Liberticidas.