Subestimar el rol de JP Velasco puede ser tan riesgoso como sobre estimar el de Edman Lara en la campaña de la segunda vuelta
Fuente: El País.bo
Edman Lara y JP Velasco tienen un punto en común: TikTok. Es posible que sus burbujas no se hayan entremezclado nunca, pero ahí están. El uno se convirtió en “estrella” tras denunciar corrupción en la Policía desde dentro y sostener su propia cruzada en redes durante meses. El otro empezó de usuario, la utilizó como empresario, se convirtió en meme y hoy ha logrado cierta estabilidad.
Muy rara vez el nombre de los candidatos a la vicepresidencia ha tenido mayor relevancia que evitar una mala rima en la fórmula o cumplir con cierta “cuota” para tratar de atraer voto, sea por “mujeres”, sea por “oriente”, sea por “occidente”. Difícilmente un candidato a la Vicepresidencia podía definir un binomio y darle determinada cualidad, aunque también es verdad que nunca nos habíamos visto en una segunda vuelta.
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En el caso de la candidatura del Partido Demócrata Cristiano (PDC) es más evidente: Rodrigo Paz tenía otro vicepresidente a una semana de las inscripciones, pero el millonario minero Sebastián Careaga prefirió “asegurar” su inversión postulando al senado con Samuel Doria Medina. Edman Lara, que había sido negado, aceptó ser “segundo plato”, pero los estrat5egas de Paz pronto se dieron cuenta de su valor: Lara venía del corazón del pueblo y arrastraba, tenía credibilidad y autenticidad y si la apuesta era ser la alternativa “de centro” para sacar votos a derecha y, sobre todo, al conglomerado del MAS en todas sus marcas, era perfecto. Desde entonces no hubo día o post que Paz Pereira no lo nombrara.
Tuto Quiroga hizo una apuesta personal por JP Velasco. Era su yo en joven: blancón, bien relacionado con las élites cruceñas y pionero en las cuestiones de la digitalización. Tuto creció en IBM cuando las computadoras seguían siendo un misterio y JP vendía comida en una APP cuando la gente apenas usaba tarjeta.
Tuto estaba en el foco desde el primer momento, pues de hecho rompió el Frente de Unidad al desconfiar de Samuel Doria Medina, y por ende, también su vicepresidente. Los primeros impactos fueron sonoros: No es que JP no tuviera idea de política, es que apenas entendía los grandes temas del país. Primero fue meme, luego pasó por la congeladora, pero en unas semanas fue rehabilitado por esas magias del algoritmo. Tuto no flaqueó en el apoyo, algo que sí hicieron otros candidatos cuando sus vicepresidentes fueron cuestionados.
Sobreestimar a Lara en el porcentaje de votación de Rodrigo Paz, que recibió un poco de voto socialdemócrata y mucho voto masista no evista, puede llevar a error. Subestimar el de JP Velasco, conectado con el imaginario aspiracional de lo que los jóvenes de este país quieren ser, también.
El 5 de octubre el Tribunal Supremo Electoral ha convocado a un debate de aspirantes a vicepresidentes que se centrará en las funciones que ambos deberán ejercer en el caso de ganar: administrar la Asamblea. Ambos hablarán de reflejar la voluntad del pueblo. Uno piel a piel, otro App a App.
Edman Lara representa lo que somos, JP Velasco lo que queremos ser. O al menos eso dicen los estrategas. El 19 de octubre será el gran asunto en discusión: votar sobre seguro o votar por la aspiración. Los intereses entran en juego, de nuevo.
Fuente: El País.bo