Ecuador: la Armada destruyó una base criminal en el Golfo de Guayaquil vinculada al narcotráfico


El operativo se desarrolló en El Carrizal, donde militares localizaron un campamento clandestino usado para infiltrar droga en buques mercantes

El campamento servía para contaminar

El campamento servía para contaminar buques mercantes. (Ecuavisa)



Fuente: infobae.com

La Armada del Ecuador ejecutó un operativo en el Golfo de Guayaquil que culminó con la destrucción mediante fuego de un campamento ilegal empleado por organizaciones criminales para contaminar buques mercantes con droga.

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El procedimiento se desarrolló en la zona conocida como El Carrizal, un área rodeada de manglares y ubicada a escasos minutos de las terminales portuarias del sur de Guayaquil. El despliegue incluyó a más de una veintena de uniformados, apoyados por drones y armamento de largo alcance. De acuerdo con el reporte de Ecuavisa, la intervención militar respondió al seguimiento de inteligencia que identificó a este punto como un enclave logístico del narcotráfico.

Los militares ingresaron a un recinto improvisado, en el que hallaron enseres personales, camas rudimentarias y alimentos recientes, lo que evidenciaba que había sido utilizado poco antes de la incursión.

La ubicación era estratégica: el campamento estaba a corta distancia de un estero que conecta directamente con la ruta internacional por donde circulan los buques de comercio exterior. Este detalle facilitaba a las bandas la colocación de cargamentos ilícitos sin necesidad de pasar por los controles portuarios. Según la Armada, la instalación no solo era un refugio temporal, sino un centro de operaciones diseñado para mantener vigilancia y planificar incursiones en el canal marítimo.

El campamento está a 25

El campamento está a 25 minutos de los puertos de Guayaquil. (Ecuavisa)

En el sitio también se detectó equipo tecnológico que permitía mantener comunicación en un área sin cobertura convencional. Además, los uniformados señalaron que en el entorno había evidencias de tala de manglar, lo que revela el impacto ambiental asociado al avance del narcotráfico. Tras la inspección, la estructura fue destruida para impedir que volviera a ser utilizada.

El Golfo de Guayaquil, con una extensión cercana a los 13 mil kilómetros cuadrados, se ha convertido en un espacio clave para las economías ilegales. Por esta ruta transitan diariamente decenas de buques y miles de embarcaciones menores, lo que la convierte en un corredor de alto valor para las organizaciones criminales que buscan exportar cocaína hacia el extranjero.

La magnitud del área dificulta la vigilancia. Aunque la Armada mantiene patrullajes constantes, la proliferación de campamentos clandestinos demuestra que los grupos delictivos aprovechan la geografía para ocultar sus operaciones. Estos enclaves funcionan tanto para almacenar temporalmente cargamentos como para planear secuestros, extorsiones y otros delitos.

En los últimos meses, la violencia vinculada a estas disputas se ha intensificado. Apenas semanas atrás, pescadores artesanales resultaron asesinados en enfrentamientos entre bandas en aguas cercanas a la provincia de El Oro, lo que reflejó cómo la lucha por el control territorial ha alcanzado niveles alarmantes.

La operación fue ejecutada por

La operación fue ejecutada por la Armada de Ecuador. (Ecuavisa)

Las organizaciones que buscan dominar el golfo son varias y operan en facciones que se reparten el territorio. En Guayas destacan bandas como Los Choneros, Tiguerones y Lagartos, mientras que en El Oro se han consolidado facciones de Los Lobos. Estas agrupaciones, con rivalidades internas y externas, han extendido su influencia más allá de las cárceles y centros urbanos para adentrarse en el mar, donde se juega una parte crucial de la economía ilícita.

El campamento incinerado constituye solo una pieza en un entramado mucho mayor. Sin embargo, su eliminación representa un intento de las Fuerzas Armadas por debilitar la capacidad de estas estructuras para vigilar y contaminar los buques que salen del país. La acción también envía un mensaje sobre la determinación del Estado de recuperar espacios que han sido cooptados por el crimen organizado.

La lucha por el control del Golfo de Guayaquil sigue siendo uno de los principales desafíos de seguridad para Ecuador. El caso demuestra que el narcotráfico no se limita a las calles de las ciudades o a los centros de reclusión, sino que se extiende mar adentro, donde las organizaciones criminales han encontrado nuevas oportunidades para sostener sus operaciones internacionales.