El desfase entre las encuestas y el voto: análisis crítico del fenómeno electoral en Bolivia 2025 y su contexto regional


Autor: Ramiro Sánchez Morales

El proceso electoral boliviano de 2025 ha puesto en evidencia una profunda tensión entre las encuestas preelectorales y los resultados emanados del voto secreto, haciendo patente la distancia entre las predicciones estadísticas y la expresión real y definitiva de la ciudadanía en las urnas. Este fenómeno invita a una reflexión rigurosa sobre la confiabilidad de las encuestas, su rol mediático y político, y la interpretación sociopolítica que debe hacerse de sus resultados, con una mirada comparada que incluye lecciones de la región latinoamericana.



¿Qué son las Encuestas Electorales y cuál es su Función en Democracia?

Antes de adentrarnos en el análisis del desfase, es esencial definir el instrumento de la encuesta electoral. Una encuesta electoral es una actividad sistemática y rigurosa de investigación sociológica de carácter cuantitativo, cuyo objetivo es medir la intención de voto y la percepción pública sobre candidatos, partidos o temas específicos en un período preelectoral. Se realiza mediante la aplicación de un cuestionario a una muestra representativa de la población objetivo (el universo de votantes), permitiendo, con un determinado margen de error y nivel de confianza, extrapolar las preferencias de esa muestra al total del electorado (RAE, JNE).

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Su función en una democracia es multifacética y compleja:

Informativa y de Orientación de la Opinión Pública: Ofrecen una «fotografía» o un «termómetro» del clima político en un momento dado, proporcionando información que nutre el debate público y permite a los ciudadanos conocer las tendencias.

Estratégica para Actores Políticos: Son herramientas cruciales para que partidos y candidatos diseñen estrategias de campaña, identifiquen fortalezas, debilidades y dirijan sus recursos a segmentos específicos del electorado.

Mecanismo de Influencia: Si bien deben ser puramente informativas, las encuestas tienen el potencial de influir en el comportamiento electoral mediante los denominados efectos bandwagon (o arrastre), que animan a los indecisos a votar por el que va adelante, y efectos underdog (o desvalido), que movilizan el apoyo hacia el candidato que parece ir, como señalan McAllister & Studlar (1991) y Schmitt-Beck (2016).

Fiscalización y Transparencia: Su regulación busca que la publicación y difusión de los resultados se realice con transparencia metodológica para que el público pueda valorar su calidad, contribuyendo a la certeza del proceso (INE, 2020).

Sin embargo, como instrumentos probabilísticos y temporales, las encuestas no son herramientas de predicción exacta ni «bolas de cristal» (Moldovan, 2018), y su validez descansa en la rigurosidad metodológica y la ausencia de sesgos o manipulación.

El Fracaso de las Encuestas en la Primera Vuelta: Un Reto Metodológico y Sociopolítico

Según los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), la primera vuelta, celebrada el 17 de agosto de 2025, produjo un resultado inesperado para la mayoría de las encuestas: Rodrigo Paz (PDC) obtuvo el primer lugar con 32,06%, seguido por Jorge Quiroga (LIBRE) con 26,70% y Samuel Doria Medina (Unidad Democrática) con 19,69%. Esta disparidad entre expectativas y realidad fue tal que Paz escaló posiciones considerables, superando a los pronósticos que lo ubicaban del tercer al quinto lugar en los sondeos anteriores (TSE, 2025; DW, 2025).

Un factor decisivo fue la alta abstención negativa expresada en votos nulos y blancos, que totalizaron un 22,37%, superando el porcentaje de votos logrados por algunos candidatos importantes. Este voto nulo y blanco funcionó como un vehículo de protesta ciudadana en un contexto de desencanto político, fenómeno documentado en literatura sociopolítica que interpreta esta modalidad como “voto de castigo” o expresión de descontento hacia las opciones partidarias (Romero, 2025).

Desde una perspectiva metodológica, la insuficiente inclusión de esta variable en los modelos estadísticos explica en parte el sesgo de las encuestas. Las metodologías tradicionales tienden a enfocarse en preferencias directas entre candidatos, sin contar con el peso sociopolítico del voto nulo, blanco o la indecisión estructural (Unitel/Ipsos Ciesmori, 2025). Ello reduce la validez predictiva y populariza una narrativa simplista del electorado.

La Importancia del Voto Secreto como Baluarte Democrático

La Constitución Política del Estado boliviano establece con claridad el carácter secreto y directo del voto como garantía ineludible de la democracia participativa (Art. 210 CPE). Este principio asegura la libre manifestación de la voluntad política, protegiendo al elector de presiones o manipulación y representando el verdadero veredicto frente a las distorsiones mediáticas y encuestadoras.

Las encuestas, pese a su influencia en el debate público, deben entenderse como instrumentos auxiliares que ofrecen imágenes parciales y temporales de la opinión pública. La literatura internacional sobre influencia de las encuestas señala que estas pueden generar sesgos en la opinión (efecto bandwagon) o estimular el voto de rechazo a favoritos (efecto underdog) (McAllister & Studlar, 1991; Schmitt-Beck, 2016). En el contexto boliviano, la elevada volatilidad sociopolítica y el alto porcentaje de votos nulos, blancos e indecisos (más del 30% antes del balotaje) sugieren una dinámica electoral compleja que las encuestas no logran delinear con precisión (Unitel/Ipsos Ciesmori, 2025).

El Balotaje y la Desconfianza Hacia las Encuestas

Con la proximidad del balotaje en octubre, las encuestas difundidas vuelven a ser foco de atención. La más reciente, de Ipsos Ciesmori, difundida por Unitel en septiembre de 2025, muestra una ventaja para Quiroga con 47% frente a 39,3% de Paz (DW, 2025). No obstante, esta proyección genera un escepticismo fundamentado en la experiencia pasada de manipulación y cuestionamientos al proceso electoral, particularmente tras las controversias de 2019 que aún marcan la memoria electoral.

El uso político de las encuestas como instrumentos para moldear expectativas o desmovilizar la oposición ha sido documentado en análisis previos de procesos electorales latinoamericanos (Cepeda, 2024). En Bolivia, este fenómeno se agudiza por la polarización social y la limitada confianza ciudadana en las instituciones estatales. El riesgo latente es que las encuestas sean percibidas y utilizadas como propaganda política encubierta, socavando el derecho del elector a la información veraz y legítima (Porter Aguilar, 2022).

Contexto Regional: Un Fenómeno Extendido en América Latina

La crisis de las encuestas no es exclusiva de Bolivia. Estudios recientes en Perú, Ecuador, Argentina y Chile reflejan fallas similares, vinculadas a la volatilidad política, fragmentación electoral y desconfianza generalizada en las élites e instituciones (García Magos, 2024; Gianella, 2024). En estos países, la dificultad para captar el “voto bronca” y los apoyos a candidatos “outsiders” se traduce en un desfase entre sondeos y resultados, situando a la ciudadanía como un actor dinámico y difícil de prever mediante las metodologías tradicionales (Romero, 2025). Esta situación regional subraya que la fragilidad de las encuestas es sintomática de una crisis de representatividad más profunda en las democracias latinoamericanas.

Análisis Doctrinal y Jurisprudencial

La Constitución Política del Estado (CPE) boliviano establece que la soberanía reside en el pueblo (Artículo 7) y se ejerce de forma directa y participativa (Artículo 11.I). Específicamente, el Artículo 209.I garantiza que el sufragio es universal, directo, individual, secreto, libre y obligatorio. Este principio del voto secreto es el baluarte democrático que asegura la libre manifestación de la voluntad política, protegiendo al elector de presiones mediáticas, políticas y encuestadoras, y confiriendo al resultado de las urnas un veredicto ineludible.

La función de las encuestas debe ser informativa, no decisoria ni condicionante del mandato democrático. La opinión pública registrada por las encuestas debe ser diferenciada del acto soberano de la voluntad popular que se manifiesta en el sufragio.

Jurisprudencialmente, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) ha reiterado la importancia de la transparencia y honestidad en los procesos electorales, que deben regirse por los principios de imparcialidad y objetividad (Ley del Régimen Electoral, Art. 5; TCP, 2025). En este marco, la difusión y manejo responsable de las encuestas preelectorales es una exigencia fundamental para evitar vulneraciones del derecho político y daño a la confianza pública. La regulación de estos instrumentos es, por tanto, una necesidad democrática que busca equilibrar la libertad de información con la integridad del proceso electoral.

Conclusión

En conclusión, los resultados electorales de Bolivia en 2025 confirman que las urnas siguen siendo la máxima expresión de la soberanía popular. Las encuestas, si bien útiles, presentan limitaciones estructurales y riesgos políticos que afectan su confiabilidad y valor como indicadores definitivos. El contexto latinoamericano evidencia una problemática generalizada que vincula crisis de representatividad y desconfianza institucional con la dificultad para anticipar en forma rigurosa el comportamiento electoral. La función de las encuestas en la democracia es la de ofrecer una instantánea, no un veredicto; son un instrumento auxiliar, no un sustituto de la voluntad popular. Por ello, el voto secreto reafirma su papel como la base irrenunciable de la democracia, en un ambiente donde la transparencia y el control confiable del proceso electoral son claves para restaurar la confianza ciudadana.

Referencias

Cepeda, A. (2024). La manipulación mediática en procesos electorales latinoamericanos. Editorial Académica. DW (Deutsche Welle). (2025, 26 de septiembre). Quiroga lidera encuesta a un mes del balotaje en Bolivia. recuperado dehttps://www.dw.com/es/quiroga-lidera-encuesta-a-un-mes-del-balotaje-en-bolivia/a-74141974

García Magos, J. (2024). Volatilidad y fragmentación electoral en América Latina. Revista de Ciencia Política, 45 (2), 89-110.

Gianella, C. (2024). Crisis de representatividad y voto ausente en elecciones sudamericanas. Revista Latinoamericana de Sociología Política, 12 (1), 33-48.

 INE (Instituto Nacional Electoral). (2020). Fiscalización de Encuestas Electorales.

JNE (Jurado Nacional de Elecciones). Fiscalización de Encuestas Electorales. McAllister, I. y Studlar, D. (1991). Carro, desvalido o proyección: encuestas de opinión y elección electoral. Revista Estadounidense de Ciencias Políticas, 35 (4), 755-769.

Porter Aguilar, L. (2022). Encuestas de opinión electoral. Falacias, sesgos cognitivos y problemas para la democracia. Revista del Tribunal Supremo de Elecciones (Costa Rica), (33), 89-106. RAE (Real Academia Española). Definición de encuesta electoral. Romero, M. (2025).

Voto nulo y blanco como protesta política en Bolivia. Centro de Estudios Sociopolíticos. Schmitt-Beck, R. (2016). La mediatización de la política: comprender la transformación de las democracias occidentales. Palgrave Macmillan.

Tribunal Supremo Electoral (TSE). (2025). Resultados oficiales elecciones generales 17 de agosto de 2025. La Paz, Bolivia.

Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP). (2025). Sentencia y jurisprudencia sobre transparencia y legitimidad electoral. La Paz, Bolivia.

Unitel/Ipsos Ciesmori. (2025). Encuesta preelectoral y de intención de voto. La Paz, Bolivia.