En Bolivia se requieren 2.060 horas para abrir una empresa mediana


El índice, publicado hace pocos días, ubica a Bolivia en el “top ten” de países donde es más difícil abrir y mantener una empresa. La excesiva burocracia desincentiva la inversión y alienta la corrupción

Bolivia está entre los 10 países más burocráticos para abrir una empresa mediana /Foto. Fuad Landívar

Fuente: eldeber.com.bo



“La burocracia —cuando se convierte en un laberinto costoso, lento e intrusivo— deja de ser un mecanismo de orden institucional para convertirse en una trampa que sofoca la iniciativa privada,

limita la formalización y ahuyenta la inversión”, sintetiza el Centro Adam Smith para la Libertad Económica, de la Universidad Internacional de Florida, en su último informe Índice de Burocracia 2025.

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Dicho informe mide la carga administrativa en 21 países (16 latinoamericanos, 2 caribeños y 3 europeos) para abrir y hacer funcionar una empresa. El enfoque de este año son las medianas empresas, claves por su generación de empleo formal, innovación y aportes al PIB.

El índice destaca que Chile es el país donde las empresas necesitan más horas para gestionar sus trámites y empezar a trabajar, 5.227 horas en total. Le sigue Argentina, con 4.496 horas; Panamá, 3.392 horas, Perú, 3.332; Colombia, 2.475; Guatemala, 2.283 y Bolivia, en el séptimo lugar, con 2.060 horas.

Más abajo se encuentran, en ese orden, Ecuador, Honduras, Uruguay, Costa Rica, El Salvador, Paraguay, México, República Dominicana y el país donde las empresas necesitan menos tiempo para sus trámites, es Brasil, con 284 horas.

En promedio, en los 21 países, se requieren 1.850 horas para abrir una empresa, es decir,  8 meses laborales, mientras que para el funcionamiento anual se necesitan en promedio, 1.577 horas, el 76 % del tiempo laboral de un empleado al año.

Los sectores más afectados son la industria, donde se asienta la  mayor carga burocrática, seguido por el terciario (servicios) y el primario (agropecuario). El costo de oportunidad es de $us 110,5 mil millones anuales en los países estudiados, equivalente al 13 % del PIB conjunto.

Según la investigación, este exceso de regulaciones no solo encarece los costos de operación, sino que también desalienta la formalización y alimenta la informalidad, que en Bolivia supera el 70 % del empleo total.

El Índice de Burocracia 2025 concluye que simplificar los procedimientos administrativos es clave para estimular la competitividad y la confianza empresarial. 

No existe voluntad

El economista e investigador, Fernando Romero, sostuvo que esto corrobora que Bolivia es una de las economías más informales del mundo, además está en el “top 10” de países que presentan mayores dificultades para hacer negocios o empresas.

Eso desalienta, desmotiva y hace de que varios emprendimientos, pequeñas y microempresas principalmente, prefieran estar en la informalidad antes que realizar trámites costosos y tardíos, para luego entrar a un sistema donde hay mucha presión fiscal, burocracia nuevamente, y donde no se dan las condiciones para que florezca y se potencialice  el sector privado”, apuntó.

Romero resaltó que el promedio de 2.060 horas para Bolivia equivale a destinar 77 días consecutivos o 231 jornadas laborales de 8 horas. En tanto, el índice de burocracia de funcionamiento (1.796 horas al año), equivalente a 74 días o 224 jornadas laborales.

Las entidades nacionales o subnacionales no hacen mucho para mejorar esto, porque es parte de un modelo que todavía es del siglo XX, porque no hay una modernización ni digitalización de los sistemas públicos para que se elimine la burocracia y sea todo más práctico y económico en tiempo y recursos”, agregó.

Por su parte, Javier Román-Roig, presidente de Juventud Empresa, planteó la necesidad de digitalizar y simplificar los trámites, eliminar redundancias regulatorias y garantizar reglas claras y ágiles.

La experiencia internacional demuestra que reducir la burocracia impulsa el crecimiento del PIB, fomenta la inversión y genera empleo de calidad (…). La burocracia no solo frena la productividad, también alimenta la informalidad y la corrupción. Reformar este sistema es clave para que los jóvenes emprendedores puedan competir en igualdad de condiciones y proyectar a Bolivia como un país atractivo para emprender e invertir”, aseveró.

También consideró que se debe facilitar también el proceso de cierre de empresas, lo que dinamizará la misma creación de empresas, agregó Román-Roig.