La Academia Boliviana de la Lengua propone cien nuevos bolivianismos para el Diccionario de la Lengua Española


La ABL informó que el trabajo estuvo a cargo de las académicas Tatiana Alvarado Teodorika, Alba María Paz Soldán y España Villegas Pinto. La RAE está revisando las postulaciones.
Anterior edición del Diccionario de la Lengua Española. FOTO: RAE
Anterior edición del Diccionario de la Lengua Española. FOTO: RAE

 

Fuente: Visión 360
Por Jorge Manuel Soruco Ruiz

El Diccionario de la Lengua Española (DLE) está en proceso de actualización, crecimiento y enriquecimiento. Por eso, la Academia Boliviana de la Lengua (ABL) propuso a la Comisión de Lexicografía de la Real Academia Española (RAE) cien nuevos bolivianismos para su incorporación al léxico.

El envío de “ismos” estaba sujeto a una serie de criterios: a) ser exclusivo de cada país; b) estar asentados en el uso y contar con documentación escrita de respaldo; c) tener, preferentemente, una o dos acepciones. En esta etapa de actualización se descartaron los extranjerismos, los participios, las formas complejas, los vulgarismos, las palabras con grafías ajenas al español y voces de plantas y animales.



La Academia Boliviana de la Lengua envió cien voces respetando escrupulosamente estos criterios. El trabajo estuvo a cargo de las académicas Tatiana Alvarado Teodorika, Alba María Paz Soldán y España Villegas Pinto, quienes contaron con el apoyo de los becarios de la RAE Bruce Aramayo, Marco Andrade y Dolly Peña.

Este es el segundo aporte de la ABL al DLE, sujeto a aprobación de la Comisión de Lexicografía de la RAE. El primero y único hasta ahora fue el realizado por los académicos Raúl Rivadeneira Prada, Mario Frías Infante y Carlos Coello Vila en 2013, con un aporte de 2.809 bolivianismos.

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El punto de partida de la actual propuesta fue una lista que fusionaba los lemas presentes en el Diccionario de Americanismos y el DLE para hacer una revisión de los que están aún en uso.  La comisión de la ABL revisó y corrigió los informes que recogieron las diversas propuestas de definiciones, habiendo sido aprobadas las voces que respondían cabalmente a los criterios señalados.

Entre los verbos aprobados, a manera de ejemplo, figuran:

Amartelarse: “Enfermarse o decaer física y anímicamente, generalmente, por la ausencia o pérdida de seres queridos”.
Chacharse: “Faltar a un lugar sin consentimiento”.
Challar: “Rociar con una bebida alcohólica o, algunas veces, con sangre de ciertos animales  objetos nuevos o bienes adquiridos, como ritual de ofrenda a la madre tierra”.
Cocachear: “Golpear a una persona en la cabeza con los nudillos de la mano”..
Huasquear: “Dar latigazos con una huasca” (aprovechando que la palabra “huasca” ya forma parte del Diccionario).
Karapampear: “Dormir sobre el suelo”.
Pijchar: “Elaborar un bolo en el cachete con hojas de coca y, generalmente, bicarbonato hasta que suelte los alcaloides”.

Entre los nombres (o sustantivos) añadidos, se pueden mencionar:

Aptapi: “Comida a la que los comensales contribuyen con diversos alimentos que suelen colocarse sobre aguayos en el suelo”.
Baquitú: “Suerte de abanico”.
Barquinazo: “Salto o tumbo que da un vehículo a causa de las irregularidades del terreno”.
Billa: “Fumada”. (Porción de humo que se toma de una vez fumando un cigarro).
Canchitas: “Futbolín”.
Chacra: “Dicho de una persona: que demuestra poca habilidad para llevar a cabo una tarea”.
Chonono, una de las pocas entradas con tres acepciones: “Rizo de cabello, acomodado especialmente para que luzca en el peinado”; “cascabel de serpiente; “instrumento musical idiófono elaborado generalmente de semillas secas o cola de víbora cascabel que se ponen en los tobillos para acompañar la música con los pasos”.

Entre las palabras enviadas se encuentran también: chubi, desquite, fatiguilla, kepi, manchanchas, mañudo, pipoca, plastoformo, puntabola, quivo, resir, tunkuña y vueltear.