Niall Ferguson señala que la falta de reacción y adaptación pone en riesgo la seguridad regional. Además subraya la necesidad de acelerar la producción de armamento y de cambiar la mentalidad de los líderes
Niall Ferguson, miembro sénior de la Familia Milbank en la Institución Hoover de la Universidad de Stanford y miembro sénior del Centro Belfer para la Ciencia y los Asuntos Internacionales de Harvard
Fuente: infobae.com
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
La advertencia de Niall Ferguson sobre el futuro de la guerra en Europa resulta contundente: “He visto el futuro de la guerra. Europa no está preparada para ello”, afirmó el historiador y miembro sénior de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford en declaraciones recogidas en una columna de The Freepress. Su análisis parte de la transformación radical que ha experimentado el conflicto en Ucrania, donde la tecnología de los drones ha desplazado a los métodos tradicionales de combate.
La evolución del enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, según Ferguson, ha sido vertiginosa.
“La guerra del futuro ya está aquí, y no le tienes suficiente miedo. A menos que seas ucraniano, claro está”, advirtió el académico.
Soldados rusos lanzan un dron de inteligencia Supercam hacia posiciones ucranianas en Ucrania. (Servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Rusia vía AP)
Para él, la percepción europea sobre la amenaza que representan los drones rusos sigue siendo insuficiente, a pesar de que “los habitantes de Polonia, Rumanía, Estonia y (quizás) Dinamarca saben ahora que los drones rusos son capaces de penetrar en su espacio aéreo”. Ferguson cuestiona si estos países han comprendido realmente las implicaciones de esta nueva realidad.
El testimonio de los combatientes ucranianos en el frente ilustra la letalidad de la guerra tecnológica.
“La frase que se escucha con más frecuencia de los hombres que han servido en el frente es: ‘Si escuchas el zumbido, entonces estás muerto’”, escribió Ferguson en su columna.
Esta afirmación resume el impacto psicológico y táctico de los enjambres de drones, que han convertido el campo de batalla en un entorno donde la vigilancia y la muerte pueden llegar en cualquier momento.
Frente a la superioridad numérica rusa, Ferguson identifica la innovación como el principal recurso ucraniano: “La clave para contrarrestar la ventaja cuantitativa de Rusia reside, por lo tanto, en lograr constantemente avances cualitativos, y en esto Ucrania ha sobresalido. Sin embargo, no hay escapatoria a la creciente escasez de personal en el lado ucraniano”, explicó el historiador en su análisis para The Freepress.
Soldados ucranianos disparan un proyectil desde un obús M777 cerca de la línea del frente, mientras continúa el ataque de Rusia contra Ucrania, en la región de Donetsk, Ucrania. REUTERS/Stringer
La capacidad de adaptación tecnológica, aunque notable, no compensa la disminución de efectivos humanos.
Ante este panorama, Ferguson plantea una hoja de ruta clara para Europa y el Reino Unido.
“En estas circunstancias, queda clarísimo lo que Europa y el Reino Unido deben hacer ahora que Estados Unidos ha convertido la guerra en Ucrania en su problema. Primero, aumentar la asistencia financiera a Ucrania. Después, acelerar su propio rearme”, recomendó el experto británico.
Sin embargo, denuncia la lentitud y falta de adaptación de las instituciones europeas.
“El problema es que las agencias nacionales de compras, los contratistas de defensa y los ejércitos de Europa no están adquiriendo armas con la suficiente rapidez, ni produciendo las armas adecuadas, ni adaptando sus estructuras de fuerza a las lecciones aprendidas en Ucrania”, dijo.
Las primeras imágenes de los drones rusos que derribó Polonia sobre su espacio aéreo
Ferguson subraya la urgencia de un cambio de mentalidad en las autoridades: “Los líderes europeos parecen no ver que un rearme alemán a la velocidad de la luz —la construcción de nuevas y enormes gigafábricas para producir en masa los mejores drones que Ucrania pueda diseñar— protegería a Europa, impulsaría el crecimiento y cambiaría la tendencia populista”, sostuvo.
Finalmente, advierte sobre la interpretación errónea de los mensajes provenientes de Estados Unidos: “Sobre todo, los europeos no parecen haber comprendido lo que Trump quiere decir cuando dice ‘¡Buena suerte a todos!’, en realidad es ‘¡Adiós y buena suerte!’”, concluyó Ferguson.