La Paz: El Obelisco paceño renueva su homenaje al Soldado Desconocido de la Guerra del Chaco


La Paz amaneció distinta. Entre las avenidas Mariscal Santa Cruz y Eliodoro Camacho, en el corazón del centro paceño, el municipio entregó una revitalizada Plaza del Obelisco, que acoge al monumento del Soldado Desconocido.

En la plaza del Obelisco se enterraron restos mortales de combatientes no identificados, convirtiendo al espacio en un lugar de memoria nacional. Foto ABI

Fuente: ABI



La escena coincide con septiembre, el mes en que bolivianos y paraguayos combatieron en Boquerón, hace 93 años, cuando la Guerra del Chaco apenas comenzaba a escribir su capítulo más crudo.

El bronce fundido de la escultura de Emiliano Luján luce renovado. Desde 1972, la figura inclinada del combatiente ha sido motivo de homenajes y también de polémicas.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Algunos lo vieron como un símbolo de derrota, incapaces de comprender que la intención de su creador —veterano de la contienda— era rendir tributo al héroe anónimo que muere al pie de su bandera.

Bajo su pedestal reposan restos mortales de soldados sin nombre, rescatados del frente chaqueño. Ese gesto, íntimo y silencioso, convirtió al Obelisco en un lugar de peregrinación cívica.

A la inauguración, en 1973, asistieron ex presidentes como David Toro y Hugo Ballivián, y héroes de guerra como Bernardino Bilbao y Manuel Marzana, el gran héroe de Boquerón.

El monumento no estuvo exento de vaivenes. En 1979 fue trasladado al Cementerio General, y un año después el dictador Luis García Meza llegó a ordenar su fundición para levantar en su lugar a un soldado “de pie”.

El golpismo cayó antes de que su capricho se cumpliera. Décadas después, en 2007, gracias al impulso de artistas plásticos y al hijo del escultor, Ramiro Luján, la obra retornó a su sitio original.

Hoy, tras nuevas obras de refacción y modernización de la plaza, el Soldado Desconocido vuelve a recibir el paso de los transeúntes.

Su creador, que en la guerra se encargó de dibujar “identiquits” de soldados caídos y olvidados en el monte chaqueño, explicó en vida que su obra debía mirarse con otros ojos: “vive para resaltar el civismo nacional al rendir homenaje al héroe que, como culminación de su patriotismo, muere al pie de su bandera, defendiendo su tierra”.

En medio del caos y bullicio urbano de La Paz, el monumento trae a la memoria colectiva el sacrificio de miles de jóvenes bolivianos. Y esa memoria hoy volvió a erguirse en la Plaza del Obelisco.

 

Mac