El ministro también hizo una distinción importante entre emisarios y cárteles, señalando que Bolivia, por su ubicación estratégica, es un país de tránsito, pero no alberga a cárteles que controlen todo el territorio.
Milen Saavedra
Fuente: Red Uno/Que no me pierda
El ministro de Gobierno, Roberto Ríos, confirmó en entrevista con el programa «Que No Me Pierda» que el gobierno boliviano activó una exhaustiva búsqueda para dar con Sérgio Luiz de Freitas Filho, alias «Mijão», un importante miembro del Primer Comando Capital (PCC) de Brasil. La autoridad confirmó que el criminal habría vivido en Bolivia durante una década con una identidad falsa y que se sospecha que ya abandonó el país para evitar su captura.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Coordinación internacional y el papel de Interpol
Ríos explicó que se ha establecido una estrecha coordinación con la Policía Federal de Brasil a través de puntos focales e Interpol. Una notificación de Interpol Brasil, enviada en agosto de este año, alertó sobre la posible presencia de este individuo en el país. El gobierno boliviano ha solicitado una reunión de alto nivel con autoridades brasileñas para fortalecer la cooperación en la lucha contra el crimen transnacional.
Sin embargo, las investigaciones del flujo migratorio no registran la entrada o salida de Freitas Filho con su nombre real, lo que refuerza la hipótesis de que ingresó de forma irregular y obtuvo documentos falsos. Esta situación ya se considera un delito en Bolivia.
Hallazgos de la investigación y la hipótesis de lavado de dinero
La policía ha realizado al menos cuatro allanamientos en viviendas y propiedades ligadas a Freitas Filho. Un dato revelador es que el criminal registró una empresa constructora en una dirección que, en realidad, era un local de barbería y tatuajes. Esto hace presumir que utilizaba negocios fachada para el lavado de dinero.
Además, se ha descubierto que Freitas Filho habría obtenido su nacionalidad boliviana en 2014, valiéndose de un certificado de matrimonio con una ciudadana boliviana que ahora es buscada por la policía. La investigación también ha revelado que el criminal tendría familiares registrados en el país con su nombre real.
«Surgen algunas hipótesis y, a raíz de activar todos los mecanismos de reacción tanto policial, investigativo, así como también los controles migratorios para identificar a esta persona, nos puede hacer presumir que para continuar refugiado y que no se logre su aprehensión, él habría abandonado el país», indicó Ríos.
La debilidad del Estado y el factor humano
Ríos reconoció que el caso evidencia la vulnerabilidad de las instituciones bolivianas, aunque matizó que el problema no radica en el sistema, sino en la corrupción de algunas personas. «No son las instituciones las que se perforan, sino son las personas las que se corrompen», afirmó. Puso como ejemplo el caso de Marcos Roberto de Almeida, alias «Tuta», otro líder del PCC, quien fue identificado y expulsado rápidamente gracias a un registro en el Segip, un proceso que estuvo facilitado por un efectivo policial que fue expulsado de la institución.
El ministro también hizo una distinción importante entre emisarios y cárteles, señalando que Bolivia, por su ubicación estratégica, es un país de tránsito para las drogas, pero no alberga a cárteles que controlen todo el territorio. Sin embargo, reconoció que emisarios como Freitas Filho aprovechan la falta de controles y la corrupción para establecerse y llevar a cabo actividades ilícitas que dinamizan una «economía paralela».