Mis exilios


 

El 17 de julio de 1980 fui detenido por un grupo de paramilitares que apoyaban el golpe militar de Luis García Mesa, estuve detenido en el DOP (Departamento de Orden Político) sometido a tortura física, tortura psicológica, amenazas contra mi vida y el 21 de julio nos comunican que Arce Gómez, había instruido que a cuatro presos cruceños nos lleven a la ciudad de La Paz, ahí el prefecto de esa época Óscar Román Vaca, se puso firme y dispuso que ningún cruceño vaya preso a La Paz y puso su cargo a disposición del Presidente. Hicieron un operativo en la madrugada del 22 de julio y al amanecer nos llevaron al aeropuerto El Trompillo y antes que aterrice el avión de la FAB que venía a llevarnos partimos al Paraguay, estuvieron para despedirnos el prefecto Óscar Román Vaca, el Arzobispo Luis Rodríguez Pardo, mi padre y los familiares de los otros tres exiliados.



Llegamos al Paraguay a Mariscal Estigarribia que queda en el Chaco, ahí nos recibieron y me quedé en Asunción a terminar de estudiar mi profesión de abogado. Siempre voy a estar reconocido con el Paraguay que a pesar de estar gobernada por la dictadura de Stroessner, tenía esa solidaridad con los perseguidos políticos del continente.

Los militares sabían que el mayor castigo era el destierro, el exilio, y no tomaban ninguna otra medida coercitiva ni jurídica contra los exiliados, eso facilitó nuestra vuelta al país al finalizar la dictadura y retornar la democracia.

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Mi segundo exilio comenzó el 5 de febrero del 2009, un juicio injusto, inconstitucional, abusivo e ilegal, me obligó a dejar mi país.

Esta vez la situación era distinta, si bien es cruel que no te dejen vivir en tu país, más cruel es que te etiqueten de delitos que nunca has cometido, y delitos que en el ejercicio de la función pública en las áreas que siempre me desempeñé, son imposibles de cometer. Más allá de mi formación moral, de mis principios democráticos, y mi compromiso eterno con la lucha por la libertad, la democracia y el respeto a los DD. HH.

Evo Morales y la bancada política del MAS, me acusó de Genocidio en su forma de masacre sangrienta, de terrorismo, asesinato, tortura y otros delitos.

Años después me di cuenta de que la crueldad de los dictadores del socialismo del siglo 21, era mayor que la crueldad de los militares con los exiliados

Como era tan absurda y falsa la acusación me quedé más de 4 años en Bolivia a defenderme, pero el régimen masista, enjuició a los miembros de la Corte Suprema, los destituyó, nombró sus propios ministros, como no completó puso con jueces que eran militantes activos del MAS a juzgarnos y ahí dije, aquí es imposible que haya un debido proceso, que les interese saber la verdad de los hechos, este juicio es para matarme civilmente, extorsionarme en lo económico y asesinar mi reputación. Con el dolor de mi alma, tuve que dejar mi país, arrastrar a mi familia, mi señora y mis cuatro hijos a lo desconocido e iniciarme casi desde cero en lo económico porque me embargaron todas mis propiedades habidas con el trabajo de más de treinta años y meter mi vida en una maleta.

Años después me di cuenta de que la crueldad de los dictadores del Socialismo del 21 era mayor que la crueldad de los dictadores militares, te quieren robar el alma, te quieren asesinar tu reputación, te inventan delitos que no cometiste, pero que tienen impacto en la opinión pública internacional y en los jueces de los países desarrollados, piden a la INTERPOL que te persigan. Por suerte, en mi caso el pedido fue rechazado. No les importa nada con tal de mantenerse en el poder y deshacerse de la oposición.

Gracias a Dios siempre tuve la solidaridad de mi familia, de mis amigos, de recibir el soporte emocional de los cruceños y bolivianos que viven en Miami y aquí inicié una nueva etapa de mi vida. Me ha ido bien, he formado profesionales a mis cuatro hijos y ahora son hombres exitosos, decentes y buenos.

Agradezco al Presidente del TSJ, Dr. Romer Saucedo, por su noble y justa intención de pedirnos a los exiliados que volvamos al país.

Estoy seguro de que la mayoría lo haremos.

En mi caso, por todas las irregularidades en el juicio, como ser:

– Una resolución del congreso sin informe jurídico de la Comisión de Constitución.

– Una acusación sin individualización de los delitos que supuestamente cometí, es más, en todo el expediente resalta mi labor de pacificación con otros ministros

– No se hizo una investigación imparcial de los hechos, y la única investigación inicial de una comisión de Fiscales concluyó que no habíamos cometido ningún delito y fueron inmediatamente destituidos sin ningún cargo, solo por decir la verdad.

– Los ministros de la CSJ, fueron destituidos por Evo Morales y el mismo nombró los nuevos ministros para que sean los que nos enjuicien. Él nos acusa, él nombra el tribunal y él decide la sentencia.

No me extiendo más, pero volveré a mi pueblo cuando se anule este injusto, ilegal e inconstitucional juicio al que fui sometido.

Sin haber cometido ningún delito, con una carrera política de más de treinta años en mi país, sin nada que me avergüence, estoy purgando una pena de más de 17 años viviendo fuera de mi tierra sin haber cometido nunca un delito y estoy dispuesto a volver libre de toda clase de acusaciones que pesan sobre mi persona y los actores políticos que defendimos la paz, la justicia y la democracia en nuestra patria.