Mito, realidad o invento: “Cartel de los soles”


 

 



                                                                                                                                                        

En 2020, el Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió una explosiva denuncia en la que se acusaba de “narcoterrorismo” al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y a otros altos funcionarios de su gobierno, y se les señalaba de liderar la organización narcotraficante conocida como el Cartel de los Soles.

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La dimensión criminal del poder que usurpa a Venezuela. El episodio de la lancha cargada de droga destruida por fuerzas militares de Estados Unidos no es un hecho aislado ni un malentendido: es la prueba palmaria de cómo el territorio venezolano ha sido convertido en plataforma del narcotráfico internacional.

Insignia de soles usados por los generales venezolanos

El Cartel de los Soles es el término usado para describir los oscuros grupos dentro del ejército de Venezuela implicados en una amplia gama de actividades criminales, incluyendo el contrabando de gasolina, la minería ilegal y otros esquemas de corrupción.

Historia

En los noventa, se conocieron señalamientos de que soldados de la Guardia Nacional Bolivariana colaboraban con narcos, principalmente aceptando pagos para dejar pasar a los traficantes con sus mercancías.

Se dice que el término “Cartel de los Soles” se usó por primera vez en 1993, cuando dos generales de la Guardia Nacional, el jefe de la unidad antinarcóticos Ramón Guillén Dávila y su sucesor Orlando Hernández Villegas, fueron investigados por narcotráfico y otros delitos conexos. En su calidad de comandantes de brigada, cada uno usaba un sol como insignia en sus charreteras, lo que dio origen al nombre de “Cartel del Sol”. A mediados de los años 2000, varios elementos de la Guardia Nacional y otras ramas del ejército asumieron roles mucho más activos en el tráfico de narcóticos. Varias células de las fuerzas de seguridad comenzaron a comprar, almacenar, trasegar y distribuir cocaína.

El término “Cartel de los Soles” volvió a ser objeto de la atención pública en 2004 gracias al periodista y concejal municipal Mauro Marcano. Antes de su asesinato ese mismo año, Marcano acusó al comandante de brigada de la Guardia Nacional Bolivariana y director de inteligencia, Alexis Maneiro, junto con otros miembros de la Guardia Nacional, de tener nexos con narcos.

En 2005, las acusaciones de espionaje contra la DEA (la Administración para el Control de Narcóticos de Estados Unidos) por parte del entonces presidente Chávez también contribuyeron a reforzar las redes del crimen organizado en el país. En 2008, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) adscrita al Departamento del Tesoro estadounidense, señaló al exjefe de inteligencia Hugo Armando Carvajal Barrios por “asistencia material a las actividades de tráfico de narcóticos de los insurgentes de las FARC de Colombia. Deja de ser un mito o invento como mencionaron algunos gobiernos del socialismo del siglo XXI o ex autoridades bolivianas del MAS-IPSP.

A esto siguieron aún más escándalos en 2015. Leamsy Salazar, exjefe de seguridad presidencial de Chávez, acusó al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, de ser uno de los jefes del Cartel de los Soles. Este mismo año, Estados Unidos imputó a dos altos exoficiales de la Policía por narcotráfico. En agosto de 2016, Estados Unidos abrió pliegos de cargos federales contra el exdirector general de la agencia antinarcóticos de Venezuela, Néstor Luis Reverol Torres, y contra el exsubdirector del mismo organismo, Edilberto José Molina Molina.

Geografía

No sorprende que los elementos del ejército que se cree tienen mayor participación en el tráfico de narcóticos en Venezuela se concentren a lo largo de la frontera oeste con Colombia, en especial en los estados de Apure, Zulia y Táchira. El poder de estas células proviene de su acceso a los principales aeropuertos del país, a retenes de carreteras y puertos, incluido Puerto Cabello, en el estado de Carabobo.

Los cargamentos de cocaína se adquieren en los estados limítrofes de Apure y Zulia, o en los departamentos fronterizos colombianos. Dado que hay escasez de dólares en Venezuela y a que el bolívar local se devalúa continuamente en el mercado negro, es raro que las compras involucren dinero.

Liderazgo

El Cartel de los Soles no tiene una estructura de mando definida. En lugar de esto, no hay más que una lista de nombres de personas que trabajan en las ramas principales de las fuerzas armadas de Venezuela, a quienes han sido identificados por su participación en la actividad criminal del gobierno. Existe una lista de 123 altos funcionarios, activos y en retiro, que han estado y están involucrados en tráfico de cocaína.

Algunos de los primeros indicios de fuentes del gobierno sobre una honda implicación de los más altos niveles de las fuerzas de seguridad del país en el crimen organizado se conocieron en 2008. En septiembre de este año, la OFAC sancionó a tres personas que servían de contactos para las FARC en un esquema de intercambio de drogas por armas. Como ejemplo se cita algunos nombre y cargos: Hugo Armando Carvajal Barrios, que en esta época era director de inteligencia militar; Henry de Jesús Rangel Silva, a quien Chávez nombró general en jefe y luego ministro de defensa en enero de 2012, y Ramón Emilio Rodríguez Chacín, exministro de interior y de justicia, fueron todos señalados. Luego los Hijos de Cilia Adela Flores de Maduro —Walter, Yosser y Yoswal— son señalados de participación en actividades criminales, específicamente en un esquema de corrupción orquestado por el empresario colombiano Álex Saab. Tareck El Aissami, ministro de industrias y producción nacional de Venezuela, también se destaca en las actividades criminales del gobierno.

También hay evidencia que indica que miembros del Cartel de los Soles cuentan con la complicidad, e incluso con la participación activa, de altos mandos del gobierno civil de Venezuela. En resumen: la actividad delictiva del Cartel de los Soles está tan arraigada en el gobierno venezolano que se extiende a todo, desde el narcotráfico hasta la minería ilegal de oro y la corrupción total. Significa que la corrupción estructural, los bajos salarios y la escasa capacitación han contribuido a la participación de miembros de las fuerzas de seguridad de Venezuela en las economías criminales.