Las comunidades que se beneficiaron de la movilidad social del MAS votan a Rodrigo Paz en las presidenciales de Bolivia.
Caio Ruvenal
Fuente: https://elpais.com
La contundente victoria electoral del Partido Demócrata Cristiano (PDC) en la zona andina boliviana se debe en gran medida a su estrategia para captar a los llamados “nuevos ricos aymaras” o qamiris. Cerca del 60% de los votos de la ciudad de El Alto, colindante con La Paz y donde se concentra la burguesía indígena, fue para Rodrigo Paz, quien peleará la presidencia en una segunda vuelta el 19 de octubre con Jorge Tuto Quiroga. Esta urbe de más de un millón de habitantes, casi inexistente hace solo 50 años, fue uno de los bastiones, durante dos décadas, del Movimiento Al Socialismo (MAS), fundado por Evo Morales, que fomentó el ascenso social de los campesinos que migraron allí. Con el paso del tiempo se consolidó una nueva clase social que ahora exige menos impuestos y mayores facilidades para amasar su fortuna.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
En aimara, qamiri significa “rico o acaudalado”. El conferencista Edgar Morales, hoy jefe de campaña del PDC, acuñó el término qamirismo para convertirlo en una visión que pregona entre jóvenes, mediante charlas en aimara y en español en colegios y universidades. “El qamirismo es una economía propia de los aymaras que se caracteriza por el trabajo en familia. El padre, la madre, el hermano, la hija son quienes venden, importan, administran. La ventaja es que no se pagan beneficios sociales que no dejan prosperar a los pequeños empresarios”, asegura Morales. La entrevista con EL PAÍS ocurre a unas calles de la avenida 16 de julio de El Alto, epítome del qamirismo por los lujosos y coloridos edificios conocidos como cholets, que los comerciantes ornamentan con orgullo.
Los propietarios de estos inmuebles alquilan sus salones de fiesta por hasta 2.000 dólares, además de locales comerciales donde se suelen vender costosas joyas y ropa para las cholas paceñas. También en la avenida 16 de julio se instala, los jueves y domingos, una feria considerada el mercado popular más grande de Sudamérica. Más de 10.000 vendedores se extienden por las calles ofreciendo aparatos electrónicos, ropa, repuestos, vehículos, maquinaria ligera y artículos para el hogar en dos jornadas en las que, según datos del municipio, se mueven alrededor de dos millones de dólares.
La mayoría de los productos provienen de China, país que el MAS convirtió en aliado estratégico, transformándolo en el principal origen de las importaciones entre 2014 y 2018. La otra gran parte del comercio llega desde la frontera con Chile y Perú, marcada por el contrabando. “Para que todos paguen impuestos, tienen que ser más bajos. Un auto que en el exterior cuesta 11.000 dólares aquí llega a 18.000. Te cobran hasta cuando sales de Bolivia, la Aduana saca dinero de todos lados”, argumenta Morales.
Por ello, aunque los qamiris fueron una base electoral clave para el MAS —que aupado por el boom de las materias primas entre 2006 y 2014 redujo la pobreza a la mitad y aumentó el consumo urbano—, en los últimos años han presionado contra medidas tributarias que consideran lesivas. El PDC les ofrece una salida proponiendo aranceles que no superen el 10%. El “capitalismo para todos” que ha convertido en lema el candidato presidencial Paz, Morales lo transforma en “qamirismo para todos”: “Todos podemos ser qamiris y tener nuestro edificio en la 16 de julio”, dijo el conferencista en una de sus charlas con estudiantes.
Otras promesas que han seducido a la burguesía aimara son créditos con intereses al 3% (actualmente pueden llegar al 18 %) o un “perdonazo tributario”, con el que se condonarían multas, intereses y sanciones a contribuyentes a cambio de que paguen el capital de la deuda. Morales, quien en realidad quería candidatear con su partido Democracia Directa pero no tuvo sustento económico, sueña con otras políticas para el qamirismo, como institucionalizar la práctica andina del pasanaku.
El pasanaku es una forma de ahorro rotativo que se ha extendido hasta las grandes capitales y que Morales describe así: “Una persona se encarga de recoger un monto diario fijado de los participantes. El dinero recaudado se entrega a final de mes a los concursantes por turno, en un sorteo celebrado previamente. Generalmente, el beneficiario se va a China con ese dinero a traer mercadería”.
El investigador de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) Lorgio Orellana dice en un análisis reciente que la visión del qamirismo se encuentra en las “antípodas” de aquel movimiento de organizaciones sociales, campesinas y obreras que fue el MAS. “Si en las etapas iniciales del proceso de cambio el peso predominante lo tenían las clases trabajadoras aimaras y quechuas, hoy es principalmente el qamirismo la ideología dirigente”. Para Edgar Morales, sin embargo, el aimara siempre ha sido económicamente qamiri: “En nuestro idioma no hay una palabra que represente su oposición, como sucede en el castellano con rico-pobre”.
Prueba de ello, asegura, es la fama de arduos trabajadores que se han ganado los aimaras que migran a Brasil o Argentina. Existe una tendencia al mayor ahorro posible y a trabajar la mayor cantidad de horas posibles. “Solo derrochan en un momento y es en las fiestas. Gastan miles de dólares en salones, bebida y bandas internacionales. En un día disfrutan lo que han ganado en todo el año”, concluye entre risas.