Siempre he creído que Bolivia, su gente, su ideal se imponen a la larga. Con el presagio de la reciente encuesta que da mayoría de votos a Tuto Quiroga, renace la fe y la esperanza. El espíritu de remontar dos decenios de frustraciones, de injusticia, de persecución y desgobierno.
No vamos a insistir en los horrores de los últimos 20 años que han conducido a la crisis de hoy. La corrupción en los más altos niveles, como ejemplo los negociados dentro de YPFB rayan en el bochorno. El fracaso de la gestión arcista en las empresas del Estado y la corrupción en la concesión de contratos, coimas de por medio, están mostrando a los ciudadanos la total urgencia de un cambio para encontrar un balance en las finanzas de las familias, frenar la ausencia de ética en la administración fiscal, imponer una austeridad que provocará lágrimas en muchos (burocracia supina, desocupación, carestía, recortar ilusiones por la realidad dominante) no será fácil para Tuto Quiroga seleccionar a los más austeros, a los más capaces, a los más probos para gestionar la Nación. Los cinco años pasarán veloces, eso sí, ahora cargados de fe y esperanza, especialmente para él esa pléyade de jóvenes bachilleres, de conscriptos, de universitarios ahítos de servir a la Patria, a tiempo de conjugar la fundación de nuevas familias, de nuevos emprendimientos, de tareas al unísono con las nuevas tecnologías que se tendrán que aplicar en la vida diaria.
¡Motivados por nuestro credo cristiano, tenemos que estar agradecidos por las nuevas señales de recuperación y cambio a partir de la nueva fecha 18 de octubre, que marcará sin duda un nuevo amanecer luminoso, radiante, de terrible urgencia para la patria común que es la nuestra!
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas