Con mucho voto indeciso y un gran universo de voto blando, Paz y Tuto se medirán en un debate tras una semana marcada por las acusaciones de racismo y de manejos bancarios turbulentos

Fuente: El País.bo
Por alguna extraña razón, a una semana de elegir presidente el gobierno se empeña en seguir siendo protagonista, y no para bien. El presidente Luis Arce denunció el miércoles por enésima vez un “golpe a la democracia”, esta vez perpetrado desde el legislativo por el intento de un senador, Benjamín Vargas, en colar una Ley que esencialmente desconocería las elecciones del 17 de agosto y obligaría a elegir nuevo TSE, y por lo tanto y mientras tanto, ampliaría el mandato de las autoridades tal como se hizo en 2019. El detalle es que nadie denunció fraude el 17 de agosto, ni el 18, ni el 19, ni nunca hasta el otro día en el que un “activista” de apellido importado y conocido por estos asuntos se plantó ante la prensa sin muchas más pruebas que unas fotocopias.
Arce, Evo Morales, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Andrónico Rodríguez y más salieron a la palestra a rechazar ese intento de prórroga sin asidero, pero que seguía pululando por el legislativo. Ya no.
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Esta posibilidad de forzar una Ley en base a una falacia genera zozobra; la forma en la que el gobierno de Arce ha salido a rechazarla también. Por un lado, sin ideas desde hace meses, quien más quien menos en todo el entramado cuenta los días para salir. Los hay que incluso mandan cartas para exigir silencio a la prensa, no sea que se les complique el plan. Mientras, el fiscal General Roger Mariaca y sus acólitos parece han encontrado una buena veta para hacer buena letra, o ajustar cuentas: la última orden de aprehensión fue para Armin Dorgathen, presidente de YPFB y a quien ya lo vimos a la carrera hace unos días.
La campaña
Dorgathen es además el responsable de que las filas en los surtidores vuelvan a dar vueltas y vueltas a las cuadras. Con lo que costó desmentir al ministro Alejandro Gallardo, el presidente de YPFB volvió a sembrar incertidumbre sobre la provisión de gasolina a partir del 8 de noviembre, y la ANH acabó sembrando el caos cuando publicitó más de la cuenta los precios de las gasolinas importadas no subvencionadas, y que apenas se encuentran, por cierto.
Los peor pensados dicen que se busca volver a posicionar el estado de alarma antes de la votación, que la crisis económica existe y que hace falta “un buen gestor” que la administre. Los evistas dicen directamente que los arcistas, como Dorgathen, están ayudando a Tuto Quiroga. Lo cierto es que el problema es para ambos, aunque en este momento concreto de la campaña puede aliviar, pues el ambiente se ha vuelto irrespirable.
La primera piedra la lanzó el capitán Edman Lara en el debate vicepresidencial del domingo, que para las burbujas de twitter perdió abrumadoramente aunque se haya seguido hablando toda la semana de los dos temas que él posicionó: racismo y corrupción, también en ámbitos privados, como el banco Fassil.
El golpe fue tan duro que Tuto Quiroga salió a defender a su JP Velasco sacando trapitos del ámbito privado que conoció cuando eran “amiguis”, pues Tuto fue ministro de Jaime Paz y hasta esta semana, siempre se había mostrado respetuoso: el suegro de Rodrigo Paz también tuvo problemas en los 90 con un banco y recibió sentencia. “Hablemos de todo” dijo Tuto.
Una cosa es calentar un partido, o debate, y otra llenarlo de inmundicia. Eso sí, las televisoras privadas que lo promocionan se frotan las manos: es el combate del siglo, pero es que probablemente lo sea. Las encuestas insisten en dar por delante a Tuto Quiroga con 3 o 4% sobre Rodrigo Paz Pereira con un 10% de indecisos, que si nos atenemos a las últimas distribuciones registradas, voltearía el tablero. Mientras, hay partido. Y pelea.
A parte de las encuestas, hay estudios. Estudios que básicamente analizan qué harán los votantes que no votaron ni por Tuto ni por Paz y que son una abrumadora mayoría. El padrón se va casi a los 8 millones, aunque más o menos son 7 los que se plantaron ante las ánforas. De aquellos, 1,4 millones eligieron a Tuto y 1,7 a Paz. Quedan casi cuatro millones de votos por conquistar.
Paz cree que con no moverse demasiado, la tiene ganada. Tuto tiene que ir a por todas, pero no encuentra la entrada, peor luego de los asuntos racistas que merodean su campaña desde el inicio. Llevar la mayor parte posible al blanco por miedo a uno, o al otro, o a los dos, está afinada. Veremos si es suficiente.
El rol de Evo Morales
Defenestrado de la política y sin bancada, Evo Morales sigue siendo clave en la contienda nacional. Tuto Quiroga lo utiliza de forma recurrente para caracterizar a sus rivales, mientras que estos, Rodrigo Paz y Edman Lara, pasan de puntillas sobre los asuntos más polémicos para no incomodar a nadie.
Evo Morales reunió un millón de votos en el nulo (fueron 1,3, pero no todos sumaron por su pedido), los cuales tienen “libertad” en la segunda vuelta mientras asume con naturalidad que irán al PDC, simplemente porque no irán a Tuto. No son cuestiones de estrategia ni de conspiraciones, sino la lógica aplicada, además de una forma que, de momento, no le hace el juego a Tuto. Veremos cómo sigue y si cambia de opinión en lo que queda.
Fuente: El País.bo