Rusia envió ratones y moscas al espacio: la nave trajo sorpresas en su regreso a la Tierra


La cápsula orbitó de polo a polo durante un mes para estudiar el impacto de la radiación en los tripulantes. Las muertes registradas se atribuyeron a “conflictos de grupo”.

Fuente: https://tn.com.ar



La segunda misión Bion-M de la agencia espacial de Rusia regresó a la Tierra con algunas sorpresas en el interior de la cápsula. Roscosmos había enviado al espacio una nave esférica que orbitó nuestro planeta de polo a polo durante un mes con una tripulación compuesta por semillas, cultivos celulares, 1.500 moscas y 75 ratones, de los que llegaron 65 con vida.

Una misión que recuerda a los orígenes de la exploración espacial

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Enviar animales al espacio no es una novedad. Antes de los primeros viajes con tripulaciones humanas, diversas agencias internacionales lanzaron naves con simios e incluso perros. El caso de la perra Laika es especialmente recordado.

El propósito de la Bion-M es estudiar el impacto de la radiación espacial en los seres vivos, como preparación para la futura estación espacial ROS que Rusia pretende poner en funcionamiento tras su salida de la EEI, que ahora comparte con otras agencias internacionales, entre ellas la NASA de Estados Unidos y la ESA de Europa.

De los 75 ratones macho que viajaron en la cápsula, regresaron 65. (Foto: Roscosmos)
De los 75 ratones macho que viajaron en la cápsula, regresaron 65. (Foto: Roscosmos)

Tal como señalamos, la nave orbitó la Tierra de polo a polo durante un mes completo, antes de regresar a la Tierra. En su trayecto, la radicación es un 33% superior a la que experimentan los astronautas en la EEII, según detalla la publicación Xataka en base a informes de Roscosmos.

10 ratones murieron y las moscas viajeras tuvieron nietos durante el viaje espacial

De los 75 ratones macho que viajaron en la cápsula, regresaron 65. De acuerdo a la fuente, la misión fue un éxito, porque las bajas en el grupo fueron atribuidas a “conflictos complejos” entre los animales, explicó Oleg Orlov, uno de los responsables de la iniciativa, en referencia a la agresividad de los roedores. Es decir, no murieron por la radicación.

Además, la primera misión Bion-M, que se realizó en el año 2013, tuvo fallas en los sistemas de soporte vital que provocaron la muerte de 29 de los 45 ratones que habían viajado.

El caso de las moscas que viajaron al espacio también exhibe curiosidades. El grupo es la séptima generación de un linaje de insectos que se originó en la EEI. En la reciente misión, nacieron la novena y la décima generación.

Un aterrizaje violento

En su retorno, la cápsula provocó un incendio pequeño en la estepa de Oremburgo, donde aterrizó violentamente. Tal como vemos en las imágenes, se trata de una nave esférica que no cuenta con los sistemas que disponen las naves tradicionales, para una llegada más suave a la superficie terrestre.

Amén de la incidencia, los científicos de la misión Bion-M ya analizan las muestras que regresaron del espacio, incluyendo a las moscas y a los ratones. Esperan que este examen sea crucial no solo para la nueva estación propia, sino también para los futuros viajes tripulados con destino a la Luna y a Marte.