Segundo censo de la Paraba Barba Azul arranca en Bolivia después de 10 años


Uno de los principales retos del censo es diferenciar a la Paraba Barba Azul de la Paraba Azul y Amarillo (Ara ararauna). Durante las capacitaciones, los equipos practicaron la identificación por rasgos físicos, vocalizaciones y patrones de vuelo.

Fuente: La Nube



En 2015, el primer censo de la Paraba Barba Azul (Ara glaucogularis) estimó entre 315 y 450 individuos en los Llanos de Moxos. Diez años después, seis equipos iniciaron un nuevo conteo de esta especie endémica y En Peligro Crítico de Extinción, con el fin de conocer el estado actual de su población y medir la efectividad de las acciones de conservación de la última década.

Tras una capacitación en la Reserva Laney Rickman, los censistas partieron rumbo a seis zonas dentro de las tres subpoblaciones conocidas. La logística del censo contempla recorridos a pie y a caballo en los Llanos de Moxos, la sabana inundable más grande de la Amazonía, que alberga hábitats clave como las islas de bosque donde la especie establece sus dormideros.

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“Con nuestro trabajo de monitoreo en la Reserva Natural Barba Azul y el éxito del Programa de Cajas Nido, estimamos que la población ha incrementado. Ahora necesitamos datos sólidos que confirmen esta tendencia y orienten las próximas acciones de conservación”, señaló Tjalle Boorsma, director de Programas de Conservación de Armonía.

El Programa de Cajas Nido alcanzó en 2025 un hito: 19 pichones volaron con éxito, elevando a 164 el total de crías desde 2005. Se calcula que cerca de una cuarta parte de la población actual —estimada en unos 500 ejemplares— nació en estas estructuras. Los monitoreos semanales en la Reserva Barba Azul también registraron hasta 228 aves en un solo dormidero, cifra récord que refuerza la expectativa de un crecimiento poblacional.

Uno de los principales retos del censo es diferenciar a la Paraba Barba Azul de la Paraba Azul y Amarillo (Ara ararauna). Durante las capacitaciones, los equipos practicaron la identificación por rasgos físicos, vocalizaciones y patrones de vuelo.

Para Sebastián Herzog, director de Áreas Protegidas de Audubon, el trabajo también tiene un componente humano: “Estos talleres previos son esenciales para afinar la metodología y generar confianza en el equipo. Después de una década de esfuerzos de conservación, tenemos esperanza de alcanzar estimaciones cercanas a 600 individuos”. Boorsma agregó que los resultados se conocerán en los próximos meses y marcarán el rumbo de las acciones futuras para asegurar la supervivencia de una de las especies más emblemáticas de Bolivia.