Todas las veces que Óscar Montes acertó (y las que se equivocó)


El gobernador de Tarija es el hombre que mejor conoce políticamente a Rodrigo Paz, y también uno de los principales críticos

La Mano del Moto

Todas las veces que Óscar Montes acertó (y las que se equivocó)

Montes

Fuente: https://elpais.bo

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

El hoy gobernador de Tarija, Óscar Gerardo Montes Barzón, es un animal político de primer orden que por diferentes avatares del destino, nunca acabó de salir de Tarija, lo que no impide que sus análisis sagaces y sus planteamientos no hayan sido escuchados siempre en las «altas instancias paceñas».

Montes fue electo alcalde de Tarija en el 99 ante dos pesos pesados: Motete Zamora que daba sus últimos coletazos en la política departamental y Mario Cossío, mimado del poderoso MNR de raíz tarijeña, que empezaba a dar sus primeros pasos. Montes había sido fichado por el MIR desde el Comité Cívico, fue reelegido dos veces más, ya con su propia organización: UNIR, con la misma raíz socialdemócrata que la organización de los Paz Zamora y sus cardenales, que habían perdido la sigla tras una serie de decisiones incongruentes.

Economista bien formado y especialista en la Gestión Pública por propio desempeño, supo guardar las formas en la irrupción de Evo Morales. No abrazó la causa autonómica con especial entusiasmo por cuestiones propias de su viabilidad y aunque lo disfrutó, siempre advirtió de los riesgos de la economía basada en las regalías. Fue pragmático con Evo y con Álvaro García Linera y muchos de sus amigos del círculo rojo que acabaron abrazando al MAS lo propusieron siempre como aliado, pero no cedió. Montes armó un equipo muy de base que controlaba barrios, asentamientos y mercados que le permitía ganar cómodamente las elecciones locales ganando justamente “en los barrios del MAS”.

El mecanismo estaba perfectamente engranado y la nueva Constitución (2009) le permitía volver a ser candidato en 2015, pero optó por nuevos desafíos y anunció una candidatura a la Gobernación con un frente amplio de políticos tarijeños, de Camino al Cambio a Unidad Nacional y el FRI. Empezó ahí a alejarse de la ambigüedad y de su base má popular. Montes acabó renunciando a esa candidatura tras lo que consideró un ataque desaforado del MAS y sus operadores judiciales contra él y su familia. Ahí se cerró su primer círculo, pues no pudo volver atrás: Rodrigo Paz era el candidato a alcalde y todo el mundo percibía lo que podía pasar, incluso él, que colocó a su esposa Ruth Ponce como concejal a última hora en una operación todavía poco explicada. La guerra se declaró pronto y fue descarnada.

Montes operaba desde Tarija (un departamento conservador y opositor al MAS) y eso siempre estuvo presente a la hora de tomar decisiones: En 2009 apostó por Convergencia Nacional en acuerdo con Mario Cossío; en 2014 apostó por Tuto con el PDC y sacó dos diputados y un senador que fueron claves al final de la legislatura: Gina Torres, Edgar Rendón y Víctor Hugo Zamora.

En algún momento Montes cambió el plan: apostó por Rodrigo Paz para la Alcaldía de Tarija y no por los hermanos Rosas; se sumó a Demócratas en la elección de 2019 donde Oscar Ortiz acabó cuarto y sin posibilidades de redención, y en 2020 apostó por Jeanine Áñez asumiendo un rol protagónico distinto al perfiol bajo nacional al que nos tenía acostumbrado. Ninguna de esas apuestas le fue bien, se rompió el partido UNIR en tres y su imagense vio afectada, pero finalmente se presentó como candidato a la Gobernación liderando el proyecto «Unidos» que de nuevo había reunido a todos los cuadros de la política tradicional: De Camino al Cambio y el MNR de Johnny Torres, al FRI y Unidad Nacional. Perdió la primera vuelta contra el MAS por la participación de Adrián Oliva, que buscaba su reelección, pero en el mano a mano sacó más de diez puntos de ventaja.

Paz había «huido» a La Paz de la mano de Carlos Mesa a mediados de 2020. No necesitaba más. Montes, ni siquiera pudo cobrar venganzas. Paz se acomodó en la entente de Mesa, al que le ajustaron detalles, pero una vez que fracasó en el objetivo presidencial, Paz se convirtió en un verso suelto: senador por Tarija sin apenas pie en el departamento que aparentemente Montes volvía a controlar.

La crisis económica ensombreció la gestión del gobernador y la torpeza política de Luis Arce, tan asediado por la situación como por la soberbia, impidió que Montes pudiera desplegar un acuerdo de mínimos como los que se solían pactar con Morales. Así, los cinco años de gestión se han convertido en una letanía de crisis, recortes y problemas varios, sin muchos más horizontes y pocas acciones políticas de coordinación.

Mientras tanto, Paz se ha convertido en el hombre del momento: ganó la primera vuelta electoral y todo apunta a que sabrá atraer aun más voto masista en la segunda para poder gobernar. Montes, que anunció un paso al costado a partir de 2026, se lo piensa de nuevo. No hizo apuesta clara en la primera vuelta y su sueño se volvió pesadilla: Rodrigo Paz ya no ha fracasado, incluso si no logra la presidencia. Montes ha decidido saltar a la cancha para dar al menos algunos consejos. Hizo mejor análisis de lo que pasó con el MAS en esa primera vuelta y viene advirtiendo de lo que puede pasar en el corto plazo. Cada vez que habla, deja titulares: es el hombre que mejor conoce a Paz en la política. Y no le gusta perder.