Todo empezó en Hawái


El desarrollo de Santa Cruz empezó en Hawái un día de diciembre de 1941 en plena Segunda Guerra Mundial con el ataque japonés sobre Pearl Harbor. Ese ataque desató una serie de eventos que terminaron propiciando el desbloqueo del potencial económico cruceño. La agresión del imperio del Japón no le dejó a Estados Unidos otra alternativa que abandonar su neutralidad e ingresar de lleno en la guerra, lo que imprimió una nueva y mayor intensidad a la Good Neighbor Policy, o Política del Buen Vecino, del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt, vigente desde 1933.

Fuente: Ideas Textuales



A partir de ese momento la política de Roosevelt rápidamente se orientó a fortalecer la cooperación entre Estados Unidos y Latinoamérica para garantizarse el abastecimiento de productos considerados imprescindibles para tiempos de guerra. También a neutralizar la influencia del Eje (Alemania, Italia y Japón) en Latinoamérica. En términos prácticos, eso significó una inversión de miles de millones de dólares ejecutada en 19 países de Latinoamérica, que trajo unos años de prosperidad sin precedente.

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La prosperidad que trajo la Good Neighbor Policy a Latinoamérica fue, por supuesto, una herramienta para asegurar la lealtad de esos países al bando aliado, e impedir, al mismo tiempo, que los commodities producidos en Latinoamérica llegasen al bando contrario. Todos los países aceptaron el trato, excepto Argentina . A Bolivia le tocó proveer goma y estaño. A Chile cobre, a Cuba azúcar, y así. En cada país se ejecutaron distintos y diversos proyectos, previamente identificados.

Esta colaboración estrecha no se limitó a la economía. Hubo también una importante colaboración militar. Se abrieron bases norteamericanas en varios países, y se “apoyó” la supresión coordinada de fuerzas subversivas en el continente. Brasil y México llegaron incluso a enviar fuerzas expedicionarias a la guerra en Europa.

That good neighbor Bolivia

La ejecución en Bolivia de la Good Neighbor Policy fue llevada adelante, en primera instancia por la Misión Bohan de 1942. Llamada así en honor al funcionario del servicio exterior norteamericano que actuó como su jefe, Merwin Bohan.

Es importante entender el contexto de Bolivia en 1942. El país gastaba una parte importante de los dólares generados por la exportación de minerales importando alimentos de Chile y Perú. Oriente y occidente de Bolivia estaban conectados de manera muy precaria.

El famoso Plan Bohan planteó, en esencia, conectar el occidente con el oriente. Es decir, conectar la demanda concentrada en occidente con el potencial productivo del oriente del país. Así, de paso, se diversificaba la economía boliviana haciéndola menos vulnerable a las subidas y bajadas de los precios de los minerales en el mercado mundial. Conectar oriente y occidente era una idea sencilla y poderosa, pero nada original. Ya que desde siempre se exportaron alimentos del oriente hacia el occidente de Bolivia, azúcar, carne, chocolate y un largo etcétera.

La economía de Santa Cruz no nació en 1950. Sin embargo, es a partir de 1950 que la producción cruceña estalla y escala hasta niveles nunca antes vistos. Lo que ocasionó que en poco más de setenta años, Santa Cruz pasase de representar sólo el 9% de la población nacional en 1950, a ser el departamento más poblado de Bolivia en el siglo XXI. También logró el primer lugar en aporte al PIB nacional con alrededor de un 30%, y pasar a ser, además, la región que produce casi el 80% de los alimentos que consume el país, y el departamento en donde más impuestos se recaudan.

Por todo eso, la década del 50 puede considerarse en muchos sentidos como “fundacional” respecto a la relevancia y modernidad del Santa Cruz de hoy. En esa misma década se fundó el Comité pro Santa Cruz, llegó la primera locomotora a Santa Cruz desde Corumbá, y al año siguiente, en 1954, se inauguró la carretera a Cochabamba. Y ya en el 57 se inauguró la ferrovía a Yacuiba, para que luego, a finales de los 50 y principio de los 60, se hiciera por fin efectivo el pago de las regalías petroleras adeudadas por más de 20 años.

Esos cuatro factores que determinaron el desarrollo cruceño

Las causas del desbloqueo y liberación del potencial productivo cruceño en la década del 50 pueden hallarse entonces en cuatro factores, en cuatro drivers podría decirse (si se disculpa el anglicismo), que venían incubándose desde hacía mucho tiempo hasta que finalmente pudieron activarse y retroalimentarse uno al otro a partir de 1950 y en adelante. Estos cuatro factores o drivers del desarrollo cruceño son:

Uno, el Plan Bohan. Decíamos que lo que Bohan planteó en su informe no era original porque vincular al oriente y occidente de Bolivia, en esencia, es lo mismo que había sido dicho 37 años antes en el Memorándum de 1904 . E incluso antes, en 1882 por la genialidad de Nicomedes Antelo , quien afirmaba que lo sensato era vincular Santa Cruz con Bolivia para abastecer occidente con la producción del oriente. Nada muy diferente a lo que siglos antes hacían las misiones jesuitas. Al parecer hay quienes no ven verdades tan obvias hasta que se las dicen en inglés. O tal vez, y esto es más probable, existía entonces una mezquina geopolítica en la élite minera andina de entonces que no quería por ningún motivo que el oriente de Bolivia se desarrollase .

Una de las obras de infraestructura capitales, determinantes, ejecutada gracias al Plan Bohan fue la carretera entre Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba. Antes de ella, la vinculación era precaria y riesgosa. Doce años antes de la inauguración de la carretera, y a propósito de lo frágil que era la vinculación antes de la carretera, el filósofo cruceño Manfredo Kempff Mercado observaba:

«Con un ensayo de camino que nos guía hacia el interior de la República, Santa Cruz ha hecho su comercio. Y sólo aquel que haya viajado por ese camino, puede darse cuenta exacta de los peligros y sacrificios a que hay que exponerse para atravesar la cordillera, toda llena de recovecos sobre los planos de verticalidad andina»

La construcción de la carretera se inició en 1942. Tardó doce años en concluirse, fue inaugurada en 1954. Bohan estuvo presente en el acto de inauguración.

El Plan Bohan no fue sólo la carretera entre Santa Cruz y Cochabamba. El crédito gringo direccionado hacia el oriente dio también gran impulso a otros sectores productivos cruceños, como el petrolero, el azucarero a través del financiamiento a los primeros ingenios, y el de la carne vacuna, que hasta antes de eso era abastecida a los centros mineros mayormente desde el Beni.

En su versión original, el Plan Bohan contemplaba 88 millones de dólares, de los cuáles el 45% estaba destinado a la vinculación carretera, 28% al Plan para el petróleo, 17% para el agro y el restante 10% a un Plan de irrigación.

Es probable que Merwin Bohan nunca haya sido consciente del cambio radical que se activó en Santa Cruz gracias al informe de su misión en Bolivia. Menciona muy brevemente su experiencia en entrevistas posteriores. Si bien Bohan servía a los intereses de su país, al final de su carrera se mostraba crítico del abandono que hicieron los gobiernos posteriores a Roosevelt de la Good Neighbor Policy. La realidad es que, a pesar del dinero invertido y las relaciones estrechadas entre los Estados Unidos y Latinoamérica durante 1941 y 1945, una vez que los aliados ganaron la Segunda Guerra Mundial, y dicho en palabras del mismo Bohan, Estados Unidos simplemente perdió interés en su relación con Latinoamérica. Una muestra más de la siempre atolondrada política exterior gringa.

Dos, el tren. La vinculación ferroviaria de Santa Cruz, primero con Brasil y luego con Argentina, impulsó el comercio y aceleró la modernización. La primera locomotora llegó a Santa Cruz de la Sierra procedente de Corumbá en 1953. La gran inversión que demandó esta gran obra fue financiada con la compensación brasilera por la cesión forzosa de 191.000 km2 del acre boliviano en 1903 (una superficie mayor que Uruguay). La conexión ferroviaria de Santa Cruz con Argentina, se dio mayormente por iniciativa argentina. Concretamente por la necesidad que tenía el vecino del petróleo boliviano para sostener y acelerar su desarrollo industrial de esos momentos. La ferrovía entre Santa Cruz de la Sierra y Yacuiba se inauguró en 1957.

Tres, el pago de las regalías petroleras adeudadas por más de 20 años. Un gran estímulo económico constituyó el pago de las regalías petroleras a Santa Cruz adeudadas por el Estado boliviano por más de 20 años. Regalías creadas por Germán Busch y Dionisio Foianini en 1938, y pagadas efectivamente por el Estado boliviano a Santa Cruz a principios de los años sesenta del siglo pasado, gracias a las luchas cívicas iniciadas en 1957 por Melchor Pinto. El pago de esas regalías permitió el nacimiento del Comité de Obras Públicas, que se convirtió luego en la Corporación Regional de Desarrollo de Santa Cruz.

Cuatro, una cultura de apego a la libertad. La inversión estatal o la inmigración no alcanzan para explicar por sí solas el desarrollo cruceño. En Bolivia sobran ejemplos de grandes inversiones estatales realizadas que sin embargo no se tradujeron en desarrollo para esos lugares. Entonces, no es sólo la inversión. Hay además otros factores necesarios. Tal vez pueda señalarse como uno de ellos, determinante para el desarrollo de Santa Cruz, a la cultura de apego a la libertad de los cruceños de antes (y de ahora).

Una cultura que nació y floreció lejos del Estado, que tal vez precisamente por eso pudo ser tal. Una cultura de tradición individualista y no colectivista, que al mismo tiempo es capaz de construir formas de asociación modernas y productivas. Una cultura orientada a la creación de riqueza a través del emprendimiento privado, con vocación productiva y exportadora que venía desde la época de las misiones jesuitas. En suma; una cultura basada en valores liberales profundamente arraigados.

A propósito de esto, el intelectual e historiador cruceño Humberto Vazquez-Machicado tiene una observación interesante. Dice que el conquistador español pasó de ser en España un pobre artesano, o mísero soldado, a ser en América un señor feudal. Esa circunstancia creó una mentalidad que arraigó a lo largo de cuatro siglos, que a diferencia de la herencia anglosajona y protestante que abrazaba el trabajo y sus frutos, la hispana y católica sentía rechazo por el trabajo realizado con las propias manos, al que consideraba denigrante, propio de las clases inferiores. Mentalidad, por supuesto, perjudicial para una sociedad. Pero que, como todo, tiene un aspecto positivo. En este caso, el que a la hora de elegir el cruceño elegía iniciativas que le garantizaban libertad y no sometimiento. Por eso los descendientes de esos conquistadores españoles en el oriente eligieron el caballo antes que labrar la tierra con sus propias manos, la canoa hacia Moxos en el auge de la goma, o el camión una vez hubo carreteras. Porque en caballo, camión o canoa, se conduce y no se es conducido. Tal vez por eso en el oriente, antes que ser empleados estatales se elige ser emprendedor. Otra vez, una herencia cultural de siglos de apego a la iniciativa privada y a la libertad individual.

Falsas paternidades del desarrollo cruceño y una precisión importante

No incluyo a la inmigración como uno de los factores del desarrollo económico de Santa Cruz porque acá, como en todos lados, la gente migra hacia donde cree que puede tener mejores chances de prosperar. El desarrollo económico es entonces primero. La inmigración viene después. Una cosa atrae a la otra. Una es causa, la otra efecto. El caudal de gente que llegó a partir de la década del 50 a ese Santa Cruz que se expandía económicamente, actuó más bien como un catalizador, como un factor potenciador y retroalimentador del ciclo de crecimiento económico ya iniciado.

Tampoco considero que pueda tomarse a la Reforma Agraria del MNR de 1953 como un driver del desarrollo cruceño porque la tal reforma tuvo un impacto bastante menor en el oriente, si es que tuvo alguno. El epicentro de la conflictividad previa a 1952 era la propiedad sobre las tierras andinas. En el oriente, en cambio, no había esa tensión. La tierra era mucha y la gente poca. Además, el valor la tierra en el oriente en esa época no tenía ni por asomo el valor que tiene hoy, dada la ausencia de conexión entre oriente y occidente, que mantenía bloqueado el potencial productivo de la tierra.

Muy poco o nada le debe el desarrollo de Santa Cruz al Estado boliviano. El dinero estadounidense llegó condicionado y claramente direccionado. El dónde, cómo y cuánto invertir estaban definidos de antemano por quien ponía el dinero, los Estados Unidos de Norteamérica. Si no hubiese sido así, probablemente Santa Cruz no se hubiese desarrollado. La geopolítica de la élite andina-minero-estatista lo hubiese impedido, como lo impidió siempre que pudo desde que Bolivia es Bolivia.

Cabe acá, para finalizar, una precisión importante. Cuando hoy uno habla de Santa Cruz ya no está hablando sólo de Santa Cruz sino de Bolivia entera. El hecho de que, a pesar del asedio contra todo lo cruceño de los últimos 20 años que se hizo desde el Estado, hayan llegado hasta acá miles y miles de personas, hace que en esta tierra se estén fundiendo diferentes culturas que están pariendo algo nuevo. Por lo que, sin exagerar, bien podría decirse que hoy Bolivia vive en Santa Cruz. Que es en Santa Cruz en donde se está redefiniendo la bolivianidad. Y que, por eso, Santa Cruz es el futuro y la esperanza de Bolivia.

Por Marcelo Añez Mayer, ensayista.

Fuente: Ideas Textuales