Una caravana recorrió el Bajo Paraguá en defensa del territorio y en contra de los avasallamientos e incendios


En tres días la caravana de vehículos recorrió más de 400 kilómetros, desde la plaza de San Ignacio de Velasco hasta Piso Firme

Nelfi Fernandez Reyes



Fuente: eldeber.com.bo

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“Por la conservación, el territorio y la vida”, fue la consigna que unió a los chiquitanos que, en una caravana de vehículos, recorrieron más de 400 kilómetros desde la plaza central de San Ignacio de Velasco hasta Piso Firme, la última comunidad del territorio indígena y área protegida Bajo Paraguá. Este recorrido se realizó un año después de que los voraces incendios no solo arrasaran con casi la totalidad de esta reserva municipal de San Ignacio de Velasco, sino con más de 12 millones de hectáreas del territorio nacional.

Carmelo Gómez, integrante del Comité Impulsor de esta iniciativa, explicó que tanto la reserva como el territorio indígena funcionan como zonas de amortiguamiento para proteger el parque nacional Noel Kempff Mercado. Agregó que los incendios y la falta de atención por parte del Estado han provocado que los ignacianos organicen esta primera caravana con el fin de promover la defensa de este bosque de transición entre la Chiquitania y la Amazonia.

La caravana partió de la plaza central de San Ignacio de Velasco. Foto: Yobanny Velasco

Una de las presiones que sufre el Bajo Paraguá es la de los avasalladores. Y justo, en una de los puntos avasallados, la caravana realizó su primera parada. Hasta allí llegó un equipo periodístico de EL DEBER. El primer asentamiento ilegal se encuentra a menos de 5 kilómetros del inicio de esta reserva. Se ven decenas de casas de hojalata y paredes de madera y algunas de ellas con presencia de personas.

Los otros dos puntos avasallados, de los seis que registraron en 2024 están abandonados. Pastor Solíz, presidente del Comité de Gestión del Bajo Paraguá, explicó que esto fue producto de la defensa de esta reserva que asumieron los indígenas chiquitanos, instituciones públicas y de la sociedad civil. En septiembre del año pasado la fuerza pública encontró en flagrancia a los avasalladores y aprehendió a dos.

En 2024 los avasalladores construyeron casas con techos de hojalata y paredes de madera. Foto: Yobanny Velasco

La importancia de conservar el Bajo Paraguá

En el límite entre el área protegida y las comunidades colonizadores San Martín hay un mojón que fue colocado allí hace tres meses. “La representatividad que tiene esto es que a partir de aquí es un área que tenemos que cuidar, proteger y conservar”, explicó Jorge Flores, de la Fundación Natura Bolivia, con este objeto simbólico de fondo.

El llamado a la conservación, agrega Flores, es porque el Bajo Paraguá es sinónimo de agua para San Ignacio de Velasco y por la rica biodiversidad que alberga al ser un bosque de transición chiquitano, serrano y amazónico.

La caravana, que estuvo integrada por comunarios, indígenas chiquitanos, autoridades locales e instituciones como Fundación Natura Bolivia y Fundación Para la Conservación del Bosque Seco Chiquitano (FCBC), se tomó tres días para llegar hasta Piso Firme. Después de hacer su parada en el área avasallada y en las cicatrices de incendios, se dirigió a Picaflor para reabrir un sistema de agua para la comunidad, después de un año de haber estado privada de este líquido elemental, a causa de los incendios.

El 24 de septiembre se llegó a Piso Firme. A la par que Santa Cruz, esta comunidad también celebra su efeméride. Esta vez, la celebración estuvo marcada por un sentido de pertenencia y defensa de su territorio como parte de Santa Cruz y no de Beni.