Las cuentas que no estén en el mismo hogar podrían perder los beneficios de la suscripción.
Por Juan Ríos
Fuente: Infobae
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YouTube Premium ha iniciado un proceso de endurecimiento en sus políticas de uso, en concreto contra la práctica de compartir cuentas familiares entre personas que no conviven bajo el mismo techo.
Este movimiento replica la estrategia adoptada previamente por otras aplicaciones como Netflix y Spotify, quienes reforzaron las restricciones sobre el uso compartido de sus membresías, alegando la necesidad de cumplir con los términos del servicio y combatir el uso indebido.
Qué quiere hacer YouTube para controlar las cuentas compartidas
Durante años, numerosas familias y grupos de amigos aprovecharon las condiciones flexibles del plan familiar de YouTube Premium. Por una tarifa mensual de 23 dólares, este servicio permitía a un usuario gestionar una membresía familiar y sumar hasta cinco personas adicionales para disfrutar de los beneficios Premium pagando una parte considerablemente menor que el precio individual.
Esta modalidad se mantuvo vigente, aunque los términos de servicio exigían que todos los miembros residieran en el mismo hogar.
El cambio de rumbo por parte de la compañía, perteneciente a Google, parece tener como propósito central limitar la proliferación de cuentas compartidas entre cualquier grupo de personas, especialmente aquellas que solo buscan aprovechar una rebaja en el costo sin cumplir con la condición residencial.
Como se desprende de los comunicados que algunos usuarios comenzaron a recibir, YouTube Premium ha pasado de la actitud permisiva previa al despliegue de un mecanismo de control mucho más riguroso sobre la autenticidad de los núcleos familiares que usan el plan.
Cómo planea YouTube limitar las cuentas familiares fuera del hogar
Usuarios en Reddit están reportando correos electrónicos con el siguiente mensaje: “Su suscripción YouTube Premium familiar va a ser pausada”, el motivo de esta situación, según lo comunicado por la aplicación, es que “parece que no está en el mismo hogar que el gestor de la familia”, y concede un plazo de 14 días antes de que los afectados pierdan los privilegios Premium.
Una vez transcurrido ese periodo, permanecerán en el grupo familiar, pero solo podrán acceder al contenido gratuito de la plataforma, cargado de anuncios y sin otras funciones premium, como la reproducción en segundo plano. La persona que gestiona el plan sí conservará todos los beneficios.
Este aviso no implica la inmediata expulsión del grupo familiar, pero sí elimina el acceso a los atributos exclusivos de la membresía paga. Cabe precisar que YouTube ya realizaba “check-ins electrónicos” periódicos, cada 30 días, para verificar la coincidencia de direcciones entre los integrantes del plan y el administrador.
Anteriormente, no cumplir con este control no traía consecuencias palpables, pero eso ha cambiado. Ahora, un fallo en la verificación puede traducirse directamente en la pérdida del acceso a YouTube Premium en cuestión de dos semanas.
Qué método usará YouTube para saber que un usuario no está cerca
La estrategia de YouTube para identificar irregularidades parece inspirarse en métodos ya utilizados por otras plataformas de streaming. Aunque la compañía no detalló públicamente los procedimientos exactos, este tipo de geolocalización y rastreo se hace normalmente a través de las direcciones IP para comparar si quienes figuran como miembros de la familia se conectan de manera regular desde el domicilio principal registrado.
Así, si durante varias semanas persiste la evidencia de que ciertos usuarios acceden de forma reiterada desde redes ajenas, el sistema podría activar los mecanismos de notificación y suspensión.
Esta aproximación emula la política que instauró Netflix y que generó controversia a nivel global. En el caso de YouTube Premium, la advertencia inicial otorga margen para que el usuario intente resolver la situación, contactando con el soporte de Google en caso de alegar que la detección es errónea.
Sin embargo, la carga de la prueba queda del lado del usuario y el proceso promete ser engorroso para quien resulte afectado. Mientras persista el “flag” o señalamiento, el usuario conserva su lugar como familiar, pero pierde el acceso a cualquier característica paga.