El presidente ucraniano afirmó que el siglo XXI se rige por la misma lógica de fuerza que el pasado. Criticó la impotencia de las instituciones internacionales y urgió a actuar contra Putin. Dijo que detener la guerra ahora es más barato que enfrentar sus consecuencias globales
Zelensky: «Estamos viviendo la carrera armamentística más destructiva de la historia de la humanidad»
Fuente: infobae.com
En un sombrío diagnóstico sobre el estado del mundo, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, declaró este martes ante la comunidad internacional que en la actualidad “no es el derecho internacional, ni la cooperación, sino las armas las que deciden quién sobrevive”. La afirmación, hecha durante un discurso ante la Asamblea General de la ONU en el que urgió a actuar contra la agresión rusa, sirvió como un recordatorio del fracaso de los mecanismos multilaterales para garantizar la seguridad global.
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“El siglo XXI no es muy diferente del pasado. Si una nación quiere la paz, todavía tiene que trabajar en las armas”, dijo Zelensky, comenzando su intervención con un tono que combinaba la advertencia con la frustración. El mandatario, cuyo país sufre una invasión a gran escala desde febrero de 2022, argumentó que la realidad ha obligado a Ucrania y al mundo a aceptar una verdad incómoda: “Nadie más que nosotros mismos puede garantizar la seguridad. Solo alianzas sólidas, solo socios fuertes y solo nuestras propias armas”.
“La carrera armamentística más destructiva en la historia humana”
El presidente ucraniano advirtió que ni siquiera pertenecer a una alianza militar de larga data como la OTAN “automáticamente significa que estés seguro”. (REUTERS/Bing Guan)
La premisa de que la fuerza bruta ha suplantado a la ley internacional fue el hilo conductor de todo su discurso. Zelensky atribuyó esta peligrosa dinámica al “colapso del derecho internacional y la debilidad de las instituciones internacionales”. Para sostener su argumento, presentó un panorama de creciente inseguridad global que va más allá del conflicto en su país.
Citó desde el intento de asesinato del presidente estadounidense Donald Trump —a quien, dijo, “solo Dios lo salvó”— hasta el reciente cierre del aeropuerto de Copenhague por drones no identificados, un incidente que, según él, demostró que “las autoridades ni siquiera pudieron decir qué tipo de drones eran, quién los envió o desde dónde”. Esta proliferación de amenazas, acelerada por tecnologías como la inteligencia artificial, ha sumido al mundo en lo que calificó como “la carrera armamentística más destructiva en la historia humana”.
“La tecnología de guerra ya no se preocupa por la geografía”, advirtió, subrayando la impotencia de los sistemas de defensa tradicionales. “El mundo se mueve demasiado lento para protegerse a sí mismo, y las armas se mueven rápido”.
Un sistema internacional impotente
Zelensky criticó duramente la ineficacia de los organismos internacionales, afirmando que “no existe una sola institución internacional que pueda realmente detener” un acto de agresión. Señaló los conflictos en Palestina, Somalia y Sudán como ejemplos de cómo los pueblos solo reciben “declaraciones y más declaraciones” en lugar de acciones concretas.
En este contexto de lo que parece un regreso a la ley del más fuerte, el presidente ucraniano denunció que la guerra en su país continúa porque “Rusia se niega” a un alto el fuego. Alertó sobre los riesgos de una catástrofe en la planta nuclear de Zaporizhzhya, controlada por fuerzas rusas, y condenó el secuestro de miles de niños ucranianos. Frente a esta “locura”, como la calificó, la respuesta internacional ha sido, a su juicio, insuficiente.
“Detener a Putin ahora es más barato que tener que proteger cada puerto, cada barco, cada ciudad”
Si las armas son el lenguaje que decide la supervivencia, Zelensky instó a Occidente a hablar con más contundencia. Argumentó con pragmatismo que “detener a Putin ahora es más barato que tratar de proteger cada puerto, cada barco, cada ciudad” de los drones en el futuro.
Advirtió sobre el riesgo de que armas simples, como drones, puedan llegar a portar ojivas nucleares, una posibilidad que haría imposible la seguridad en cualquier lugar.
“Si se necesitan armas para hacerlo, si se necesita presión sobre Rusia, entonces debe hacerse, y debe hacerse ahora”, exigió. Su llamado fue un reconocimiento tácito de que, en el escenario que describió, la disuasión militar es la única herramienta viable ante un agresor que no responde a la diplomacia. “Putin seguirá impulsando la guerra hacia adelante, más amplia y más profunda”, pronosticó. “Ucrania es solo la primera”.
Un llamado final a la responsabilidad
Dirigiéndose específicamente a las naciones que mantienen relaciones comerciales con Moscú, Zelensky les recordó que su inacción tiene consecuencias. “La guerra ya ha alcanzado a demasiada gente como para pretender que no tiene nada que ver contigo”, dijo, colocando a cada país ante una elección binaria: “si ayudas a la paz o continúas comerciando con Rusia y ayudando a Rusia a financiar esta guerra”.
Al final, su mensaje resonó como una alerta sobre las implicaciones de vivir en un mundo donde las armas han tomado la delantera. Su conclusión fue un llamado directo a no aceptar pasivamente esta realidad: “Así que no permanezcan en silencio… Por favor, únanse a nosotros en la defensa del derecho y orden internacional. La gente está esperando acción”.