La gastronomía es uno de los motores económicos y claves del sector turístico en Cochabamba y los restaurantes se ven obligados a ajustar precios, reducir personal y hasta sucursales debido a la falta de una solución
La crisis de diésel golpea a la gastronomía cochabambina y pone en riesgo empleos y recetas
Fuente: Unitel
La falta de combustibles golpea a Cochabamba, considerada la capital gastronómica de Bolivia, donde el impacto alcanza a los restaurantes fue reflejado por la dirigencia sectorial, desde donde advierten que el desabastecimiento ha roto la cadena de suministro que sostiene a cientos de empresas que dan servicios a personas locales y turistas.
“No hay diésel y eso es una gran problemática en nuestro sector. Muchos productos se transportan y si tienen que llegar cinco camiones con productos como el limón, que hoy es uno de los grandes problemas, llegan dos y con un precio de Bs 1,60 o Bs 1,80 cuando costaba 10 centavos la unidad”, advirtió Denisse Dalence, dirigente de la Cámara Gastronómica de Cochabamba – Aserac.
Según Dalence, esta situación implica un perjuicio en recetas que ya están establecidas entre las empresas del sector, generando un efecto dominó que amenaza a uno de los pilares económicos y turísticos más importantes de la región.
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Esto repercute directamente en los costos de operación de los negocios gastronómicos, que enfrentan dificultades para mantener sus niveles de producción y servicio, de acuerdo con el reporte.
Dalence manifestó que algunos restaurantes ya se han visto obligados a ajustar sus precios para cubrir los sobrecostos, mientras que otros han optado por reducir personal o cerrar sucursales ante la imposibilidad de sostener la operación diaria con márgenes cada vez más ajustados.
La ejecutiva advirtió que la inestabilidad está obligando a muchos negocios, incluso a las caseritas, a subir precios para sobrevivir, al no encontrar estabilidad ni políticas claras, pese a que se trabaja en propuestas con otros sectores para proteger la economía local.
Las pérdidas no solo son económicas: está en juego una parte de la identidad cultural y el atractivo turístico de Cochabamba, advirtieron desde el sector que espera una solución para que las cocinas no se apaguen.