Ante las proyecciones de la Cepal para Bolivia, que contempla que la economía crecerá 1,5% y por debajo del promedio regional, el economista Gonzalo Chávez avizora un panorama complejo.
Fuente: Unitel
Según el economista Gonzalo Chávez, el país se encamina a una fuerte desaceleración, influida por el achicamiento del sector hidrocarburos y la caída de la inversión pública, contemplando que ambos factores son determinantes en el bajo crecimiento proyectado por organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El experto recordó que la desaceleración no es nueva, ya que el 2014 fue el último año que Bolivia creció un 6,8%
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”Este crecimiento bajo se explica por dos razones: por el achicamiento del sector hidrocarburos, que pesa mucho en el crecimiento y que ha tenido tasas negativas de crecimiento en los últimos años, y también se explica porque la inversión pública, que era el motor del crecimiento en este modelo económico de Arce Catacora, pues se ha parado“, explicó Chávez.
Para 2025, la Cepal prevé que Bolivia crezca solo un 1,5%, muy por debajo del promedio regional de 2,7%. Mientras que en 2026, el país tendría el menor crecimiento de Sudamérica con solo 1,0%, mientras que la región avanzaría un 2,4%, según las previsiones.
Además del bajo crecimiento, preocupa el aumento de la inflación y el economista expresó que es probable que para el 2025 el país tenga una inflación cercana al 20%, muy lejana de lo que proyecta el Gobierno, 7,5%.
El experto recordó que la desaceleración no es nueva, ya que el 2014 fue el último año que Bolivia creció un 6,8% y a partir de ese año, sistemáticamente, hay una tendencia a la baja.
Sobre el futuro inmediato, Chávez ve un escenario difícil desde el punto de vista del crecimiento y una tarea inmediata del Gobierno será controlar la inflación.
Aun así, mencionó ciertos elementos que podrían aportar a una eventual recuperación: “hay la esperanza de que se destraben los créditos, que consigamos dólares de afuera, que tengamos hidrocarburos y eso hagamos que vía sector público o proyectos de desarrollo ayude al crecimiento”.
En ese sentido, concluyó que el próximo gobierno tendrá dos tareas fundamentales: estabilizar al “paciente económico” y generar condiciones para un repunte del crecimiento, lo cual —subrayó— requerirá una mayor participación del sector privado y reformas que permitan aliviar la crisis.