Fuente: https://www.vision360.bo
La inflación a 12 meses de los alimentos se sitúa en 30,80% y permanece alta, a pesar de una leve desaceleración con relación al período junio-agosto, cuando el índice estuvo encima del 31%, según revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El grupo de alimentos está clasificado por alimentos y bebidas consumidas dentro y fuera del hogar, comprendidas entre las divisiones: 1. Alimentos y bebidas no alcohólicas, 2. Bebidas alcohólicas y tabaco, excepto el cigarrillo, 9. Recreación y cultura, solo ingresa alimentos para animales domésticos, y 11. Alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar.
A nivel general, según el INE, luego del impacto adverso de varios fenómenos que afectaron a la oferta productiva como ser bloqueos de origen político, por tercer mes consecutivo la inflación registró en septiembre una ralentización. La variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de septiembre fue positiva de 0,20% respecto a agosto. La variación acumulada hasta septiembre alcanzó a 18,33%.
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Pero en el caso de los alimentos, la inflación mensual, el pasado mes fue de 0,48%, inferior al 1,23% de agosto y la acumulada en 9 meses fue de 22,59%.
El reporte del INE da cuenta que los productos que sufrieron una mayor variación de precios al alza en septiembre fueron: carne de res sin hueso (2,30%), tomate (12,50%), almuerzo (1%), carne de res con hueso (1,85%), zanahoria (5,63%) y plato extra/especial (0,80%). Por el contrario, los bienes que retrocedieron en precios fueron la cebolla (-7,87%), arveja verde (-18,24%), haba verde (-17,65%), televisor (-6,15%), papa (-6,68%) y huevos (-4,61%).
Un reporte de la red Unitel da cuenta que a pesar de los datos del INE de una inflación en desaceleración en los centros de abasto, la sensación es completamente distinta.
“Algunas cosas han bajado, y otras más están subiendo. El aceite está en lo mismo. Todo está caro. Totalmente nos ha afectado la inflación, ya no alcanza nada la plata”, indicó una compradora durante su visita a un centro de abastecimiento cruceño.
El aumento de precios también implica un cambio en los hábitos de consumo, ya que no se puede comprar las mismas cantidades con el dinero de antes, por lo que se deben buscar alternativas o comprar en menos cantidad.
«Antes venía con 50 bolivianos, me compraba todo. Ahora vengo con 100 o 200 bolivianos y no me alcanza”, manifestó otra consumidora.
Los comerciantes también reflejan esa contradicción entre los datos oficiales y la realidad, ejemplificando que el turril de aceite pasó de 3.500 a 3.800 bolivianos, mientras que por litro se compra a 19 bolivianos para vender a 20 bolivianos, reflejando también un margen de ganancia menor.