Australia investiga raro objeto en llamas que cayó del cielo


Este incidente en el desierto de Pilbara, con restos humeantes de lo que parece ser un cohete chino, podría ser un recordatorio de que el espacio sobre nuestras cabezas está cada vez más congestionado.

Los restos humeantes del posible fragmento del cohete chino Jielong fueron descubiertos por trabajadores de una mina.Imagen: Western Australia Police Force

Fuente: DW

 



 

 

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Un trozo de material carbonizado que presentaba signos de haber ardido recientemente apareció el pasado sábado 18 de octubre de 2025 en un remoto camino del desierto de Pilbara, en Australia Occidental, desatando una investigación interinstitucional sobre su origen.

 

El hallazgo ocurrió cuando trabajadores de una mina de BHP encontraron los restos humeantes a unos 30 kilómetros al este de Newman, en una carretera distante de acceso limitado, según informaron autoridades locales.

El incidente inmediatamente atrajo la atención de múltiples organismos, incluyendo la Policía de Australia Occidental, la Agencia Espacial Australiana y el Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia.

Restos de un cohete: fibra de carbono y origen espacial

Según reporta The Guardian, los primeros análisis sugieren que el objeto, compuesto principalmente de fibra de carbono, podría corresponder a una pieza estructural o depósito presurizado de un cohete, del tipo que suele emplearse para contener combustibles o gases a alta presión en misiones espaciales.

La Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte confirmó que el hallazgo no guarda relación con aeronaves civiles, lo que refuerza la hipótesis de un origen espacial.

Posible cohete chino Jielong en reentrada no controlada

Aunque aún no hay una confirmación oficial, la arqueóloga espacial Alice Gorman, de la Universidad de Flinders, ha señalado que el diseño y el momento del hallazgo coinciden con la cuarta etapa de un cohete Jielong lanzado por China a finales de septiembre.

Según explicó en entrevistas a ABC Radio Perth y The Guardian, si efectivamente se trata de ese cohete, habría estado orbitando la Tierra durante semanas antes de reingresar en lo que podría haber sido una reentrada no controlada a la atmósfera.

«No había indicios de que fuera a reentrar en este momento, por lo que la gente no se lo esperaba. Cuando fui a buscar predicciones de reentrada, no encontré nada, lo que indica lo repentino del suceso», aseguró Gorman, según el medio británico.

Aunque las especulaciones apuntan hacia un origen chino, el superintendente de la policía de Australia Occidental, Les Andrews, señaló que la investigación podría llevar semanas o meses, y que por el momento no se ha determinado un país específico como responsable.

«Hay miles y miles de satélites en órbita en el cielo… Desde luego, no es algo que estemos teniendo en cuenta en lo que respecta al país de origen, porque hay muchos. No es realmente relevante», explicó Andrews según ABC News.

Basura espacial en Australia: antecedentes y riesgos crecientes

Este no es el primer hallazgo de desechos espaciales en Australia. En julio de 2023, un objeto que, según la Agencia Espacial Australiana, formaba parte de un cohete indio fue descubierto en Green Head, a unos 250 kilómetros al norte de Perth, convirtiéndose en noticia internacional.

Gorman advierte que el tráfico espacial está cada vez más congestionado, lo que plantea nuevos desafíos para la seguridad y la gestión de reentradas. «Este es el mundo en el que estamos empezando a vivir, en el que tenemos que mirar al cielo y ser conscientes de lo que hay sobre nosotros», señaló la especialista a ABC News.

Por otra parte, en su entrevista con The Guardian, Gorman aseguró que todos los que lanzan cohetes deberían tener un «plan de fin de vida útil» para sus naves, idealmente dirigiendo las reentradas controladas hacia el Punto Nemo, conocido como el cementerio de naves espaciales en una remota zona del suroeste del Pacífico.

Las reentradas no controladas, según la experta, como podría ser el caso en este episodio, deberían al menos diseñarse para que los materiales se quemen completamente. El obstáculo, explica, es que estos depósitos se fabrican con aleaciones muy resistentes, como titanio o acero inoxidable, y están revestidos con fibra de carbono, lo que les permite soportar temperaturas tan elevadas que difícilmente se desintegran por completo.

Aunque las posibilidades de que estos restos impacten contra personas o propiedades son reducidas, no son inexistentes.

Matt Woods, administrador de visitas del Observatorio de Perth, recordó dos incidentes con meteoritos ocurridos en Estados Unidos en los años 70, para ilustrar lo inusual que es que algo proveniente del espacio golpee a una persona.

«Alguien estaba durmiendo y el meteorito atravesó el techo y le golpeó en el muslo. Así que tenía un moratón enorme. Y luego algo golpeó también el parachoques trasero de un coche», afirmó.

Medidas internacionales contra desechos espaciales

El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, quien estuvo recientemente en Australia para asistir al Congreso Internacional de Astronáutica, comentó a The Guardian que los desechos espaciales se están convirtiendo en un problema creciente debido al aumento de lanzamientos.

Para abordar esta situación, la ESA ha creado una carta de cero residuos, cuyos firmantes «prometen o se comprometen a sacar la nave espacial de la órbita al final de su vida útil», según explicó.

Por el momento, las autoridades aseguran que el objeto encontrado en Pilbara no representa ninguna amenaza para la seguridad pública. En caso de confirmarse que pertenece a otro país, la responsabilidad de su recuperación recaería en ese gobierno, aunque la experiencia demuestra que no todos los casos terminan así.

Por ejemplo, cuando apareció el trozo de un cohete indio en una playa de Green Head, el gobierno indio básicamente dijo: «No pasa nada, pueden quedárselo», según contó Gorman.

Si alguien encuentra un objeto sospechoso de ser basura espacial, la Agencia Espacial Australiana recomienda no manipular posibles restos espaciales, ya que pueden contener sustancias tóxicas o presurizadas, y sugiere avisar de inmediato a los servicios de emergencia locales para que evalúen su procedencia y seguridad.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de ABC News, The Guardian, Science Alert y la Policía de Australia Occidental.