El ingreso de turistas a Bolivia, especialmente provenientes de países vecinos como Argentina y Chile, disminuyó un 40% debido a la escasez de combustible. Muchos que solían viajar en sus propios vehículos optan por no hacerlo por temor a quedarse varados.
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«Tradicionalmente llegaban turistas a Bolivia desde países vecinos, principalmente Argentina y Chile. La gente venía en su propio auto para recorrer el país, pero eso se ha reducido tremendamente porque ahora es extremadamente incierto llegar a Bolivia», aseguró Luis Ampuero, presidente de la Cámara Boliviana de Turismo (Cabotur).
Según Ampuero, debido a la falta de diésel y, ahora, de gasolina, la frecuencia de salida de las flotas no solo se ha reducido, sino que también se ha encarecido.
«Igualmente, en el caso del diésel, las frecuencias de las flotas y los viajes interdepartamentales se han restringido y encarecido, por lo que es más difícil conseguir pasajes», añadió.
Por su parte, las empresas de turismo manifiestan que no pueden vender viajes debido a la escasez de diésel y gasolina, situación que obliga a los choferes a esperar entre dos y tres días en las filas de los surtidores.
“El 2019 recibíamos 1.4 millones de turistas; este año no vamos a llegar ni al millón. O sea, estamos muy deprimidos, los flujos turísticos son muy bajos”, lamentó el presidente de Cabotur.