A exactamente tres semanas de las elecciones en segunda vuelta, los candidatos empiezan a acelerar sus campañas tanto en el plano de las propuestas como en el de los ataques personales y fuertes acusaciones entre los contendientes.
Fuente: Los tiempos
Sin embargo, este comportamiento (ataques y “guerra sucia”), no es particular de esta segunda vuelta en Bolivia, es un comportamiento que se repite en varios procesos similares en América Latina, aunque en el país se dará por primera vez este 19 de octubre.
En varios países de América Latina ya es larga la tradición de las segundas vueltas, en los últimos 10 años hubo alrededor de 15 balotajes en el continente (Vea la infografía).
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Entre las características de estas segundas vueltas que anotan los analistas está que las conductas electorales de los candidatos suelen polarizarse; la pugnas giran hacia la ganancia del electorado del “centro”; se establecen alianzas y concesiones tácticas y aumenta la personalización, la agresividad del discurso (ataques negativos y desinformación, ver nota de la página 3). Y otro elemento común a lo que viene sucediendo en Bolivia y ocurrió en otros países es el uso intensivo de redes sociales. El balotaje suele traer mayor tono negativo: campañas centradas en presentar al oponente como riesgo democrático. Brasil 2018 y 2022 son casos extremos donde la acusación al adversario dominó el debate.
Similar fenómeno ocurre en Bolivia con acusaciones de, por ejemplo, los seguidores de Tuto Quiroga quienes aseguran que votar por Rodrigo Paz es “votar el Movimiento al Socialismo (MAS) o el evismo. Y, del otro lado, el llamado de Edmand Lara a sus seguidores a elaborar videos en Tik tok recordando el pasado político de Quiroga. En varios balotajes recientes la fuerza de movilización digital y contenidos virales en videos marcó diferencias decisivas, sobre todo para candidatos que aumentaron su votación entre las dos rondas..
Fuente: Los tiempos