Bolivia propone fortalecer la diplomacia de crecimiento económico y el partenariado con Italia


En el marco de la XII Conferencia Italia–América Latina y el Caribe, la ministra de Relaciones Exteriores, Celinda Sosa, destacó la importancia de impulsar una diplomacia de crecimiento económico, orientada a promover la complementariedad productiva y la diversificación económica, garantizando que el partenariado entre Bolivia e Italia esté centrado en el bienestar de los pueblos.

Fuente: Prensa Cancillería de Bolivia



“Bolivia e Italia comparten un vínculo histórico de amistad y cooperación de 161 años, que se ha fortalecido con el tiempo mediante programas y proyectos en sectores estratégicos como salud, agricultura, seguridad alimentaria, agua, medio ambiente, desarrollo rural sostenible, infancia, turismo, patrimonio cultural, justicia y energía”, subrayó la Canciller. Esta conferencia, constituye un espacio intergubernamental de alto nivel que orienta las relaciones birregionales.

En el ámbito económico y comercial, Italia se consolida como un socio estratégico para el comercio exterior boliviano. En el mercado italiano destacan productos no tradicionales como frijoles, quinua, habas secas, cacao en grano, jugo y aceites esenciales de limón, semillas de chía, cueros y pieles, hilados y confecciones de pelo fino de alpaca, productos maderables y vinos de altura.

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La ministra Sosa, recordó que varios de estos productos se benefician del Sistema Generalizado de Preferencias Plus, vigente hasta el 31 de diciembre de 2027, lo que favorece su acceso preferencial al mercado europeo. Sin embargo, el aprovechamiento de estos beneficios aún es limitado, considerando que más del 70% de las exportaciones bolivianas ingresan al mercado italiano con un arancel del 0% bajo el principio de Nación Más Favorecida.

“El partenariado económico entre Italia, América Latina y el Caribe se constituye en una piedra angular de la relación birregional, clave para el crecimiento compartido”, añadió la Canciller boliviana, destacando que, en un mundo marcado por cambios profundos e incertidumbres globales esta alianza debe orientarse hacia un comercio abierto, transparente y responsable, que promueva la justicia social, la inclusión y la prosperidad compartida.

En este marco, propuso tres pilares fundamentales: una diplomacia de crecimiento económico que incluya a las micro, pequeñas y medianas empresas, así como a la economía comunitaria, campesina e indígena; la complementariedad productiva y diversificación económica en sectores estratégicos como las energías renovables, la bioeconomía y la transformación digital inclusiva y un partenariado orientado al bienestar de los pueblos, que combata el hambre, la pobreza y las desigualdades estructurales.