El exministro de Gobierno, Carlos Romero, afirmó que la existencia del denominado “Cártel de los Soles” no puede considerarse un hecho comprobado, sino únicamente una hipótesis sin evidencias verificables. En una reciente declaración, Romero subrayó que no está en condiciones de afirmar la existencia de dicha organización y que su mención se ha utilizado con fines políticos más que investigativos.
Fuente: ANF
Romero explicó que la información sobre el supuesto cártel es distinta de la evidencia sólida que existe sobre otros grupos criminales con presencia histórica y estructura comprobada en el continente.
“Mientras los cárteles colombianos, mexicanos o brasileños cuentan con datos, registros y antecedentes incuestionables, el llamado Cártel de los Soles se mantiene en el terreno de la hipótesis”, enfatizó en contacto con ANF.
El exministro recordó que los cárteles reconocidos suelen identificarse por su territorio o por su composición militar, como los casos del Cártel de Sinaloa, Tijuana o los comandos brasileños, mientras que el Cártel de los Soles carece de los elementos documentales y operativos que permitan situarlo en la misma categoría.
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“No podemos construir una verdad judicial o geopolítica sobre suposiciones”, agregó.
Romero también contextualizó la discusión dentro de una problemática más amplia: la vulnerabilidad de los Estados amazónicos frente al narcotráfico. A su juicio, el narcotráfico es un delito transnacional y de responsabilidad compartida, por lo que resulta injusto estigmatizar a un país o a un gobierno específico.
“Si aplicáramos el mismo criterio político, todos los países amazónicos podrían ser catalogados como narcoestados, lo cual no tiene sentido”, sostuvo.
Según su análisis, la criminalización de actores políticos, en lugar de discutir diferencias ideológicas o económicas, es una muestra de cómo el debate sobre seguridad se ha convertido en un terreno de disputa geopolítica.
En esa misma línea, Romero cuestionó la narrativa que asocia a determinados mandatarios o países con organizaciones criminales, como ocurre con Venezuela por parte del gobierno de EEUU.
“Presentar a un presidente como jefe de un cártel es parte de una estrategia discursiva que busca mover sentimientos y deslegitimar gobiernos”, afirmó, señalando que el enfoque actual de la criminalidad en la región se ve afectado por un paradigma débil y por intereses comerciales globales.
Sobre la presencia de integrantes del Cartel de los Soles en territorio boliviano, el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, descartó de manera tajante su presencia. “No tenemos ninguna información al respecto y descartamos la presencia de emisarios de esta organización en Bolivia”, declaró Ríos ante los medios de comunicación, asegurando que no existen indicios ni reportes oficiales que respalden las denuncias.
Ríos coincidió con Romero en que la mención del Cártel de los Soles tiene un trasfondo político y negó que existan cárteles operando en Bolivia.
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