Cuando el tipo de cambio no depende de que cambie el tipo


La figura del presidente de un país representa la máxima autoridad del poder ejecutivo y es jefe de Estado; define la política exterior y, en consecuencia, es la voz del país ante el mundo. En un sistema democrático y presidencialista, la transición suele reflejar la situación política, económica y social, coloquialmente puede vérselo como el “tipo de la película”.

Sin embargo, en el vecindario sudamericano existe una interesante excepción: Perú, con siete presidentes en nueve años (desde 2016) y una marcada inestabilidad política. A pesar de esto, mantiene una sólida y consolidada estabilidad económica, resumida en cinco indicadores clásicos:



  1. Inflación: Reciente interanual de 1,36%, con una media simple de los últimos 10 años de 3,2% y tendencia a la baja.
  2. Reservas Internacionales Netas (RIN): Mantienen estabilidad del 27% del PIB, pasando de USD 33,23 mil millones en 2009 a USD 79,25 mil millones en 2024.
  3. Inversión Extranjera Directa (IED): Media de USD 7,1 mil millones anuales (5,3% del PIB en 2009 y 2,6% en 2024).
  4. Déficit Fiscal: Entre 2009 y 2024 (omitiendo el año de pandemia), una media de -1,2% del PIB.
  5. Tipo de Cambio: La variable más estable, cotizándose a 2,89 soles por dólar en diciembre 2009 y 3,42 en octubre 2025. Esto equivale a una media de 1,1% de devaluación anual.

Esta solidez también se refleja en la calificación de Moody’s de Baa1 con perspectiva estable, un grado de inversión que se sustenta en la fortaleza fiscal y la resiliencia económica, siendo la segunda mejor calificación crediticia de la región otorgada por esta agencia.

¿Qué permite esta figura? La institucionalidad e independencia del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), centrada en cuatro aspectos clave:

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  1. Mandato Claro: Legislación precisa centrada en la estabilidad macroeconómica, de precios, monetaria y del sistema financiero. Esto asegura que las políticas monetarias mantengan un propósito institucional estable, aun bajo diferentes gobiernos.
  2. Prohibiciones Legales: Fuertes limitaciones al financiamiento fiscal directo. La Ley Orgánica del BCRP prohíbe el financiamiento al Tesoro, salvo bajo condiciones estrictas.
  3. Autonomía Total: Normativa, financiera y operativa (fijar tasas, intervenir mercados, administrar reservas y presupuesto propio). Esto permite reaccionar técnicamente a choques exógenos sin estar sujeto al vaivén político inmediato.
  4. Transparencia y Rendición de Cuentas: Marcos legales que exigen reportes, memorias y objetivos cuantitativos. Esta credibilidad reduce la prima de riesgo y estabiliza las expectativas inflacionarias y cambiarias, atrayendo inversión extranjera.

Claramente, a pesar de una alta inestabilidad política, la fuerte autonomía del BCRP ha permitido que Perú mantenga su estabilidad económica. Los inversores valoran que, aunque cambien los gobiernos, la política monetaria siga reglas previsibles, con metas de inflación mantenidas, déficits no financiados y reservas internacionales crecientes.

La evidencia apoya la hipótesis de que la independencia institucional de los bancos centrales es una fortaleza sistémica que aporta estabilidad macroeconómica más allá del tipo de régimen político. El BCRP es un pilar fundamental que permite:

  1. Mantener la inflación contenida,
  2. Minimizar la volatilidad cambiaria,
  3. Gestionar déficits fiscales con límites legales, y,
  4. Generar confianza para la inversión extranjera.

La independencia de los bancos centrales no solo protege contra políticas populistas cortoplacistas, sino que favorece una continuidad institucional que mejora los resultados macroeconómicos. Perú demuestra que, aun con inestabilidad política, se pueden lograr resultados sólidos si la autonomía monetaria está bien legislada y aplicada, amortiguando ciclos adversos y atrayendo capital.

En el caso peruano, queda claro que “el tipo de la película” es Don Julio Velarde Flores, presidente del BCRP desde 2006, una institucionalidad en sí mismo.

En Bolivia, luego de celebrarse la elección presidencial en segunda vuelta, la población ya decidió. Esperemos que al haber «cambio de tipo» haya una solución al tipo de cambio y a otros problemas, y que realmente el nuevo presidente se convierta en el «tipo de la película» de los próximos cinco años.

IMAGEN ILUSTRATIVA

Fotografía: Dr. Julio Velarde Flores, presidente del Directorio del Banco Central de Reserva del Perú – BCRP

Fuente: https://www.bcrp.gob.pe/sobre-el-bcrp/organizacion/directorio/julio-velarde.html

Carlos Hugo Barbery Alpire