De ida al cine


La máquina (The smashing machine), aprendiendo a perder

Antes de comenzar esta reseña te aseguro que todo lo que pensabas sobre la faceta de Dwayne Johnson (La Roca) como actor va a cambiar a partir de su nueva película La máquina (The smashing machine). Esta es una cinta biográfica sobre la vida de la estrella de artes marciales mixtas (MMA) Mark Kerr que, casi seguro, le consiga a Johnson su primera nominación para un premio Óscar.



Lo meritorio de la película es que no se queda con el historial glorioso de la carrera del deportista, sino que profundiza en ese momento incómodo y duro que significa experimentar la derrota. En una escena totalmente natural y desgarradora el personaje de Johnson le indica a un periodista japonés que él no podía explicar cómo se sentía sobre el combate que perdió porque nunca le había sucedido. Es allí cuando la figura actoral de Johnson crece. En todos sus anteriores roles siempre ha estado dispuesto a regar carisma, es la primera vez que lo vemos en un personaje destruido por la humillación y la vergüenza.

La máquina explora una masculinidad diferente, esa que está vinculada a los deportes de contacto, usando la camaradería y el entrenamiento como una especie de “relación” que hasta sugiere un vínculo íntimo mostrando un mundo masculino en el que la presencia femenina se llega a ver muchas veces como un obstáculo o un perjuicio. La película en algún momento se refuerza en el mito de Sansón y la perdida de su fuerza y virilidad cuando se corta el pelo. Este nuevo enfoque de mostrar a deportistas vulnerables y atormentados más allá de sus victorias es parte de lo destacable de la película.

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Emily Blunt, el único rol femenino importante, consigue un personaje entrañable con el que es difícil no empatizar. Se muestra comprometida con el rol, ya que su personaje transita entre el amor, la codependencia y genera una química significativa con Johnson la cual es vital para sostener la película.

La cinta viene de la mano de A24, el galardonado estudio independiente, y del director Bennie Safdie (Diamantes en bruto) quién con un estilo visual cercano al documental consigue darle un nivel de credibilidad a una cinta cuyo guion no dice demasiado. La máquina es una película agradable que muestra una faceta totalmente nueva de uno de los actores más taquilleros del cine y con eso es suficiente.

 

Tron Ares, nostalgia del futuro

Al ver Tron Ares (Disney, 2025) mi niño interior sonreía al acordarse de la primera película de Tron (1982) cuando los videojuegos estaban contenidos por máquinas gigantes que se llamaban Arcades. La era de oro de los videojuegos de árcade duró de fines de los 70 hasta mediados de los 80 donde titulos como Space Invaders y empresas como Atari reinaban en el mundo del entretenimiento. Es este contexto es que Disney lanzó Tron una fantasía de ciencia ficción en la que un programador de juegos es digitalizado y enviado al mundo que el mismo creo.  Toda una profecía que hoy es ultra real.

43 años y una secuela después llega a las pantallas Tron Ares, un proyecto largamente anhelado por el actor Jared Leto, fan de la saga que esta oportunidad también se pone el traje de productor.

Tron Ares es la explosion ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽siióna explosiòrencia entre el mundo exterior y el corazMark Kerr

ón visual y sonora de una supernova cinematográfica que debe ser apreciada en pantalla gigante y con todos los chiches sonoros que te dan las salas de cine más modernas. Por si fuese poco, la música de Trent Reznor y Atticus Ross de la banda de rock progresivo Nine Inch Nailsle le da un mood que prácticamente hace que el corazón te lata a mil.

De entrada nomás ya hay una similitud a la música de The Facebook que te invita a disfrutar el espectáculo auditivo. Leí un comentario en internet que dice que lo nuevo de Nine Inche Nails viene con una película Tron de regalo, ni tanto pero casi.

Ojo, no es una película perfecta. Lo más flojo de Tron Ares es la historia. No hay mística, tampoco esa búsqueda de transición entre lo que los fanáticos llaman “El fantasma de la máquina”y la realidad, quizás porque a partir de la irrupción de la IA ya no hay diferencia entre el mundo exterior y el corazón de la tecnología.

¿De qué va Tron Ares entonces?. Dos poderosas corporaciones: Encom y Sistemas Dillingen que pugnan por adquirir el Código de la permanencia que es la clave para convertir los activos digitales de la red en una realidad objetiva y permanente en nuestro mundo. Una busca los réditos de usar la tecnología para propósitos militares, la otra busca el bien común. Como les dije, nada del otro mundo.

Tron Ares es una pelcula que no termina de cuajar  es, un proyecto largamente anhelado por el actor Jaret Ledo, fan de la saga que se viste de produícula en la que no termina de cuajar ni la trama ni las historias de los personajes y, se desaprovecha, la discusión ética de hasta dónde puede llegar la IA en nuestras vidas, sin embargo a mí más me pudo la nostalgia, las imágenes apabullantes y la hermosa banda sonora.

Roberto Marcelo Vera