La cumbre tendrá lugar en Busan y busca frenar subidas de impuestos a las importaciones chinas y relajar las restricciones a exportaciones de minerales estratégicos
Donald Trump y Xi Jinping se reúnen en Corea del Sur para negociar una tregua comercial tras meses de escalada arancelaria (REUTERS/Kevin Lamarque)
Fuente: infobae.com
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, tienen previsto reunirse este jueves en Busan, Corea del Sur, en lo que será el punto culminante de la gira asiática del mandatario estadounidense.
El objetivo principal de la cumbre es estabilizar los lazos económicos y comerciales entre Washington y Beijing, tras meses de tensiones por la imposición de aranceles y restricciones recíprocas.
En las jornadas previas al encuentro, Trump rebajó el tono de sus advertencias de nuevas sanciones a las importaciones chinas y afirmó que considera reducir los aranceles impuestos a productos del gigante asiático.
“Espero disminuir esas tasas porque confío en que ellos nos ayudarán con el fentanilo”, declaró Trump en el viaje hacia Corea del Sur.
El presidente agregó que la relación bilateral “es muy buena” y anticipó que la reunión con Xi tendrá un carácter extendido para avanzar en varios frentes.
El diálogo en Busan llega en un contexto de extrema volatilidad. Estados Unidos y China han actuado en los últimos meses con la convicción de que poseen palancas de presión sobre la economía global.
Trump, por su parte, ha utilizado la política arancelaria para intentar forzar concesiones chinas tanto en el tema del fentanilo como en el mercado de las tierras raras, clave en industrias de alta tecnología y defensa.

El objetivo principal de la cumbre es estabilizar los lazos económicos y comerciales entre Washington y Beijing, tras meses de tensiones por la imposición de aranceles y restricciones recíprocas
China endureció las restricciones a sus exportaciones de estos minerales justo antes del viaje de Trump a Asia.
No obstante, la reunión se produce después de que ambas delegaciones cerraran en Kuala Lumpur un “acuerdo preliminar” que permitiría evitar la imposición de un arancel del 100% sobre productos chinos, una medida que Trump había amenazado con implementar para castigar el endurecimiento de las restricciones a las exportaciones de tierras raras desde Beijing.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, declaró que se logró “un marco muy exitoso” para seguir adelante con las discusiones y mitigar el riesgo de un escalamiento mayor.
El contexto inmediato de la cumbre incluye también una serie de acuerdos de Trump con países aliados en la región —Malasia, Japón y Corea del Sur— para fortalecer vínculos estratégicos y facilitar inversiones asiáticas en suelo estadounidense, a cambio del mismo compromiso: evitar una subida generalizada de aranceles.
El mercado financiero estadounidense ha reaccionado positivamente a la expectativa de un entendimiento comercial, mostrando subidas en la bolsa debido a la perspectiva de que no habrá nuevos impuestos a la importación ni trastornos inmediatos en la relación comercial bilateral.
“Ambos lados buscan manejabilidad, calibrando la cooperación suficiente para evitar una crisis, aunque la rivalidad de fondo siga ahí”, resumió Craig Singleton, investigador de relaciones sino-estadounidenses.
Si bien Beijing y Washington compiten por la dominación de sectores estratégicos —como la inteligencia artificial y la influencia global en cuestiones como Ucrania y Taiwán—, existe un reconocimiento mutuo de que el costo de una ruptura abrupta sería insostenible.
Trump ha utilizado la política arancelaria para intentar forzar concesiones chinas tanto en el tema del fentanilo como en el mercado de las tierras raras, clave en industrias de alta tecnología y defensa (REUTERS/Evelyn Hockstein)
Trump, sin embargo, descartó que prevea discutir la cuestión de Taiwán durante su encuentro con Xi, quitando presión a uno de los puntos más delicados de la agenda bilateral.
Ambos líderes encaran la reunión sabiendo que, tras la culminación de las conversaciones en Busan, seguirán caminos distintos en la región. Mientras Trump regresará a Washington, Xi se quedará en Corea del Sur para continuar una serie de reuniones con otros socios regionales en el marco de la cumbre de APEC.
En los últimos meses, China ha buscado reforzar su imagen de socio confiable entre las economías del Pacífico, especialmente ante los gobiernos frustrados por el impacto global de la guerra comercial.
Analistas advierten que, pese a la aparente distensión, incluso los pasos más ambiciosos hacia un marco común podrían quedar en suspenso si las tensiones vuelven a tomar fuerza, dado que el equilibrio comercial entre Estados Unidos y China sigue sujeto a intereses cambiantes y rivalidades estructurales.