Dunn afirma que el ajuste económico es inevitable, aunque tendrá costos políticos y sociales


Tomando en cuenta la seriedad de la crisis económica que hereda Bolivia, el analista financiero Jaime Dunn manifestó que para el próximo Gobierno el ajuste es inevitable, aunque vaya a tener costos políticos y sociales.

El analista pide que el ajuste se haga con seriedad y credibilidad. Foto: FB / Jaime Dunn

Fuente: Erbol 

 



“Bolivia está en un momento decisivo. Yo diría un todo o nada. El ajuste es inevitable. La cuestión es si será un ajuste ordenado o un ajuste desordenado. Bolivia no puede evitar ese ajuste y sólo tiene que elegir la forma de cómo lo quiere hacer”, manifestó en La Tarde en Directo de ERBOL.

Indicó que este ajuste implicaría cuestiones ineludibles como reformas cambiarias, fiscales y la eliminación de subsidios.

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Dunn reconoció, sin embargo, que este ajuste “obviamente va a venir con costos sociales y políticos que van a ser altos en el corto plazo”.

A pesar de ello, recomendó que el ajuste se realice de manera creíble, aunque sea duro y que la gente pueda ver que es el camino necesario.

El analista cree que en la campaña electoral ninguno de los candidatos habló del ajuste, porque no era conveniente “decir que estas cosas van a ser duras”.

Como consecuencia, señaló que ahora tenemos un gobierno electo que “ha ido más allá”, al garantizar que va a haber combustible el 9 de noviembre, un día después de su asunción.

Dunn observó también que en la campaña se haya ofrecido un programa económico de crecimiento inmediato, cuando al mismo tiempo se anuncian medidas de política contractiva  como la reducción de gasto fiscal y unificar el tipo de cambio.

Advirtió también que una posible devaluación monetaria tendrá efectos en aumentar la inflación, por lo cual se requiere el músculo necesario en Reservas para ofrecer estabilidad con credibilidad.

Dunn intentó postular a la presidencia en estas elecciones, pero fue inhabilitado por registrar deudas con la Alcaldía de El Alto. Comentó que su propuesta liberal era promover un Estado «mínimo, garante de propiedad, de la justicia y la protección a las libertades y a la vida». En contraste, señaló que el programa del PDC, ganador de las elecciones, consiste en un Estado descentralizador, pero aún planificador.