
Fuente: Visión 360
El déficit fiscal global del Estado o del Sector Público No Financiero (SPNF), en el primer semestre del año, alcanzó a 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), debido al gasto en la subvención a los hidrocarburos y otros, y el pago por el servicio de la deuda, según datos del Ministerio de Economía.
“El déficit fiscal global se amplió pese al dinamismo de las empresas estatales. El SPNF registró un déficit global equivalente al 3,5% del PIB al cierre del primer semestre de 2025 explicado principalmente por la continuidad de políticas orientadas a proteger el poder adquisitivo de la población mediante subvenciones a hidrocarburos y alimentos, junto con el pago de intereses de la deuda”, señala esa cartera de Estado, en un informe reciente al que accedió Visión 360.
De acuerdo con el Ministerio de Economía, los ingresos crecieron, pero los hidrocarburos restaron dinamismo. Los ingresos totales sumaron 60.035 millones de bolivianos, lo que representa un incremento del 6% (3.407 millones de bolivianos) respecto a similar período de 2024.
Este aumento estuvo impulsado por las empresas públicas en 2.912 millones de bolivianos, los ingresos tributarios (2.834 millones de bolivianos) y otros ingresos corrientes (1.778 millones de bolivianos).
Fuerte contracción
Sin embargo, se registró una fuerte contracción en los ingresos hidrocarburíferos, que disminuyeron en 4.195 millones de bolivianos, limitando el margen de recuperación fiscal. El gasto público creció con énfasis en subsidios y transferencias corrientes.
El ministerio de Economía indica que los gastos totales alcanzaron 74.365 millones de bolivianos, con un crecimiento del 11,1% respecto al mismo período de 2024.
“Este incremento estuvo liderado por los gastos corrientes, que subieron 14,8%, en línea con el esfuerzo del Gobierno por mantener subsidios y amortiguar el impacto en los sectores más vulnerables. En contraste, los gastos de capital se redujeron, en 6.943 millones de bolivianos, lo que refleja las restricciones fiscales en un entorno económico adverso”, subraya.
Señala que el gasto público se expandió por mayores erogaciones en bienes y servicios, el incremento en servicios personales asociados al ajuste salarial y el aumento en los pagos de intereses de la deuda.
La expansión en bienes y servicios respondió, en gran medida, a las mayores compras realizadas por Comibol de material aurífero a través de la Empresa Estatal de Producción y Comercialización del Oro de Bolivia (EPCORO).
A ello se sumaron los costos derivados del incremento salarial del 5% al haber básico en sectores específicos y del 10% al salario mínimo nacional. Los mayores pagos de deuda interna fortalecieron la credibilidad externa.
“Si bien los intereses de la deuda pública crecieron por el aumento en obligaciones internas, este efecto fue parcialmente compensado por la reducción en los intereses de la deuda externa”, puntualizó.
Economía sostiene que el contexto internacional en el primer semestre se caracterizó por un comercio mundial poco dinámico, inflación persistente en muchas economías, condiciones financieras aún estrictas y volatilidad elevada, vinculada a tensiones geopolíticas y comerciales. En ese sentido, Bolivia enfrentó un entorno externo menos favorable: la caída en los ingresos por exportaciones de gas, disminución en el influjo de divisas y la necesidad de adaptarse a mercados cada vez más exigentes en materia ambiental y energética.
El déficit del SPNF de 3,5% del PIB, se dio por el desempeño del TGN, que alcanzó un resultado fiscal de -4,1% del PIB. “Este resultado se debió a un mayor gasto en bienes y servicios, transferencias corrientes, así como a significativos gastos en intereses de deuda y servicios personales, todo ello en un contexto de caída de los ingresos hidrocarburíferos”, indica Economía.
La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) aportó adicionalmente un déficit de 0,2% del PIB.
