El economista Napoleón Pacheco explicó que en los años posteriores a la revolución del 52 Bolivia enfrentó varios años de recesión económica, pero también entre 1980 y 1986, situación agravada por la hiperinflación. La dependencia de materias primas perjudica y en algunos períodos la caída de precios, por ejemplo del estaño, agravaron las crisis.,
Fuente: Visión 360
El pasado martes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reportó que la economía boliviana se contrajo en -2,40%. Pero en los últimos 75 años, el país enfrentó nueve gestiones o períodos de recesión económica que trajeron sufrimiento y pobreza a las familias bolivianas. Salir de esas crisis demoró años y provocó desempleo, caída de ingresos y ajuste de los cinturones.
La condición de productor y exportador de materias primas y altamente dependiente de los precios internacionales, perjudicó al país a la hora de superar las crisis, sostuvo el economista y docente universitario Napoleón Pacheco, al repasar y analizar en una entrevista con Visión 360 los períodos recesivos que enfrentó el país en su historia.
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Se considera que existe recesión económica cuando un país o una economía acumula dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo de su Producto Interno Bruto (PIB).
Según datos del INE, la economía boliviana, en el tercer trimestre de 2024, registró una tasa negativa de -1,4% y en el cuarto trimestre de -3,3%; en el primer trimestre de 2025 una tasa también negativa de -1,9% y en el segundo trimestre de -2,7%. En 2024 se acumuló un decrecimiento de -1,12% y en el primer semestre de este año -2,40%.
Pacheco recordó que, desde 1958, el país tiene cuentas nacionales, aunque se dispone de datos a partir de 1950 y se establece que Bolivia en los últimos 75 años (1950-2025) tuvo 9 años de recesión. “Una de las recesiones más profundas se dio en 1956, cuando el PIB cayó en -5,9%”, precisó.
Las causas estuvieron vinculadas a los cambios que trajo la revolución nacional de 1952, la reforma agraria y la nacionalización de la gran minería, procesos que impactaron de forma severa en la economía. “En diciembre de 1956 se aplica un plan o política de estabilización, se contrae el gasto, se congelan salarios, políticas que tuvieron un impacto muy fuerte y que explican por qué la recesión ese año fue tan severa”, apuntó.
En 1957, la economía aún no se había estabilizado y el país dependía de la producción de estaño, que era el principal producto de exportación; un 70 a 80% de la canasta u oferta exportable era de ese metal. Ese año, Estados Unidos entró en recesión y los precios del estaño se derrumbaron, provocando más crisis en Bolivia. La economía ese año se contrajo en -3,3%.
Y para sellar la suerte del país, en 1959 la Unión Soviética impuso un dumping de precios y lanzó al mercado un stock de estaño que nuevamente hizo caer los precios. Bolivia entró otra vez en recesión, con una tasa negativa de crecimiento de -0,3%.
Pacheco sostuvo que, luego de 1959 y durante los años 60, la economía se estabilizó y volvió a crecer, pero esto costó años de crisis económica y la recuperación se dió gracias a los resultados que comenzó a dar el plan Bohan, implementado en los años 40 y 50. Bolivia comenzó a producir petróleo, arroz, algodón y se terminó de construir la carretera Cochabamba- Santa Cruz, lo que repercutió favorablemente en la economía.
Consideró que los años 60 fueron de los mejores en cuanto a crecimiento económico y en los años 70 contiuó el entorno favorable gracias a al boom de precios de las materias primas.
Segundo periodo recesivo
Pacheco señaló que en los años 80 Bolivia volció a entrar en recesión económica, otro periodo de crisis que se extendió de 1980 a 1986 y del que el país tardó en salir y volver a reactivarse y crecer.
En 1982 la economía se contrajo en -3,9%, al año siguiente en -4%, en 1984 en -0,2%, en 1985 en -1,7% y en 1986 la tasa de crecimiento fue negativa en -2,6%.
“De 1983 a 1985 no solo se tuvo recesión, sino que de manera simultánea se enfrenta un alza de la inflación que luego se convierte en hiperinflación y en 1983 una de las tasas de crecimiento negativas más altas -4%. Fue la primera vez en la historia del mundo, que se presentó una hiperinflación que tuvo su origen en causas no bélicas”, puntualizó.
Las causas tuvieron su origen en la emisión monetaria creciente a la que tuvo que recurrir el gobierno de la Unión Demócratica Poppular (UDP) para financiar el déficit de las empresas públicas con una recaudación cada vez menor de impuestos.
Pacheco sostuvo que la contracción económica de 1985 en -1,7% se explica por la crisis económica heredada de la UDP y la estabilización con el Decreto 21060 que contrae el gasto, congela salarios y un severo freno fiscal que era la única manera para que el Banco Central deje de financiar el gasto del gobierno.
Además en octubre de 1985, Bolivia sufrió un gran golpe con el desplome del precio del estaño y la quiebra del mercado mundial de este metal, a solo dos meses de la aplicación del Decreto 21060 y que terminó por acelerar la decisión de cerrar minas y relocalizar a 20 mil trabajadores mineros.
De acuerdo con Pacheco, esta era una medida que tenía que tomarse, porque las minas de Comibol, como Catavi, Siglo XX, Colquiri y Animas, tenían costos de producción de 30 dólares, cuando el precio internacional de la libra fina era de apenas 5,5 dólares. “La Comibol arrastraba pérdidas, altos costos de producción y lo mismo ocurría con otras empresas estatales, ese fue el germen de la hiperinflación, porque para que sigan funcionando, se las financiaba con la emisión monetaria del BCB”, agregó.
Posteriormente, a partir de 1987, la economía volvió a crecer y esto se mantuvo a lo largo de los años 90, aunque con algunos años de bajo crecimiento, en los años 1997 a 1999, por la crisis asiática, brasileña. Posteriormente, a partir de 2005 a 2014, el país gozó de un nuevo boom de precios de los minerales y del gas.
Pero la desaceleración de la producción de gas y menores tasas de crecimiento y una contracción severa por la pandemia en 2020, y la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), generó las condiciones para una nueva crisis económica y recesión que terminó por golpear al país los últimos años 2023-2025.
“Toma su tiempo salir de la recesión, pero en el caso de Bolivia, mucho más porque la base de su economía se sustenta en la producción y exportación de materias primas, por lo tanto dependemos de precios y factores externos y ese tipo de producción, tiene un impacto limitado en otras actividades”, subrayó Pacheco.
Es por esto que a Bolivia le cuesta más superar las recesiones, en cambio países como Argentina tienen una economía más diversificada.
¿Cuánto tiempo le costará a Bolivia salir de la recesión actual?. En criterio de Pacheco, todo dependerá de las medidas de estabilización y reordenamiento económico e institucional que ejecute el nuevo Gobierno.
Indicó que la contracción de hoy se diferencia de otras porque no solo hay una crisis económica, sino institucional. “El MAS destrozó a las instituciones y se debe iniciar una reconstrucción porque son el marco para atraer inversión, el BCB tiene que volver a funcionar con independencia y con presidente y Directorio elegido por ternas elevadas en la Asamblea Legislativa”, remarcó.
El economista manifestó que un punto a favor que hoy tiene Bolivia es que los precios de algunos minerales y materias primas se mantienen altos y se cuenta con un potencial minero al que se debe apostar como también a la producción y exportación de productos agrícolas modernos: soya, sorgo, chía, y otros.
Fuente: Visión 360